El gobierno tenía la previsión de lo que sucedería. Pedro Sánchez ansiaba que al proponer una reunión bilateral en la Moncloa con cada uno de los gobernadores autónomos, los miembros del PP podrían mostrar discrepancias de opinión. Como es común, la influyente figura del PP, Isabel Díaz Ayuso, estableció su propia postura.
Este evento ocurrió el jueves anterior, después de que el líder del gobierno anunció esa serie de encuentros con los líderes regionales. Sin embargo, ahora el gobierno espera que los cabezas del PP encuentren problemático rechazar la propuesta de Sánchez que, en cuestiones financieras, resultará en recursos adicionales y en el reconocimiento de las «características únicas» de cada área.
Esta ha sido la táctica empleada por el Ministerio de Hacienda desde mediados de agosto, cuando Salvador Illa, ya investido, intentó promover su visión de lo acordado con ERC. Lo que se acordó no era un acuerdo económico para Cataluña, sino una «financiación distintiva» que podría extenderse al resto de las comunidades, aunque aún no ha revelado cómo.
En un evento público reciente en el Instituto Cervantes, Sánchez delineó sus prioridades para el próximo periodo. Aquí hizo la promesa de establecer un modelo de financiación autonómica «más equitativo», que «minimice las diferencias regionales», que «reconozca las particularidades de cada territorio y que asegure la suficiencia de los gastos públicos», y exigiendo la «corresponsabilidad de los gobiernos autónomos». «Les prometo, les aseguro, me comprometo a que, con la reforma del sistema que propondremos, todas las comunidades autónomas del país recibirán más recursos que los que obtuvieron mientras el PP estaba en el poder», principalmente porque el gobierno duplicará los recursos del Fondo de Compensación Interterritorial, la «principal herramienta de solidaridad que establece la Constitución».
El mandatario adelantó que en las semanas venideras, planea llevar a cabo encuentros uno a uno en la Moncloa con todos los presidentes autonómicos. Aunque la Moncloa no ha publicado todavía un programa oficial, es probable que los encuentros inicien pronto. Sin embargo, no tendrán lugar la siguiente semana, ya que Sánchez sale este sábado rumbo a China en un viaje oficial y no volverá hasta el 12 de septiembre. Además, del 23 al 26, se estará desplazando a Nueva York para la apertura de la 79ª sesión de la Asamblea General de la ONU.
Sánchez, con esta declaración, pone la responsabilidad en las provincias. Especialmente a los líderes del PP. Ayuso, este jueves, intentó resistirse al plan, llamando a sus colegas de partido a sabotear los encuentros, negándose a asistir. Les instó a que no adopten la estrategia de Sánchez ni de su aliada, la vicepresidenta María Jesús Montero. Ayuso reclamó que su estrategia es intentar dividir las comunidades del PP, diluyendo la presencia del líder del partido, Alberto Núñez Feijóo, y minimizando el amplio respaldo que los ciudadanos españoles le otorgaron en las elecciones. En resumen, Sánchez busca «sobornar uno a uno en la Moncloa».
La casa central del PP, Génova, no fomentará ni prohibirá ningún encuentro.
No obstante, el pedido de Ayuso no tuvo mucha duración. El murciano Fernando López Miras se mantuvo firme en su deseo de encontrarse con el presidente, sin, sin embargo, proponer el tema de discusión de los fondos de su región. De igual forma, Alfonso Fernández Mañueco, de Castilla y León, está dispuesto a conversar con Sánchez, focalizando en infraestructuras. En cuanto a la administración de Feijóo, se les dio libertad a sus barones para reunirse con Sánchez si lo consideran apropiado. Se decidió en Génova que «ellos son los encargados de establecer el grado de relación institucional que crean conveniente» y, por ende, la cúpula «no sugerirá ni prohibirá ninguna reunión».
