Durante un viaje a Bruselas, José Manuel Albares, el Ministro de Asuntos Exteriores de España, enfatizó que el gobierno español no participó en las conversaciones entre el gobierno venezolano y el candidato opositor, Edmundo González. Albares respondía a la declaración hecha por González, quien vive asilado en Madrid, sobre presiones de Delcy Rodríguez, la vicepresidenta del régimen chavista, para que reconociera oficialmente la controversia victorial de Nicolás Maduro, lo que le permitiría salir y buscar asilo en España.
Esta información ha sido utilizada por el Partido Popular para acusar al gobierno de complicidad en la situación de Venezuela. Esta mañana, Esteban González Pons, Vicesecretario de Institucional y eurodiputado del PP, sugirió que el Gobierno había contribuido a facilitar la salida de González a cambio de su reconocimiento a Maduro.
Esta acusación llevó a los miembros del PSOE a exigir su dimisión.
Albares rechazó estas afirmaciones durante su estancia en la capital europea para una reunión sobre Gibraltar. Insistió que la conducta del servicio exterior español y sus diplomáticos ha sido ejemplar y que trabajan por la paz, democracia y libertad de Venezuela. Además, criticó a los eurodiputados del PP de dañar la imagen de España y a los diplomáticos con las decisiones que toman en el Parlamento europeo, específicamente, su reconocimiento de González como el legítimo presidente venezolano. Según él, estas acciones solo danñan la reputación de España.
Después de su reunión en Roma con Giorgia Meloni, la primera ministra italiana, para discutir asuntos migratorios, Albares se expresó al mismo tiempo que Feijóo. El líder del Partido Popular exigió la renuncia de Albares, debido a su convicción de que «la diplomacia española no debe estar al servicio de un régimen dictatorial». Respecto a Pedro Sánchez, afirmó que él lo apoyará «si se inclina hacia la democracia», pero que si se alinea con la dictadura, estará en posición contraria.
Albares pidió respeto por las decisiones tomadas por González Urrutia, especialmente debido a la complejidad del momento actual. Destacó que el competidor de la oposición «agradeció el trabajo del Gobierno español» en todo este proceso. Respecto al embajador español en Venezuela, Albares aclaró que él «no tenía ninguna relación con el documento o la salida». Según Albares, el embajador había recibido instrucciones claras para no interferir, permitiendo que González Urrutia tomara la decisión de querer venir a España o permanecer en la embajada. Albares enfatizó que él quería respetar la decisión de González Urrutia, dejando claro que España no tuvo ninguna influencia en ella. Cualquier contacto que se haya mantenido fue «estrictamente para eso».
De acuerdo con Albares, el embajador obedeció fielmente dichas directrices. Él mismo lo validó en una «charla que tuvo lugar ayer». Sus tareas incluían «acogerlo a él y a su esposa, sin interferir en cualquier trato» que podría existir con el gobierno de Venezuela. En relación con las fotos que salieron a la luz este jueves del instante en que González Urrutia firmaba, la aparición del embajador se justifica al «habitar el mismo entorno físico» en el domicilio. «No obstante, él acataba esos mandatos», proporcionando «plena independencia» al aspirante «para dialogar y acoger a quien deseara» sin intervención española. «Lo que hayan podido o no acordar les atañe exclusivamente a ellos. España no está relacionada con la negociación de ninguna documentación», afirmó el ministro, quien restringe meramente a tareas diplomáticas la coordinación del aterrizaje de la aeronave y el traslado desde la embajada hasta España.