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El PSOE se embarca en su lucha congresional, con incertidumbre sobre la extensión de la renovación que Sánchez planea implementar en el partido y el gobierno

Aún se desconoce con precisión el formato del 41º Congreso Federal del PSOE, programado para llevarse a cabo entre el 8 y el 10 de noviembre en Sevilla, y cómo influirá en la estructura del partido. No obstante, lo que sí está claro es que será una experiencia distinta a la del 40º congreso, que se realizó en Valencia del 15 al 17 de octubre de 2021, marcado por un ambiente de unidad interna y entusiasmo.

Aunque apenas han transcurrido tres años, la cara del PSOE, del gobierno, e incluso de su líder, Pedro Sánchez, han cambiado. Aunque el secretario general y presidente del Gobierno sigue siendo una figura indiscutible, el partido ha sufrido un periodo de turbulencia interna por más de un año, evidenciado por la pérdida de casi todo su poder territorial.

Asimismo, se cuestiona si la frágil coalición gubernamental logrará desarrollar nuevos Presupuestos Generales del Estado. Este contexto desfavorable se ve agravado por las críticas generalizadas a su presidente, especialmente por el acuerdo fiscal con Cataluña alcanzado entre PSC y ERC, generando un estado de inquietud que aún persiste entre las filas socialistas. Las condiciones son distintas a las de 2021 y se desconoce qué estrategia tiene Sánchez en mente. Incluso sus colaboradores más cercanos dudan acerca de qué reorganizaciones podrían resultar del Congreso dentro del Ejecutivo y el partido. «No hay una respuesta clara aún sobre si habrá una reestructuración significativa de la dirección del PSOE y del Gobierno, y no creo que el presidente tenga una respuesta aún», comenta uno de sus colaboradores más cercanos. Con la convocatoria de un congreso federal, que será anunciada por el comité este sábado, se espera el recambio de los liderazgos autonómicos, provinciales y locales.

Las dudas persisten, sin embargo algunos detalles serán esclarecidos este lunes en una reunión en la sede de Ferraz. Esta será la primera reunión tras el descanso de verano y convocará a la junta ejecutiva, la cual a su vez convocará al comité federal para el próximo sábado 7 de septiembre. Este comité, el principal organismo de dirección, dará inicio formalmente al proceso. Llamará al 41º Congreso Federal y, al ser un cónclave común, implicará una renovación obligatoria y secuencial de todas las direcciones a nivel regional, provincial y local. Así comienza el PSOE un proceso que durará varios meses, con la intención de completar la sucesión a todos los niveles antes del verano de 2025.

Aunque la fecha exacta del 41º Congreso aún no ha sido confirmada por Ferraz, fuentes regionales han indicado a este periódico que probablemente tendrá lugar el 8, 9 y 10 de noviembre en Sevilla, en el Palacio de Exposiciones y Congresos (Fibes). Para las federaciones, es crucial conocer el calendario que propondrá la cúpula de Sánchez, para organizar sus propios encuentros y resolver sus conflictos internos, que sin duda los habrá, y algunos serán significativos. El presidente busca acelerar los tiempos, adelantando el proceso un año, ya que los estatutos del partido exigen que el congreso se celebre entre el tercer y cuarto año después del último. Así, el PSOE tendrá su próxima reunión interna poco más de tres años después de la última.

Hasta ahora, la dirección siempre respondía negativamente cuando se consultaba sobre el progreso del 41º Congreso. Sin embargo, el presidente mostró algunas indicaciones de que consideraba esa opción. Después de la caída en los comicios gallegos el 18 de febrero, sugirió a su equipo principal que era necesario reforzar los liderazgos regionales. En una conferencia de prensa desde Marruecos varios días después, aceptó que quedaron tareas pendientes tras el impacto de las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2023 que no se lograron debido a la convocatoria de las elecciones generales. Aseguró que deberían centrarse en esas tareas después de las elecciones europeas.

Posteriormente a los comicios europeos Sánchez señaló especial interés en dos regiones: Madrid y Andalucía. Aunque la contundente victoria socialista en Cataluña frenó el retroceso, no fue suficiente para equilibrar el déficit con el PP en esas dos comunidades. El presidente sabe que debe impulsar el partido en Andalucía, antiguo feudo que funcionó como un reloj perfecto durante casi cuatro décadas. La interrogante es si seguirá confiando en Juan Espadas, su secretario general y portavoz del partido en el Senado desde noviembre pasado, como líder regional y como imagen para las elecciones.