El intercambio de pronunciamientos se encuentra en la antesala de la junta que Feijóo tendrá con todos sus barones este viernes, con el objetivo de coordinar su postura en torno a la financiación autonómica. Tanto en la Moncloa como en Ferraz se sienten satisfechos con la «confusión interna» del partido opositor principal. Era su expectativa. El objetivo de Sánchez siempre fue fracturar al PP, mostrando que sus barones no poseen una postura unificada pues al final, deben enfocarse en lo que es beneficioso para sus respectivos territorios. «Estamos cumpliendo con nuestras responsabilidades —afirman desde el equipo de Sánchez—. Ellos ni siquiera saben qué país tienen en sus manos. Son un desorden. Están enredados en una contienda que poco tiene que ver con la financiación y como están desorientados, provocan caos. Y lo que observamos es la carencia de liderazgo por parte de Feijóo».
El círculo de líderes de Génova insta a organizar cuanto antes una Reunión de Dirigentes. La preparación del mismo ya se encuentra en manos del Ministerio de Política Territorial y, según confirmó Sánchez el miércoles, se realizará en Cantabria. Aún sin una fecha fijada, se puede asegurar que no se convocará este mes. Precederá a este evento un encuentro bilateral con los gobernantes autonómicos seguido por la reunión multilateral, que Moncloa planea dedicar al debate sobre el tema de vivienda.
Sánchez planea tratar con los líderes regionales sus necesidades y abordar sus particularidades. De esta manera, fuentes de la Moncloa indican que podría brindar al líder de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, del Partido Popular, una reducción de la deuda igual a la propuesta para Cataluña, la segunda comunidad con mayor deuda, ascendiendo a 50.918 millones. Asimismo, podría reconocer las particularidades de Aragón en su encuentro con el presidente Jorge Azcón, conforme al artículo 108 del Estatuto de Autonomía, entre otros. Según fuentes gubernamentales, la cuestión no es qué ofrecerá el presidente a los líderes del PP, sino qué actitud tendrán estos. ¿Qué reacción tendrán frente a la propuesta de más recursos? No cuentan con una postura común. Con estas reuniones bilaterales en la Moncloa, se les impulsa a expresarse y a profundizar más allá del discurso común de que Sánchez es el enemigo. En cuanto a la oficialidad, no muestran tanto denuedo en presencia del presidente del Gobierno como en una conferencia de prensa».
El líder del Gobierno discutirá en cada encuentro acerca de las características únicas de cada región autónoma, según informan fuentes de Ferraz. Resaltan que lo primordial es si algún gobernador regional se atreverá a rechazar un incremento de fondos para los servicios públicos por indicación de Feijóo. Consideran ridículo que se decline la oferta de más dinero del Estado cuando todos manifiestan ser insuficientemente financiados. Sería una decisión política que perjudica a sus propios ciudadanos, lo que Feijóo insensatamente solicita. Además, la Moncloa evidencia que las declaraciones de la líder madrileña muestran su «falta de fe» en la fortaleza de los miembros de su partido, ya que piensa que podrían ser fácilmente seducidos por el líder socialista.
Simultáneamente, Sánchez ha apuntado hacia Ayuso. El miércoles, denunció que las regiones gobernadas por el Partido Popular siguen una agenda «en detrimento de la mayoría» con reducciones de derechos y «favores fiscales» para aquellos con mayor riqueza. Focalizó su atención en Andalucía, Valencia y Madrid y en especial en la última, en Ayuso. Mencionó cómo en el último año se redirigieron «mil millones de euros hacia la salud privada» y cómo mientras que el Estado ha transferido casi 100.000 millones a Madrid desde 2018 a 2023, los recortes de impuestos aprobados por el Gobierno regional, «enfocados en beneficiar a los más ricos», resultaron en una disminución de los ingresos de 31.000 millones.
No fue un hecho fortuito. Sánchez, desde las elecciones europeas, ha decidido que tiene que enfrentarse directamente a Ayuso y a sus políticas para tratar de reducir la gran ventaja que el Partido Popular tiene sobre el Partido Socialista Obrero Español en la región. Es un desafío difícil de superar con la cantidad de votos obtenidos por el Partido de los Socialistas de Cataluña. No solo el partido PSOE-M, sino también el propio presidente y el gobierno central atribuyen la oposición a la presidente de la Comunidad de Madrid a Sánchez. No siempre fue así, en Ferraz temían que Sánchez tomara la delantera en criticar a Ayuso por el temor de que ella se posicionara como víctima, lo que ya le funcionó a su favor en las elecciones autonómicas de mayo de 2021. Pero la estrategia ya ha sido revisada y ahora, la popular líder de Madrid es, sin dudarlo, el blanco del ataque de Sánchez, su gobierno y su liderazgo. Este hecho se demostró con el caso de la supuesta evasión fiscal del pareja de la presidenta, «Y en esta circunstancia, ella pide más dinero mientras que reduce los impuestos en Madrid. Esta es otra cuestión que vamos a plantear, la corresponsabilidad fiscal», precisan las fuentes gubernamentales.
