Categorías: Política
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10 septiembre, 2024 7:08 pm

El Modelo de salud de Madrid es destacado a nivel global por el Instituto de Coordenadas, según señalan

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El Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada (ICGEA) ha emitido un nuevo informe que destaca al modelo mixto de gestión sanitaria de la Comunidad de Madrid a nivel mundial, en un escenario donde hay una preocupación creciente por la degradación de los sistemas de salud pública en varias zonas del planeta.

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El estudio del ICGEA evalúa cómo la asistencia sanitaria pública ha afrontado retos serios y dispares en diversas regiones del mundo en los últimos tiempos. Abordar enfermedades crónicas y contagiosas, ajustarse a las implicancias del cambio climático y la incorporación de tecnologías sanitarias innovadoras, como la telemedicina, han exigido un esfuerzo notorio a los sistemas de salud en todo el mundo.

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Además, la crisis del covid-19 ha resaltado la importancia de estar preparado para responder con rapidez a emergencias de salud pública. «La experiencia que hemos adquirido con el coronavirus, del que aún seguimos aprendiendo cuatro años después, ha sido una valiosa lección en manejo de crisis para todos los gobiernos, poniendo a prueba su agilidad y capacidad de respuesta eficaz a situaciones de salud pública urgentes. Un país debe ser capaz de reforzar su sistema de salud, mejorar la coordinación y garantizar recursos esenciales con rapidez para enfrentar desafíos inesperados», afirmó Jesús Sánchez Lambás, vicepresidente ejecutivo del ICGEA. El informe indica que no todos los países han tenido el mismo desempeño frente a estos desafíos, resultando en un debilitamiento en la calidad de sus sistemas de salud. En el Reino Unido, la situación del NHS es alarmante, con la atención sanitaria siendo la segunda mayor preocupación para los ciudadanos británicos después de la economía. Los largos tiempos de espera, la escasez de personal y la falta de recursos han debilitado al sistema. «Muchos médicos y otros profesionales de la salud han informado un descenso en la calidad de la atención debido a la escasez de personal y recursos», señala el Grupo de Trabajo del ICGEA.

Italia se encuentra con dificultades en su sistema de salud público, particularmente en lo que respecta a la financiación y las inequidades regionales. Las áreas del norte y centro del país brindan atención médica de mayor nivel, en cambio, las regiones menos desarrolladas tienen numerosas insuficiencias. En España, se nota una similitud de esta situación entre regiones como Madrid y el País Vasco, comparadas con Cataluña. La salud pública en Portugal se ha deteriorado enormemente en los últimos tres años debido a la poca inversión, causando una falta de personal médico y extensos tiempos de espera para citas médicas y procedimientos. La crisis del COVID-19 ha empeorado esta condición, llevando el sistema a su límite de capacidad. Las condiciones laborales del personal de salud se han deteriorado, lo que ha ocasionado un aumento de bajas médicas y la desertion del sector», indica el informe. En Estados Unidos, la situación es compleja debido a su sistema de salud predominantemente privado. A pesar del elevado gasto per cápita, los resultados en salud pública son inferiores a los alcanzados en otros países desarrollados y las inequidades raciales y socioeconómicas hacen que esta situación empeore. En el sur de América, también tienen que enfrentar desafíos enormes. Brasil ha notado un detrimento en la calidad del sistema público a raíz de la corrupción, la mala administración y la falta de inversiones adecuadas, con políticas que han llevado a una reducción en la calidad y disponibilidad de los servicios, afectando la salud del pueblo de manera negativa. En Venezuela, el sistema de salud ha sufrido un deterioro severo por la crisis económica y política que golpea al país. La falta de medicamentos y suministros médicos, así como la emigración masiva de profesionales de la salud, ha resultado en un colapso en los servicios de atención médica, con un crecimiento gradual de la mortalidad, junto con el incremento de ciertas enfermedades como la malaria.

El texto destaca que algunos países sobresalen por la fortaleza de sus sistemas de salud pública. Muchos de ellos, que no solo son potencias a nivel económico y político, logran combinar de manera eficiente la salud pública y privada, lo que resulta en servicios de alta calidad y accesibilidad. Entre estos, Sánchez Lambás menciona a Suecia, reconocida por su sistema de seguridad social universal, financiado mediante impuestos. Este sistema, que se sitúa entre los mejores del mundo, ofrece una atención médica de bajo costo, amplia cobertura de servicios de salud, como atención dental y mental, y acceso a tecnología y tratamientos médicos avanzados. Suecia permite que clínicas y hospitales privados operen dentro de su sistema de salud pública, los cuales, aunque financiados por impuestos, son gestionados de manera privada. Este método ha contribuido a disminuir los tiempos de espera y a mejorar la eficacia en la prestación de servicios de salud, según indica el ICGEA.

Por otro lado, Suiza ha logrado un sistema de salud de alta calidad combinando un seguro de salud obligatorio que integra elementos públicos y privados. Este sistema permite la libre elección de proveedores de atención médica y se considera uno de los mejores del mundo en términos de costos y satisfacción de los pacientes. En ese sentido, algunas regiones en España, como la Comunidad de Madrid, Andalucía, Castilla-La Mancha, La Rioja, Aragón y País Vasco, han implementado la libre elección con éxito. Sin embargo, otras regiones como Extremadura, Murcia, Navarra o Cataluña, parecen estar más rezagadas en este aspecto, con una libre elección de servicios de salud casi inexistente.