Después de 12 años, este escenario recuerda al congreso de Rubalcaba contra Chacón.

El planning de las próximas elecciones andaluzas, que probablemente inaugurarán el siguiente ciclo electoral, es la justificación para la elección de Sevilla como sede del 41º Congreso Federal. Este evento está liderado por el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno del Partido Popular, que ha de organizarlas a más tardar en el verano de 2026. No obstante, se deberían realizar antes las elecciones autonómicas en Castilla y León, que tienen menos importancia para los socialistas, a más tardar en febrero del mismo año. Esta decisión es un claro indicativo de que la atención está puesta en Andalucía y en sus inminentes elecciones. La intención es recuperar el terreno que se perdió cuando Susana Díaz tuvo que entregar el Gobierno regional al PP después de los resultados electorales de diciembre de 2018. En cuanto al futuro de Espadas, este permanece incierto. Sus críticos internos han crecido y se manifestaron en la reunión del comité director, el nivel más alto de poder en el PSOE andaluz, en julio pasado.
Por otro lado, el Primer Ministro necesita llenar el vacío dejado por Ribera en la Transición Ecológica, y posiblemente por Escrivá en la Transformación Digital, si lo nombra como el nuevo gobernador del Banco de España.

El 38º Congreso se llevó a cabo en Sevilla en el año 2012, en el cual Alfredo Pérez Rubalcaba se enfrentó a Carme Chacón. Rubalcaba, quién en su día se desempeñó como vicepresidente y ministro del Interior, resultó victorioso. Antes de este, hubo tres congresos: el 35º en 2000 que eligió a José Luis Rodríguez Zapatero, y el 36º y 37º en 2004 y 2008, que fueron de ratificación, estos se realizaron en Madrid. Después de Sevilla, Madrid también acogió dos congresos más: el conclave extraordinario de 2014 que ascendió a Sánchez al liderazgo, y el 39º de 2017 donde Sánchez fue nuevamente coronado tras vencer a Susana Díaz en unas primarias muy reñidas. Sin embargo, el 40º congreso, celebrado hace tres años, tuvo lugar en Valencia, la preciada ciudad que se perdió en el desastre de 2023.

Sánchez aún no ha revelado indicios sobre la formación de su próximo equipo en la dirección del partido, en especial sobre si conservará en sus puestos a sus principales aliados, María Jesús Montero, su vicepresidenta desde julio de 2022 tras la salida de Adriana Lastra, y Santos Cerdán, jefe de Organización, y si realizará una reestructuración profunda de su liderazgo. Sánchez hizo los últimos ajustes tras su reelección en enero pasado, pero algunos líderes consideran que aún persiste el problema subyacente: el estancamiento de Ferraz durante una época de especial vulnerabilidad interna. Se espera que los cambios en el PSOE se reflejen también en modificaciones gubernamentales. Estos ajustes son inevitables debido a los cambios en posiciones clave, como la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico Teresa Ribera, quien se dirige a la Comisión Europea, y quizás también por José Luis Escrivá, encargado de la Transformación Digital y Función Pública, quien se postula para el Banco de España, algo que el PP rechaza firmemente pero que Sánchez podría promover sin necesidad de acuerdos.

En términos de predicciones sobre Sánchez, su equipo cercano enfatiza que hacer conjeturas es absurdo, especialmente cuando miramos más de dos meses en el futuro. Con Sánchez, siempre predispuesto a sorpresas e impredecible, es complicado aventurar qué reformas planteará para el partido y el gobierno, incluso a largo plazo. Varios líderes cercanos y de distintas regiones prefieren abstenerse de especulaciones. «Solo uno (el presidente) sabe que habrá cambios con seguridad, pero yo no especulo», dice uno de los líderes de una federación importante. «¿Quién puede prever qué está planeando Pedro?», dice un líder regional.

«Pedro desconfía de todos», indica otro líder autonómico. «Es evidente que cambios sustanciales deben suceder en la ejecutiva. Nunca se anticiparía un congreso para mantener el status quo», apunta una figura encargada de un sector territorial. Mucho especulan que Pedro busca un nuevo impulso, solidaridad interna y renovación, en preparación para unas posibles elecciones anticipadas, asegurándose de tener todo sus asuntos en orden con cuatro años de antelación. Algunos, como un líder regional, predice cambios radicales tanto en el Gobierno como en el partido. No obstante, hay quienes son críticos, señalando que cada crisis solo ha llevado a un Gobierno peor. En los altos mandos de una federación crítica, señalan: «No tengo idea de lo que planea». Se espera que los cambios ocurran dado que Pedro ha escuchado que la corte de Santos [Cerdán] es inaceptable. También hay rumores de que salvo dos, el Gobierno está estancado, por lo que no se descarta ninguna posibilidad.

