La tensión entre el PSOE y el PP se enciende aún más. Esta vez, a raíz de la huida de Edmundo González Urrutia de Venezuela, quien es reconocido por el Congreso de los Diputados como el presidente electo de esa nación.
Enfrentado a la presión del régimen de Nicolás Maduro, González tuvo que abandonar el país en un avión del ejército español. Dentro de la embajada de España en Caracas, se le forzó a firmar una carta reconociendo a Maduro como el ganador de las elecciones, contrariamente a lo que indicaban los registros oficiales de votación según hizo público él mismo en su cuenta de X.
Esteban González Pons, eurodiputado y vicesecretario de Institucional del PP, señaló el jueves que el Gobierno podría estar involucrado en una maniobra para perpetuar a Maduro como «dictador por tiempo indeterminado». Pons afirmó que el Gobierno español y la delegación en Venezuela habrían facilitado este «chantaje» hacía el oponente Edmundo González Urrutia, forzándolo a abandonar su país. Pons realizó estas declaraciones en esRadio, al comentar sobre el testimonio público del opositor, quien relató cómo fue coercitado por las autoridades chavistas en la embajada española en Caracas, dirigida por Ramón Santos.
Pons consideró que el Gobierno está involucrado en una estratagema para perpetuar a Maduro como «dictador por un período indefinido».
Pons manifestó su «repugnancia» y «vergüenza» por la «complicidad del Gobierno de España» y de la representación diplomática española en Venezuela en la tarea de convertir a Maduro en «dictador por tiempo indeterminado». “Nuestro gobierno es cómplice de lo que sucedió en Venezuela», concluyó.
El parlamentario europeo recordó que al principio González se refugió en la embajada de los Países Bajos, no en la española. «Es probable que los Países Bajos no le permitieran ser chantajeado en la residencia de su embajador. Luego, González fue trasladado a la residencia del embajador español para que el chantaje y la coacción pudieran tener lugar», continuó el eurodiputado.
El PSOE pide la renuncia de Pons
Desde el PSOE, inmediatamente tacharon a Pons de «vándalo» y atribuyeron sus declaraciones a la «frustración» que, en su opinión, sentía por «no enterarse» de que González Urrutia estaba refugiado en la residencia del embajador español en Venezuela y sería recibido en territorio español.
«Las denuncias que presenta son tan graves que dudamos si es consciente de lo que está diciendo. Pero eso no es excusa y sus comentarios de hoy son la gota que derrama el vaso. Por lo tanto, desde el PSOE, exigimos la renuncia inmediata de Esteban González Pons», indican desde Ferraz.
Los «excesos» de Pons son inaceptables en la diplomacia para el PSOE. Si alguna vez llegara a liderar las relaciones exteriores de España, acabaríamos «en las periferias de la política internacional», subrayan.
María Jesús Montero, la primera vicepresidenta del gobierno y ministra de hacienda, calificó las afirmaciones de Pons como «falsas e insultantes», ya que nadie puede cuestionar el respaldo brindado por el gobierno a González Urrutia, quien está en España debido a una «iniciativa proactiva» del Ministerio de Relaciones Exteriores. Señaló que es «difamatorio» intentar desacreditar al gobierno, que González ha agradecido su contribución. Así, las declaraciones de Pons son perjudiciales para el líder opositor. Montero expresó su consternación de que una persona como Pons haga tales afirmaciones, a menos que haya perdido toda ética en lo que respecta a las relaciones entre aquellos que, a pesar de sus desacuerdos, tienen la obligación de llegar a un consenso.
Montero critica las «falsas e insultantes» declaraciones de Pons. El Gobierno enfatiza que no tuvo «nada que ver con cualquier documento o negociación» entre González y el régimen chavista, y que Albares ordenó no interferir en sus trámites.
Después del mensaje de González Urrutia desde X, fuentes oficiales del Ministerio de Relaciones Exteriores informaron que «el gobierno de España no tiene nada que ver con cualquier documento o negociación» entre el líder opositor y el régimen chavista. «Cuando Edmundo González solicitó refugio en la residencia del embajador español, se le garantizó que podía reunirse o realizar cualquier gestión relacionada con su situación. El Ministro de Relaciones Exteriores [José Manuel Albares] dio instrucciones explícitas al embajador para no involucrarse en las gestiones que pudiera llevar a cabo el líder opositor», añadieron las mismas fuentes.
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