Este martes, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha optado por nombrar a la jueza Isabel Perelló como la primera mujer en liderar tanto el CGPJ como el Tribunal Supremo. Esta doble función la mantendrá ocupada durante los próximos cinco años, en los que además deberá afrontar el considerable desafío de renovar la jerarquía judicial después de largos períodos de estancamiento.
El grupo de 20 vocales, de inclinaciones tanto conservadoras como progresistas, ha estado debatiendo durante meses. Luego de descartar a Ana Ferrer, candidata progresista, por una diferencia de cuatro votos, finalmente llegaron a un consenso (16 votos a favor) y eligieron a Isabel Perelló, también progresista, tal como anticipó El Independiente.
Perelló, de 66 años, originaria de Sabadell (Barcelona), es licenciada en Derecho por la Universidad Santiago de Compostela y tiene un diploma en Criminología de la Universidad Complutense de Madrid. Ha trabajado para la Sala de lo Contencioso de la Audiencia Nacional y ha pasado los últimos 15 años en el Tribunal Supremo, también especializándose en asuntos contenciosos. Durante su tiempo en el Tribunal, cultivó una amistad cercana con la actual Ministra de Defensa, Margarita Robles, según afirmaciones de fuentes dentro del ámbito jurídico.
En 2014, Perelló co-firmó una carta con Robles y Celsa Pico, criticando al entonces presidente del CGPJ, Carlos Lesmes, por el uso de lenguaje «sexista» en sus escritos. Un ex alto oficial del Poder Judicial ha descripto a Perelló como una jueza excepcionalmente competente, discreta y poco propensa a buscar atención mediática. Perelló también es miembro de la organización Jueces y Juezas para la Democracia (JJyPD).
El nombre de ella no figuraba en el listado que el CGPJ inició el 25 de julio pasado. Precisamente, siete aspirantes estaban sobre el tapete hasta ese momento, todos jueces del Tribunal Supremo, pero ningún candidato había podido conciliar las visiones de conservadores y progresistas. Estos últimos se mostraban inflexibles en no admitir ningún postulante que no fuera femenino, argumentando que nunca anteriormente se había adjudicado el cargo a una jueza, situación que consideraban no representa adecuadamente a una sociedad diversa.
En la sesión del día lunes, los grupos conservadores presentaron la opción de expandir las normativas del juego para incluir más aspirantes y resultó ser el método eficaz para destrabar el conflicto. Tal como lo adelantó este medio, esa jueza era la que convenía tanto a progresistas como a conservadores. El martes por la mañana, se reanudó la plenaria del Poder Judicial y se confirmó que Perelló era la seleccionada para avanzar a la fase final de las votaciones junto a Ana Ferrer, quien ha sido candidata desde el inicio y era la preferida de los miembros del CGPJ. Ferrer obtuvo cuatro votos, mientras que Perelló logró los tres quintos que la Ley Orgánica del Poder Judicial exige para asumir la presidencia.