No es un pacto, es «una nueva perspectiva»
El Gobierno rechaza la frase «pacto económico» que En Comú Podem utiliza. Prefiere utilizar el término «financiación única» para Cataluña, como se expone en el texto, aunque ese acuerdo con los republicanos traza un modelo similar al pacto vasco o al acuerdo Navarro, en el que la Generalitat asumiría la responsabilidad de la gestión, el cobro, la liquidación y la administración de todos los impuestos que paga la comunidad. Luego, la Generalitat reembolsaría al Estado una cuota por los servicios prestados y contribuiría a la solidaridad entre los territorios, un importe limitado por el principio de ordinalidad.
Montero, el miércoles pasado en el Senado, describió lo acordado como «un nuevo enfoque hacia la financiación de las autonomías, en este caso específico». «Es una perspectiva innovadora que normalemente suele ser difícil de percibir para otros», terminó, demandando «una visión amplia». La primera vicepresidenta y ministra de Hacienda enfatizó que es un «convenio solidario», «una posibilidad para progresar en el federalismo del Estado», un documento que respeta el Estatut de 2006 y la Constitución de 1978, y que el Gobierno se: «compromete a cumplir en su total literalidad».
Luego de mantener silencio estricto hasta la investidura de Illa, el Gobierno se ha empeñado mucho más en justificar lo que no es el trato con ERC — un «concierto económico»— que en especificar lo que es, lo que implicará, cómo se promoverá o cómo se implementará. No existen detalles, no hay aclaraciones. Pero el mensaje que el Gobierno aspira a transmitir es que el financiamiento «más equitativo» que se origine será extendido a todas las comunidades autónomas, dado que se está avanzando hacia un modelo federal que reconoce, como señaló Sánchez, las «peculiaridades» de todas. «De las singularidades surgen las necesidades. Y las necesidades de cada comunidad son diferentes», resumen en Ferraz.
En concreto, se realizaría una transición desde el café para todos de la Transición, según la alegre expresión del ministro de UCD Manuel Clavero Arévalo, a las singularidades para todos que Sánchez pretende utilizar para compensar la fractura del sistema común que supondría la aprobación de lo acordado con ERC para Cataluña. El nuevo modelo debería reflejarse en la reforma de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA), cuyo respaldo no está garantizado. En absoluto.
Primero, la formación política Junts se niega a utilizar sus siete votos para apoyar un sistema que entremezcle a Cataluña con las demás regiones autónomas. El senador Eduard Pujol advirtió esto durante el pleno de la Cámara Alta el miércoles, enfatizando que si el plan para mitigar el despilfarro catalán era cambiar un sistema uniforme a otro aplicado a todos, entonces su respuesta sería negativa. Añadió que si la idea era aplicar un calimocho fiscal, estarían aniquilando el acuerdo de Bruselas acordado entre PSOE y Junts en noviembre para la investidura de Sánchez, lo cual daría por finalizado el juego. Además, la ERC demanda que el pacto se mantenga íntegro, sin intentos de subvertirlo. La senadora Sara Bailac advirtió que cualquier incumplimiento o intento de atenuar los términos del acuerdo tendría repercusiones.
El PSOE ha destacado recurrentemente en las últimas semanas que lo crucial no es quién recauda los impuestos, sino que la solidaridad sigue siendo la columna vertebral. Este mensaje está destinado no solo al PP sino también a los miembros del PSOE. Sánchez y Montero han estado allanando el terreno de cara al comité federal del partido del próximo sábado y al 41º Congreso a finales de noviembre. El objetivo es silenciar las críticas y la incomodidad generalizada que ha causado el acuerdo entre el PSC y el ERC. Sánchez se dirige no solo al público general sino también a los miembros de su partido.