Categorías: Política
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18 septiembre, 2024 10:07 am

Feijóo compara a Sánchez con «censura y persecución», señalando que algo similar no se había observado desde la época de Franco

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Durante la primera sesión de control al Gobierno de la temporada legislativa, Alberto Núñez Feijóo estableció una equivalencia entre Pedro Sánchez y Francisco Franco. Las duras críticas a Sánchez por parte del líder del Partido Popular (PP) no escasearon, haciendo especial hincapié en lo que los conservadores consideran un «plan de censura» por el reciente plan de regeneración democrática aprobado por el Consejo de Ministros.

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Según Feijóo, este plan es reflejo de una «concepción poder bananero» que atribuyen a Sánchez, y creen que no tiene límites. Sánchez, ignoró tales acusaciones y se limitó a enfocarse en los buenos resultados económicos y reafirmar su compromiso para el «diálogo y acuerdo» frente a la actitud crítica del PP.

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Con un tono sarcástico, Sánchez le sugirió a su adversario que cambiara su perspectiva.

En esta primera sesión de control de la temporada, Sánchez y Feijóo se enfrentaron, ya que la semana anterior, Sánchez estaba en un viaje oficial en China, y la siguiente semana estará en Nueva York para la apertura del 79º periodo de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas. Al regreso de Sánchez, Feijóo hizo comentarios irónicos sobre su escasa presencia en el Congreso ese mes. Como respuesta, Sánchez recriminó que Feijóo solo había hecho 10 apariciones en el pleno del Parlamento de Galicia a lo largo de sus 13 años como presidente de la Xunta, en contraposición a sus 39 presencias en seis años en la Moncloa.

El líder del Partido Popular (PP) destacó la falta de Sánchez en la Cámara baja este mes, creando la impresión de que el actual líder del gobierno es casi un tirano. «Su respuesta indica que planea empezar la temporada política con una embestida contra jueces, periodistas y organizaciones de noticias», aludía a las recientes ediciones de El Confidencial. «Lo que usted considera como revitalización democrática es en realidad un esquema de censura», afirmó. Se refería a uno de los puntos clave del programa aprobado por el Gobierno ayer, relativo a las empresas de noticias, un componente inspirado en el reglamento europeo de libertad de los medios de comunicación, respaldado también en el Parlamento Europeo con los votos del PP. «Su visión autoritaria del poder parece no tener límites», argumentó.

Luego, el líder del PP planteó varios temas: que el Gobierno se niega a admitir que Venezuela es una dictadura, a pesar de que hay socialistas decents que sí lo hacen; que recorta recursos para la salud y la educación para financiar las cuotas independentistas; que para ocupar un puesto público, como el de gobernador del Banco de España, «es necesario ser parte de sus grupos de WhatsApp». Finalmente, añadió: «En resumen, censura y hostigamiento contra aquellos que se atreven a criticarlo. No hemos visto algo así desde los tiempos de Franco», remarcó exagerando la analogía. «¿Y todo esto para qué? Sus casos de corrupción permanecen abiertos y la legislatura parece prácticamente concluida. No posee partners parlamentarios constantes ni presupuestos garantizados», destacó.

En lo que respecta a Sánchez, trató de mantener la compostura y presumió de que su gobierno es uno de «diálogo y acuerdo». Y las cifras lo respaldan, indicó: más de 200 leyes aprobadas en la última legislatura, 12 iniciativas legislativas aprobadas en menos de un año, de las cuales son en realidad seis decretos-leyes reelaborados y cinco leyes aprobadas, y 30 en proceso.

El mandatario no respondió a los señalamientos hechos por Feijóo, en cambio, continuó por la misma línea con la que inició este periodo: «Nos enfrentamos a ello con más entusiasmo que el año pasado». Mencionó que su tercer vicepresidenta, Teresa Ribera, se convertirá en la española con mayor responsabilidad en la Comisión Europea, tras ser propuesta por Ursula von der Leyen como vicepresidenta ejecutiva y comisionada de Transición Justa, Limpia y Competitiva. Además, apuntó que el Banco de España aumentó las estimaciones de crecimiento para el país este año a 2,8%, y que el Instituto Nacional de Estadística revisó al alza las proyecciones de crecimiento de 2021 y 2022. «Donde quiera que mires, los números incitan a la confianza y al optimismo. Y ese es el punto, que tenemos un gobierno y una sociedad optimistas en España, frente a una amargada oposición», concluyó.

Feijóo replicó con sarcasmo: «No ha sido el Banco de España, ha sido [José Luis] Escrivá, vamos a ver si le atina a fin de año o si ha contratado a un Tezanos 2». Y después de enfatizar que se presentó en Galicia en «todas las sesiones» del Parlamento, pero que una cosa son las sesiones de control y otra las intervenciones en el pleno, volvió a comparar a Sánchez con un dictador: «Mientras usted persigue a los periodistas, yo propongo jardines de infancia gratuitos. Y mientras usted organiza campañas contra los jueces, yo propongo una ley sobre la ELA», concluyó, aludiendo al acuerdo que PSOE, PP, Sumar y Junts suscribieron ayer para los pacientes de esclerosis lateral amiotrófica.

«Cámbia tu mentalidad», aconsejó Sánchez con sarcasmo, continuando con su discurso optimista. A pesar de los reclamos del Partido Popular durante los últimos seis años de que España «se está hundiendo», trajo a colación que el país «crece por encima del promedio europeo» y que está más «unificado» que durante el estallido del proceso secesionista en 2017. «No es presidente del Gobierno no porque no desee serlo, sino porque los españoles decidieron que debía continuar en la oposición. Modifica tu perspectiva, señoría, pues nos quedan tres años de legislatura. Tenemos un gobierno a largo plazo. Deje esa oposición resentida y trabaje por el bien de España», dijo. Durante la sesión de control, Sánchez continuó defendiendo la idea de que el gobierno durará mucho tiempo y que se seguirá trabajando toda la legislatura, tanto en su enfrentamiento con Gabriel Rufián, portavoz de ERC, como en las preguntas dirigidas a María Jesús Montero, la viceministra del Gobierno. A pesar de las posibles crisis que el gobierno de coalición pueda enfrentar y la fragilidad de su apoyo, los socialistas están comprometidos en transmitir una imagen de estabilidad.

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