El líder de Vox, Santiago Abascal, tiene programado encontrarse el miércoles con Edmundo González, el candidato de la oposición de Venezuela en las elecciones presidenciales del 28 de julio. Esta información fue anticipada por Ignacio Garriga, vicepresidente y secretario general del partido, durante una conferencia de prensa que se realizó después de la reunión del Comité de Acción Política, donde se establece la agenda semanal.
El partido ha estado indicando durante la semana pasada que planeaba un encuentro con el diplomático y político latinoamericano. Asimismo, se ha afirmado que las conversaciones continuas con la oposición venezolana y su líder, María Corina Machado, son una constante.
Abascal concluyó el viernes un diálogo telefónico con González Urrutia y se espera que el encuentro tenga lugar en el Congreso de los Diputados, en un día que comienza con el control parlamentario del gobierno nacional temprano en la mañana. Es probable que la reunión tenga lugar después de las diez de la mañana. Abascal, de esta manera, sigue el enfoque del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la Moncloa, así como de Alberto Núñez Feijóo y el Partido Popular también en el congreso. Un encuentro similar tuvo lugar con el candidato de la oposición el pasado martes 17 de septiembre, luego de que el congreso, impulsado por su partido, reconociera al político como presidente electo de Venezuela. Este movimiento ha tenido éxito similar en el Parlamento Europeo, donde los populares presentaron la misma propuesta y obtuvieron el respaldo de Vox [y el PNV, Coalición Canaria, así como la abstención de José Luis Ábalos] y sus aliados europeos.
El encuentro se produce dos semanas después de que González Urrutia se exiliara a España y llegara a Madrid. La oposición está escrutando su salida y observa atentamente al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. Se solicita su renuncia debido a que se cree que hubo apoyo del embajador español en Venezuela para que González Urrutia firmara un documento presentado por Delcy Rodríguez en ese territorio español, reconociendo a Nicolás Maduro como el ganador legítimo de las elecciones.
El opositor destacó que existieron presiones, pero afirma que el Gobierno español no está involucrado. Albares, frente a las acusaciones, enfatizó que el embajador simplemente compartió «espacio vital» en la embajada con González Urrutia e intervino únicamente en el viaje y los medios para llegar a Madrid. La tensión se incrementó a finales de la semana pasada cuando Esteban González Pons, vicesecretario de Institucional y eurodiputado del PP, acusó al Gobierno de ser un «colaborador» en las presiones. Por otro lado, el Gobierno ha pedido su destitución. El Gobierno ha intentado evitar la aceptación de González Urrutia hasta la publicación de los actas electorales por parte del régimen, con el objetivo de seguir la dirección de acción europea. Principalmente debido a los intereses estratégicos y económicos de España en Venezuela. Desde el PP se les instó a romper este criterio, como se hizo al reconocer a Palestina como Estado.
Durante una conferencia de prensa, Garriga se posicionó como el principal soporte y defensor de la oposición venezolana, superando al PP en base a su trayectoria y relaciones. Mencionó que el PP está respaldando las políticas de Giorgia Meloni dirigidas a disminuir la inmigración ilegal. Sin embargo, de acuerdo con Vox, Feijoo parece haber olvidado estas políticas tan pronto como aterrizó de su viaje. Además, destacó que el PP aún tiene la intención de reunirse con el Gobierno, a pesar de las advertencias de una reunión con Fernando Clavijo y Ángel Víctor Torres. Garriga denunció vehementemente que el PP está constantemente engañando y buscando acercarse al PSOE con el objetivo de adoptar su agenda y encontrar un posible socio para la aprobación de los presupuestos regionales.
La tarea más significativa para las próximas semanas a nivel regional será adquirir apoyos para llevar a cabo los proyectos económicos del PP en Castilla y León, Murcia, Extremadura, Comunidad Valenciana, Baleares y Aragón. Vox solo proporcionará su apoyo si el PP adopta una postura más crítica respecto a las políticas migratorias y se alinea con sus políticas económicas. Situaciones como la reluctancia de Castilla y León a implementar la Ley de Concordia, un acuerdo anterior a la salida de Vox del Consejo del Gobierno, parece dificultar cualquier posibilidad de acercamiento.
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