En los días venideros, se espera que los países miembros de la Unión Europea establezcan su postura respecto a la continuidad de las tarifas sobre los vehículos eléctricos chinos para los próximos cinco años, o su eliminación. La postura no es unánime – tanto España como Alemania no están a favor de las mencionadas tarifas que encarecen la adquisición de un auto eléctrico de origen chino y entorpecen la transición a energías más limpias.
Aunque el voto es privado y la fecha no se ha hecho pública, se tiene información de Bloomberg que señala que los miembros votarán en esta misma semana. Sin embargo, las discusiones en curso con China podrían provocar un aplazamiento del voto.
El lunes pasado, Elisa Ferreira, Comisionada para Cohesión y Reformas, se encontraba en Pekín firmando un plan de cooperación para los próximos cinco años con China. Aunque la visita de Ferreira a China no estaba directamente relacionada con los aranceles, pareció sugerir un diálogo continuo con el país. Según reportes de la Comisión Europea, el plan firmado por Ferreira, «proveerá políticas y estrategias que responderán a intereses compartidos en ámbitos económicos, sociales y ambientales.»
Además, Valdis Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión Europea y Comisionado de Comercio, se reunió con Wang Wentao, Ministro de Comercio chino, la semana pasada. Dombrovskis afirmó categóricamente que «el estudio en relación a los automóviles eléctricos de batería de China está basado estrictamente en datos y evidencia, cumpliendo completamente las reglas de la OMC y la legislación de la UE.»
Pese a la ausencia de acuerdos firmes, los diálogos en curso están retrasando el progreso sobre las tarifas. Si la votación se pospone, esto brinda a la Comisión Europea la oportunidad de llegar a un consenso entre los estados miembros. Son requeridos al menos 14 votos – una mayoría calificada – para mantener o abolir dichas tarifas, las cuales entraron en vigencia el 5 de julio pasado.
El posicionamiento de España en Bruselas sorprendió tras las declaraciones del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, en su viaje a China, donde sugirió que la Unión Europea debería «repensar» las tarifas e instó a evitar «otra guerra», aludiendo a la rivalidad comercial entre Europa y Pekín. Este evento significa un cambio de rumbo, ya que España había votado a favor de estos impuestos en una votación consultiva en julio.
En países como Alemania y España, la industria automotriz cree que las tarifas no les favorecen. De hecho, Seat está buscando reducir las tarifas para mantener viable uno de sus modelos diseñado en Barcelona pero fabricado en China, según EFE.
Hasta la imposición de las nuevas tarifas, las importaciones de vehículos chinos ya estaban gravadas con un 10%. A pesar del incremento de estas tarifas, la Comisión asegura que la Unión Europea seguirá siendo un mercado atractivo, ya que estas tarifas son menores que las que se aplicarán en Brasil, Turquía o Estados Unidos.
A los importaciones de BYD (uno de los patrocinadores de la Eurocopa 2024) se les sumará un 17.4%, a Geely un 19.9% y a SAIC un 37.6%. Otras empresas que, según la Comisión, han cooperado durante la investigación pero también han recibido subsidios, ahora se enfrentarán a una tasa del 20.8%. Para aquellas que optaron por no cooperar, la tasa será del 37.6%.
Es importante destacar que todos los vehículos eléctricos producidos en China y destinados a la importación a la Unión Europea están sujetos a aranceles. Esto es independiente de la procedencia del fabricante – por ejemplo, Volkswagen tiene una empresa conjunta con Sayc -. El factor crucial para la aplicación de estos impuestos en el mercado europeo es el lugar de fabricación del coche, en este caso, China. Por otro lado, no se cobran aranceles en los vehículos producidos en territorio europeo incluso si están realizados por fabricantes chinos, como sucede con la instalación que Chery ha puesto en marcha en Barcelona.