Los convenios más novedosos se acordaron hace pocas semanas, durante el apogeo del calor estival, con la filial española de una corporación de armamento israelí y otra firma con sede en Tel Aviv como ganadoras. El total de las adjudicaciones supera los 800.000 euros.
El Estado español persiste en la importación de equipo bélico de Israel, a pesar de las declaraciones de Pedro Sánchez, quien de manera tajante ha declarado ante el Congreso que «desde el 7 de octubre España no realiza ninguna transacción de armamentística con Israel».
Esta consistente oleada de importaciones procedentes de Israel –incluyendo licitaciones en curso para el mantenimiento de equipos de fabricación israelí– contradice no sólo el compromiso político que el Gobierno de coalición ha manifestado públicamente, sino que sucede al mismo tiempo que otros Estados de la Unión Europea han iniciado la pausa en la adquisición de armas y equipos militares al Estado hebreo. La pasada semana, Irlanda, que junto a España reconoció simultáneamente al Estado Palestino en mayo, anunció que cesaba la compra de material militar para ejercer presión dirigida a terminar con el conflicto en Gaza. En una declaración pública, el primer ministro Simon Harris relacionó esta decisión con la aplicación de las resoluciones del Tribunal Internacional de Justicia, que busca determinar si la actual operación militar de Israel en la Franja de Gaza se puede considerar un «genocidio». Más concretamente, las adquisiciones más recientes comprenden equipos de sincronización de inhibidores destinados a la empresa israelí Netline Communications Technologies (NCT) Ltd., con un costo de 471.900 euros y marcados por el Ministro de Defensa español como sistemas de guerra electrónica y contramedidas, y el mantenimiento de la estación de armas RCWS MINISAMSON a cargo de PAP TECNOS, filial española de Rafael, una entidad perteneciente al ministerio de Defensa de Israel, por un valor de 350.000 euros.
La distinción de «mejor relación calidad-precio» motivó la adjudicación en ambos casos. Resultaron ser las únicas propuestas presentadas al departamento encabezado por Margarita Robles. El total de las importaciones autorizadas y realizadas de equipo militar israelí por España desde el 7 de octubre – fecha de inicio de los ataques de Hamás y la operación israelí – ronda los 1.100 millones de euros. Según Eduardo Melero, investigador del Centre Delàs de Estudios por la Paz, la justificación del Gobierno para su contratación es que las compañías israelíes proporcionan el mejor producto técnico. Técnicamente, son las únicas que lo hacen, lo que implica una dependencia de la industria de defensa israelí. Estos contratos de nuevo material sugieren la futura adquisición de mantenimiento y repuestos, lo que implica una dependencia hacia un gobierno extranjero con una conocida falta de respeto a los derechos humanos.
El listado de contratos públicos con empresas de seguridad israelíes o sus filiales españolas pone en cuestión las declaraciones reiteradas de Sánchez y del ministro de Relaciones Exteriores, José Manuel Albares. Sánchez aseguró en abril ante el Congreso de los Diputados que a partir del 7 de octubre España no realizaba ninguna operación de compraventa de armas con Israel. Sin embargo, los ministerios implicados, todos controlados por el PSOE, se han negado a proporcionar la información requerida. Exteriores no ha aclarado si se va a seguir la medida anunciada por Irlanda, insistiendo en que la Secretaría de Estado de Comercio, actualmente parte del ministerio de Economía, maneja este asunto. Por su parte, Comercio ha enfatizado su falta de información actualizada.
«Por desgracia, no disponemos de esa información. Los detalles correspondientes a 2024 se muestran en nuestros informes anuales y semestrales, pero el periodo de 2024 todavía se encuentra en desarrollo», han declarado. «No tienen ninguna prisa en divulgar el informe, probablemente porque volverá a resaltar que las exportaciones de armas a Israel se han realizado desde el 7 de octubre», denuncia Melero. Según este periódico, los encuentros entre representantes comerciales de empresas israelíes y funcionarios del Ministerio de Defensa de España han continuado en los últimos meses. Al finalizar este artículo, el departamento de Robles no había respondido, excusándose en que habían solicitado información y estaban a la espera. Desde octubre, Sánchez ha defendido públicamente que la ofensiva israelí en la Franja de Gaza viola el derecho humanitario internacional. Casi 11 meses después, la operación ha costado la vida a cerca de 41.000 gazatíes y ha dejado el territorio palestino totalmente irreconocible, con una devastación que requerirá décadas para su reconstrucción. Hay falta de claridad en los datos. Fuentes de Amnistía Internacional han reconocido a este periódico que durante una reunión con el Ministerio de Economía, hace unos meses, se trató el tema de las importaciones. La respuesta del gobierno fue que «estaban buscando opciones desde Defensa y explorando alternativas, pero sin especificar nada más, ni plazos ni otros detalles». La opacidad en las importaciones de armas es aún más grande que las exportaciones, donde las transacciones tampoco han parado. «A diferencia de las exportaciones, no existe un informe anual oficial de importaciones por parte de la Secretaría de Estado de Comercio», indican desde el Centre Delàs. En su informe anual, el Ministerio de Defensa solo incluye los diez principales países de origen de las importaciones.
