El colectivo de líderes ha consolidado la posición «institucional» de Génova en contraposición con la rigidez mostrada solamente por Isabel Díaz Ayuso, la Jefa de Gobierno de Madrid. A pesar de su intento de convencer a sus compañeros para ignorar a Pedro Sánchez en la convocatoria para una serie de encuentros, la fe que Alberto Núñez Feijóo ha depositado en que cada líder interactúe con el Gobierno como considere mejor, ha sido complementada con su compromiso por escrito de no acordar ninguna financiación de forma bilateral.
Ayuso hizo una declaración el jueves que fue seguida por la decisión de Fernando López Miras, el presidente de la región de Murcia, de asistir a una reunión en Moncloa, así como Juanma Moreno. Este líder del Partido Popular andaluz defendió su presencia en cualquier reunión convocada por Sánchez de «respeto institucional».
Parece que los demás miembros estuvieron de acuerdo con la misma intención, expresándose públicamente uno a uno durante la cumbre del Partido Popular. Aunque ninguno de ellos afirmó que iban a asistir sí hubo voces que expresaron su deseo de poder estar cara a cara con el líder socialista para discutir sobre problemas regionales, como la movilidad o el transporte público, como lo vocearon representantes de las regiones más subfinanciadas, como Extremadura y María Guardiola. Está bajo análisis el deseo de otros líderes como Carlos Mazón o Alfonso Fernández Mañueco, según fuentes. Ayuso, que había incentivado la apertura de un frente más agresivo desde una posición geográficamente más «cómoda», se ha quedado sola en su rechazo. La resistencia a rechazar las reuniones bilaterales con Sánchez el viernes, confirma esta situación.
Los recientes anuncios de López Miras y Moreno Bonilla, dos figuras destacadas del nuevo PP post-Pablo Casado, no hacen sino aumentar la tensión en la líder madrileña, conocida por su posición consolidada dentro del partido. Parece que existen ciertos temas de interés, como la inmigración y los desafíos con el tren de cercanías, que sugieren un impulso por moderación y comedido después de la reunión. No está claro si es una decisión personal o forzada. A pesar de todo, Ayuso se mantuvo firme en la víspera de la reunión popular, con planes de insistir en su propuesta. Profundizó en público en un tono similar al del jueves, durante su discurso inaugural político en Arganda del Rey, aunque con más tranquilidad. Según ella, Sánchez «intenta que le visitemos engañados» con el propósito de «asegurarnos que nos facilitará ese dinero inexistente». Por este motivo, celebro que cualquier asunto relacionado con el fondo común y los intereses de todos los españoles solo se discuta en un foro transparente y leal, y con todos presentes», remarcó. En el caso que Ayuso sea la única que decide no visitar a Sánchez, el PP nacional no interferirá. Fuentes cercanas a Ayuso remarcan en privado que, enfrentándose a sus propias declaraciones, el compromiso de no asistir sigue vigente, pero ella debe tener la última palabra sobre si seguir o no a sus compañeros. En esta línea, recalcan que, aunque se insinúa que los temas de las reuniones serán distintos, el contexto de debate financiero, hace «complicado hablar de otra cosa».
A pesar de invocar un «respeto institucional», Moreno Bonilla ha señalado que Ayuso ya ha tenido conversaciones previas con Sánchez sobre temas de salud y movilidad, sin ningún resultado. Además, se debe tener en cuenta que la estrategia de confrontación constante que Ayuso ha adoptado contra el Gobierno desde 2020 podría resultar inapropiada en el clima institucional actual. En cualquier caso, cualquier decisión no será tomada en las semanas próximas, aunque se espera que los demás presidentes del Partido Popular ofrezcan claridad al respecto. Ayuso ha sugerido que se celebre la Conferencia de Presidentes antes de una reunión con Sánchez, con el fin de abrir el camino oficial para la negociación de financiamiento autonómico. Esta propuesta no parece factible, debido a la oposición del Gobierno, que sólo ha programado una próxima reunión, sin especificar la fecha, para discutir la vivienda en Santander (Cantabria). Las acciones y posturas del presidente y sus ministros en los días venideros pueden influir a favor o en contra de Ayuso para fortalecer su posición entre los presidentes, para que su rechazo se propague o para que finalmente ceda y se reconcilie con Sánchez en las puertas de Moncloa. Ayuso parece estar jugando a despistar, sin presión de Génova. El hecho de que la cúpula nacional del PP no presiona a nadie para asistir a estas consultas con Sánchez, incluso a Ayuso si no quiere, además de la libertad que tienen los dirigentes de mantener el nivel de interacción que desean con el Gobierno, en ningún caso cuestiona la esencia institucional y estatal que ha definido al PP, junto al PSOE, durante más de 45 años de democracia.
Autoridades respetables enfatizan que no se limitará ni castigará la falta de presencia en «asambleas». No obstante, Ayuso puede hallarse en una situación desafiante para justificarse si los trece líderes regionales restantes, provenientes de regiones como Extremadura, la Comunidad Valenciana, Castilla y León, Galicia o Aragón, se dirigen a Madrid uno por uno, a diferencia de ella. Feijóo se muestra tranquilo luego de asegurar la confianza en sus barones en caso de que opten por reunirse con Sánchez y haberles obtenido, sin requerir de interferencias externas, un compromiso de perseverar en la «multilateralidad». Esto también le facilita el manejo de cualquier indicio de discordancia para enfrentar un debatir difícil acerca de la financiación. Al menos por ahora y en el futuro próximo. El pronosticado aplazamiento de cualquier trato con el Gobierno en este asunto, puede conducir eventualmente a que cada barón de prioridad a los beneficios locales sobre los del partido. Por ahora, se reitera, existe un «frente común» de relevancia. «Somos el 70% del territorio», destacó Feijóo en la reunión, como una táctica de presión para el Gobierno para iniciar negociaciones. Sin embargo, en Génova temen «tentaciones». Sánchez las propiciará, mediante «singularidades para todos», según lo reportó El Independiente. Como se mencionó anteriormente, la propuesta inicial del PP [mostrada anteriormente] evita cifras precisas como las que solicitó esta semana María Jesús Montero, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda.
Se han definido diez directrices principales. La primera es la lealtad institucional, que incluye el impedimento del progreso hacia la cuota catalana y el rechazo a la bilateralidad con el separatismo. En segundo lugar, se propone la convocatoria de la Conferencia de Presidentes y del Consejo de Política Fiscal y Financiación. La tercera se enfoca en «incrementar la cuantía económica del sistema de financiación». También se planea la creación de un fondo de transición para un nuevo esquema financiero. La quinta es la cogobierno de los fondos europeos, donde se harán accesibles a las comunidades autónomas 18.000 millones de euros de los fondos no reembolsables Next Generation. La sexta es «garantizar la autonomía fiscal». La séptima directriz es que ninguna región se salga del régimen común ni descompone la Agencia Tributaria. Se busca también la solidaridad territorial y finalmente, el desarrollo de un nuevo modelo de financiación.