El informe resalta a Noruega por su concentración en los cuidados preventivos y resultados de salud excepcionales, brindando servicios integrados que cubren hospitales, atención primaria y especializada, además del acceso a programas de prevención de enfermedades y salud pública. Alemania sobresale por su sólida infraestructura de salud y un sistema de seguro que asegura una cobertura amplia a sus habitantes al disponer de un sistema combinado de seguros públicos y privados. Este esquema permite proporcionar a sus ciudadanos cobertura universal con la opción de seleccionar entre varios planes de seguro, una extensa red de clínicas y hospitales dotados con tecnología de punta, cuidado de alta calidad en todas las etapas de la vida, y una fuerte infraestructura médica y recursos.

En Francia, su sistema de salud mixto es conocido por su alta calidad de atención y acceso universal, situándose entre los mejores debido a sus servicios bien coordinados y fácil accesibilidad. Esto se debe a la coexistencia de hospitales públicos y privados y en algunos casos los hospitales públicos son administrados en conjunto con entidades privadas. Así, facilitan la integración de tecnologías y la mejora de la gestión. Incluye tanto la atención primaria como la especializada, así como servicios hospitalarios, medicamentos prescritos y cuidados preventivos, y es reconocida por tener altos niveles de satisfacción entre los pacientes.

Aparte de Europa, países como Canadá se distinguen por su sistema de salud universal financiado por impuestos y un acceso equitativo a servicios de salud de alta calidad, con atención médica gratuita que asegura «que todas las personas tienen acceso a servicios médicos independientemente de su situación económica, al igual que en España». Posee un amplio rango de servicios y un fuerte énfasis en la salud pública y prevención. Sin embargo, a pesar de que la mayoría de los servicios de salud siguen siendo públicos, su infraestructura ha sido en parte modernizada gracias a la participación privada.

Aunque la atención médica está asegurada, puede que los medicamentos prescritos no queden totalmente cubiertos, lo que puede generar pagos significativos de desembolso personal para los pacientes y afecta al principio de equidad. Se puede encontrar similitudes con el sistema de salud de Australia que proporciona cobertura completa a todos sus ciudadanos y residentes permanentes, abarcando un amplio rango de servicios, como consultas médicas, hospitalizaciones y ciertos servicios de salud mental, un área que ha ganado relevancia en todo el mundo y forma parte de la agenda de la mayoría de las propuestas políticas. Este aspecto es uno en el que España tiene que aprender mucho de otros sistemas de salud para administrar los recursos financieros y humanos destinados al bienestar emocional de su población. El sistema australiano que combina financiación y gestión privada con supervisión pública cuenta hoy con una infraestructura sanitaria moderna y actualizada, que se adapta a las necesidades de su población. Internacionalmente, se señala que España se mantiene entre los países con los mejores sistemas de salud pública, tal como se muestra en clasificaciones y estudios nacionales e internacionales sobre la eficacia y eficiencia del sistema de salud español. Según Sánchez Lambás, “nuestro sistema se caracteriza por ser integral y accesible, destacándose por su eficiencia y cobertura universal, lo que nos hace ser reconocidos por tener un acceso universal, una atención de calidad y capacidad para brindar servicios médicos a toda la población. Se destaca en particular a Madrid por su sistema sanitario separado, con un modelo de colaboración público-privado que ofrece atención de alta calidad y lo ha posicionado como una región con un sistema de salud sólido y eficiente, a pesar de los retos globales que enfrentan otros sistemas de salud».

El ICGEA destaca que la adopción de un esquema de colaboración público-privado en el sistema de salud español y otros servicios públicos de un país contemporáneo, que está siendo fundamentalmente implementado en Madrid, puede brindar considerables ventajas tanto a los usuarios como a los contribuyentes. Esto incluye la mejora en la calidad de los servicios y la satisfacción de los ciudadanos mediante el mejor uso de los recursos, incremento en la eficiencia y la disminución de gastos. Asimismo, el ICGEA insiste en que no podemos ignorar tres factores determinantes que son a menudo omitidos frente a amenazas de desprivatizar ciertos servicios o terminar con alianzas ya conformadas. Primero, la colaboración público-privada favorece la viabilidad del sistema disminuyendo el peso financiero del sector público y permitiendo una óptima planificación y distribución de los recursos con miras al largo plazo. En segundo lugar, disminuye los tiempos de espera dado que enviar pacientes a centros privados cuando el sistema público está colapsado permite reducir las demoras, mejorando así el acceso y la satisfacción de los ciudadanos. Tercero, provee mayor flexibilidad y capacidad de adaptación en situaciones de cambio y emergencia, como se evidenció durante la pandemia, donde la mancomunión de ambos sectores permitió que el sistema de salud se ajustara de forma rápida a situaciones fluctuantes y necesidades emergentes.

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