El 25 de julio de 2014, Jordi Pujol, enunciativo corrupto, admitió públicamente por medio de una carta que durante años había estado cometiendo fraude fiscal con una fortuna oculta en Andorra. Esto se descubrió tras el estallido del Caso Palau dos años antes, y mientras los tribunales estaban llevando a cabo investigaciones sobre el caso 3%, ambos incidentes relacionados con la financiación ilícita de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC).
La revelación sobre los fundos defraudados por Pujol intensificó la crisis de la CDC que se hallaba en un debate interno sobre si unirse al movimiento independentista como medio de evasión.
Cuatro días más tarde, Artur Mas informaba que Pujol, su guía política y quien le había traspasado el liderazgo de la Convergencia Democrática, abandonaba todos los beneficios asociados con ser ex presidente de la Generalitat.
Este fue el comienzo de la fase de ostracismo político para Pujol, quien había sido una figura prominente en la política de Cataluña y España. Fue conocido por reconstruir la Generalitat, apoyar a la Casa Real durante el golpe de Estado de Tejero, e incluso fue nombrado Hombre del Año por el periódico ABC tras colaborar en la transición del gobierno con la designación de José María Aznar.
Uno de los colaboradores más cercanos a Pujol, Lluís Prenafeta, ha narrado en diversas oportunidades que uno de los mayores logros de Pujol fue convencer a todos de que la Generalitat ejercía más poder de lo que realmente se ejercía. En esta semana, el antiguo político demostró que todavía tiene dominio de este arte al recibir una recepción en el Palau de la Generalitat. Varias personas interpretaron el acto de Salvador Illa como un acercamiento a Junts, parcialmente para neutralizar la visita al Rey Felipe VI, y en parte para beneficiar los intereses de Pedro Sánchez.
Revivir Convergencia
La posibilidad de que Pujol, a la espera de un juicio oral por corrupción en la Audiencia Nacional, sea rescatado a nivel social y político, va más allá de un simple acercamiento a Junts. Salvador Illa, destacó la importancia de Pujol en la política catalana luego de encontrarse con su antecesor en el Palau. El socialista no estaba haciendo un guiño a Junts, sino más bien, estaba reconociendo el impacto político de Pujol y su asociación con Convergencia.
«Pujol es una de las figuras más relevantes de la historia política de Cataluña», mencionó Salvador Illa.
En cuanto a Illa, está muy interesado en revitalizar la «vieja Convergencia», un partido con el cual podría tener una relación cordial y que además comparte gran parte de su agenda política, en comparación con sus actuales socios ERC y Catalunya en Comú. El intento de reinserción política de Pujol también significa una revalidación de Convergencia, el partido del pacto a toda costa y el «peix al cove», ansiosamente recordado por Ferraz, Génova y la calle Pallars de Barcelona.
Con Ciudadanos fuera de juego, tanto el PSOE como el PP necesitan un partido intermediario para crear mayorías. En Cataluña, algunos son plenamente conscientes de este nuevo panorama y están buscando una ruta para abandonar el independentismo unilateral y volver a los viejos métodos. Esto es especialmente cierto dentro de Junts, entre los sucesores de Convergencia. David Madí, uno de los cerebros detrás del procés, lo sugiere en su último libro, ‘Merecer la victoria’. Mientras el PP y el PSOE no logren llegar a un acuerdo, los diputados del nacionalismo catalán y vasco serán esenciales y es el momento de sacarle provecho, advierte.
La reincorporación de Pujol es finalizada por Illa.
La rehabilitación final de Jordi Pujol y su regreso al Palau de la Generalitat fue un proceso que comenzó hace cuatro años por sus seguidores y que finalizó esta semana. En febrero de 2020, Núria de Gispert, una exconsejera, propuso un almuerzo en honor a Pujol en su 90 cumpleaños.
El proyecto se vio interrumpido por la pandemia del Covid, lo que resultó en una página web dedicada a las felicitaciones y un video de cuatro horas en su honor. El tributo se llevó a cabo finalmente en septiembre de 2021, el mismo año que se publicó el libro ‘Entre el dolor y la esperanza’, una suerte de rendición de cuentas en formato de entrevista con el periodista y amigo Vicenç Villatoro, logrando que Pujol rompiera su aislamiento.
El próximo movimiento fue realizado por el Govern de Pere Aragonès, en un evento organizado por la consejera de Exteriores en aquel momento, Victòria Alsina, de Junts, en febrero de 2022. Pujol fue invitado junto a otros ex presidentes para discutir sobre el rol de Cataluña en Europa, encuentro que Aragonès prefirió evitar. Unos meses antes, el fundador de CDC, había roto el hielo en un evento encabezado por Jaume Giró, consejero de Economía, en el Círculo de Economía.
Junts se reconcilia con Pujol
En la última campaña electoral catalana, Junts ratificó su reconciliación con el fundador de CDC, partido del que proviene la mayoría de los líderes actuales del partido, excepto su presidenta, Laura Borràs. Pujol participó en varios actos locales de campaña, en uno de los cuales prometió, junto a Artur Mas, que se uniría a Junts. Sin embargo, no ha cumplido esta promesa y su familia indica que solo será miembro del partido que él fundó.
En un vídeo lanzado por el exconsejero Quim Forn, que fue efectivamente potenciado por la candidatura de Junts, mostró explícitamente su respaldo a Puigdemont. Cuando su esposa, Marta Ferrusola, falleció poco después, todo el liderazgo de Junts respondió con apoyo, llenando la funeraria durante el funeral de la esposa del expresidente.
El reconocimiento definitivo de Pujol por Salvador Illa esta semana ha causado tanto alegría en los círculos nacionalistas como perplejidad y enojo entre los constitucionalistas catalanes. La Sociedad Civil Catalana lo expresó en una pregunta retórica: «¿Es realmente necesario absolver y otorgar amnistía penal a todo buen nacionalista para restablecer la armonía?», se quejaron en respuesta al mensaje de Illa celebrando el encuentro.
Después de liderar las manifestaciones masivas contra la independencia en 2017, la Sociedad Civil Catalana recuerda que, aparte de las acusaciones de corrupción contra Pujol y Convergencia, el ex presidente es considerado el iniciador del independentismo en Cataluña.
Desde la organización se recuerda que Pujol, considerado el padre del movimiento independentista, «creó un inquietante y exitoso plan de adoctrinamiento social a gran escala, permitió que su familia convirtiera a Cataluña en su propiedad privada y es un delincuente confesado». Esta afirmación se refiere al Programa 2000, atribuido al círculo íntimo de Pujol, aunque el autor nunca se ha dado a conocer, que fue expuesto por El Periódico de Catalunya en 1990.
El documento expuesto delineaba un plan específico para impulsar la «conciencia nacional» catalana en todas las capas de la sociedad, destacando la Educación y los medios de comunicación. Se mencionaban directamente objetivos como «hacer consciente a nuestra gente de la importancia de procrear más para asegurar nuestra identidad colectiva».
El material insistía en propagar la idea de que Cataluña es una «nación desfavorecida» que no tiene la capacidad de «potenciar libremente su riqueza cultural y económica». También señalaba que el «sentimiento nacionalista y el deseo de liberación nacional deben estar asociados a la mejora social de los individuos».
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