El informe más reciente de 2021 colocó a Israel en el sexto lugar, con una contribución de 45 millones de euros. El material producido por Israel tiene un impacto significativo en los sistemas de comunicación del ejército español. En contraste con Irlanda, la realidad es bastante diferente. Según datos oficiales, el país ha invertido aproximadamente 20 millones de euros en equipos de defensa de Israel en las últimas dos décadas. El comercio español supera el volumen registrado oficialmente, dado que no todas las importaciones se reflejan en las estadísticas públicas y algunas se registran como fabricadas en España cuando en realidad pertenecen a filiales de empresas israelíes. La tendencia histórica demuestra un incremento considerable en las importaciones de armas o tecnología militar israelí hacia España en los últimos años. En el verano de 2014, el gobierno de Mariano Rajoy impuso una moratoria temporal al comercio en respuesta a la Operación Margen Protector, una ofensiva militar israelí que resultó en la pérdida de 2,200 vidas palestinas en 50 días. La presencia de material israelí en los sistemas de comunicación del ejército español es particularmente destacada, ya que su mantenimiento también depende de la tecnología israelí durante varios años. «La situación actual, con el gobierno de Israel ignorando la ley internacional en Palestina, no es algo nuevo», señala Melero. Los expertos de un centro de estudios advierten que depender de las empresas israelíes para las comunicaciones, incluso las más sensibles, y los productos estratégicos limita las opciones de rechazar a Israel en situaciones actuales, restringiendo la soberanía. Entre las importaciones aprobadas después del inicio de la ofensiva en Gaza se incluye la entrega de 168 sistemas de misiles anti-tanque SPIKE LR2, con un costo superior a 285 millones de euros.
La filial local de Rafael, una corporación que se vanagloria de su tecnología testada en combate, es la beneficiada. Esta tecnología ha sido empleada reiteradamente en las operaciones militares de Israel en la Franja de Gaza y Cisjordania ocupada. «Estos casos, como el de Israel, demuestran la importancia de las importaciones, pues estas no solo están validadas en Gaza y Cisjordania, sino que impulsan la industria militar israelí y de forma indirecta coadyuvan a la ocupación de Palestina. Si no hubiese importaciones de otros países, el costo económico para Israel de mantener estas operaciones militares sería mayor», señala Melero. Según el Centre Delàs, las importaciones también constituyen una infracción del Tratado de Comercio de Armas que afecta principalmente la exportación de material. Según su artículo 2, “las actividades de comercio internacional cubrirán la exportación, la importación, el tránsito, el trasbordo y el corretaje, denominados aquí en adelante como ‘transferencias’”. Cuando el debate sobre el reconocimiento surgió la primavera pasada, activistas y organizaciones palestinas ya alertaron que la medida implementada finalmente por España a finales de mayo no era suficiente para terminar la guerra y fomentar una solución política al conflicto que ha durado un siglo. “En mi opinión, debería llevarse a cabo la suspensión de cualquier vínculo económico con Israel, puesto que esto es un genocidio. Se requiere un estado que tenga el coraje de adoptar una posición principista», declaró Francesca Albanese, relatora especial de Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados, hace unos meses en una entrevista a este medio. La decisión de Irlanda de suspender las importaciones de material militar israelí coloca a su socio europeo, España, en una posición delicada.
Melero finaliza expresando que, desde una perspectiva política, es vital defender los derechos humanos, siguiendo el ejemplo de Irlanda. Asegura que la circunstancia en Gaza no puede mantenerse y que debemos cesar cualquier tipo de colaboración, aunque sea indirecta, con esta conducta.
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