Sánchez tiene como objetivo, lo cual es un hecho reconocido incluso por sus más cercanos allegados, consolidar su posición interna y promover la renovación territorial que está pendiente desde el año anterior. Aún cuando se ha dado un espacio para un posible debate sobre su autoridad como presidente, mismo que él propició con su breve ausencia de cinco días en abril, todo culminó con su reafirmación de poder en la Moncloa, «con aún más vigor, si ello es posible». Un espacio que rápidamente cerró para evitar conflictos internos. Sin embargo, en las recientes semanas, de manera sutil se ha percibido cierto malestar visible dentro de amplios sectores del partido que se oponen al acuerdo catalán. Esta oposición no se limita, como ha ocurrido en otras ocasiones, al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y al ex presidente de Aragón y aún secretario regional, Javier Lambán. El descontento es mucho más generalizado, como lo demostró la posición crítica del Jefe del Principado, Adrián Barbón, un líder que siempre se mantuvo alineado con Ferraz.

Ni Sánchez ni Montero han aclarado a la fecha en qué se basa el acuerdo para un «financiamiento singular» para Cataluña, que actualmente ni siquiera dispone de los votos necesarios para avanzar en las Cortes. El sábado pasado, Montero intentó emitir una nueva señal de calma durante la interparlamentaria andaluza. Insistió en la necesidad de lograr un equilibrio donde Cataluña tenga un «financiamiento singular», tal como lo establece el acuerdo PSC-ERC. Aseguró que esto sería compatible con tener financiación propia si otras regiones así lo solicitan.

Este miércoles, la vicepresidenta primera está convocada al Senado para explicar el acuerdo, esto tras una petición del PP. «La incertidumbre continúa y se experimenta en todos los territorios, excepto algunos, pero se siente incluso en aquellos que no expresan nada», explicó un barón. Dentro del partido, se manifestó, de manera comprensible, el agrado por la elección de Salvador Illa como el nuevo presidente de Cataluña, aunque también se siente el disgusto por el alto costo político pagado.

Por ende, el presidente está tratando de reforzar su posición interna ante las críticas y reconquistar el ímpetu. Sin embargo, le será difícil conseguir que su drástica transformación en lo que respecta al financiamiento autonómico – la adopción de un modelo para Cataluña parecido al del País Vasco y Navarra que antes se había rechazado – prospere en el debate de la ponencia marco. Por lo tanto, Ferraz debe asegurar el control de la mayoría de los delegados seleccionados para la asamblea.

Parece cada vez más probable que se produzca otra prórroga presupuestaria. El otoño también estará marcado por los congresos de Junts y ERC, aliados esenciales del gobierno.

Además, las perspectivas para los siguientes meses no son alentadoras, en efecto, son bastante desalentadoras. Las fracturas en el bloque de investidura son predecibles, principalmente en lo que respecta a Junts. Los posconvergentes hicieron una advertencia antes del verano al dejar caer el camino de estabilidad, y esta última semana reafirmaron sus amenazas: se unieron a PP y Vox para solicitar que Montero detallara en el Congreso el acuerdo con ERC. Los miembros del partido de Carles Puigdemont tienen planes de incrementar la carga al gobierno ahora que Illa ha asumido la presidencia. Y Podemos, en su propio camino, actúa de manera independiente también. La expectativa de tener los presupuestos de 2025 aprobados antes de que termine diciembre se está desvaneciendo. Tanto Junts como ERC necesitan reevaluar su mapa de ruta en sus respectivos congresos a partir de este momento. En el gobierno, reconocen que podrían estar dirigidos hacia una nueva prorroga presupuestaria, pero eso no necesariamente implicaría una anticipación electoral. Sin embargo, con la actividad legislativa a un mínimo, eso es cierto.
«Principalmente por los territorios, más que por Ferraz»

Sánchez tiene un doble objetivo, uno de ellos tiene que ver con el cambio en las federaciones. Fuentes cercanas al presidente aseguran que esto responde más a una demanda de los territorios que a Ferraz. A lo largo de los últimos meses, se habían hecho evidentes las solicitudes para afrontar la difícil realidad del PSOE en muchas comunidades. Hasta el 2023, el PSOE controlaba nueve autonomías, sin embargo, perdió el poder en seis de dichas autonomías. Las únicas excepciones fueron Castilla-La Mancha, la única que mantiene una mayoría absoluta, Asturias y Navarra. En la Comunitat Valenciana y Extremadura ya se llevaron a cabo congresos extraordinarios, y en primavera se eligió a los sucesores de los antiguos presidentes Ximo Puig y Guillermo Fernández Vara. Diana Morant, ministra, fue seleccionada como líder del PSPV y Miguel Ángel Gallardo fue escogido jefe de los socialistas extremeños. En abril, el PSdeG impulsó a su antiguo líder y último candidato autonómico, José Ramón Gómez Besteiro, a pesar de los malos resultados históricos del partido en la comunidad.

Ferraz busca tener control sobre Aragón, tras la salida de Lambán, y tiene que decidir si presenta un competidor contra Page en Castilla-La Mancha y Tudanca en Castilla y León. Además, Juan Espadas en Andalucía y Juan Lobato en Madrid son figuras que enfrentan un futuro incierto. En Aragón y La Rioja, sus respectivos líderes regionales, Javier Lambán y Concha Andreu, no se postularán de nuevo, pero Ferraz considera crucial mantener el control sobre Aragón, posiblemente a través de la actual portavoz del Gobierno, Pilar Alegría. Ferraz tiene dos desafíos adicionales: las dos Castillas. Sánchez debe decidir si presenta un candidato distinto a Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha y si intenta desbancar a Luis Tudanca, líder regional desde 2014, en Castilla y León.

Aunque existen discrepancias políticas entre los presidentes, su liderazgo rara vez se cuestiona, y ese es el caso con Pedro, según afirman desde su entorno. Respecto a la contienda en Castilla-La Mancha, si la alternativa a Emiliano resulta victoriosa, lo cual es complicado, pondría en peligro la retención del único territorio con mayoría total. Por otro lado, una victoria de Emiliano – que es lo más probable – sería vista como un fracaso de Pedro y diluiría la unidad que se buscaba en Sevilla. «Los congresos son impredecibles, comienzan de una manera y terminan de forma inesperada», advierten desde el equipo de Tudanca. «El resultado será decidido por las federaciones y sus miembros».

En el caso de Extremadura, aunque la prioridad de Ferraz era Lara Garlito, quien finalmente no resultó vencedora, Sánchez no se encuentra cómodo con Gallardo al mando. A pesar de esto, no esperan un enfrentamiento, pero se muestran «listos» en caso de que ocurra. En los meses transcurridos desde el periodo de reflexión de abril, ha habido un fortalecimiento de las relaciones entre los líderes federales. Ahora, los diálogos entre territorios son más frecuentes que antes.

El desconcierto catalán no sólo afecta a Page y Lambán. El 41 Congreso no repetirá la unidad mostrada en Valencia en 2021.

El inicio de la contienda congresual ya es una realidad. Muy probablemente, el PSOE experimentará periodos de tensión en las siguientes semanas y meses, lo que podría complicar la dinámica interna del partido. La imagen de unidad y reunificación que se logró hace tres años, con Sánchez al lado de Felipe González y en presencia de José Luis Rodríguez Zapatero, no podrá replicarse. El clima dentro del partido se ha tornado más turbulento. Si bien nada será como antes, es demasiado prematuro predecir lo que el 41° congreso del PSOE, un partido que cuenta con más de 145 años de existencia, pueda traer consigo.

Recomendaciones:
– Sánchez sugiere una estrategia para calmar el rechazo al concierto catalán, prometiendo «más recursos» para todas las comunidades.
– Montero respalda la cuota catalana mediante el Estatut, causando indignación entre los miembros del PP en el Senado.

En las noticias:
– La nueva película de Almodóvar genera opiniones divididas.
– Marruecos está intentando crear lluvia artificial a través de la siembra de nubes, pero se desconoce cuál será su impacto en España.
– La independencia aparente del Ministro Escrivá es un tema de discusión.
– Se celebra el 40 aniversario de ‘Deseo carnal’.
– Marlaska planea otorgar nuevamente medallas pensionadas a comisarios retirados de la Policía.
– Almodóvar también interpreta a un cura.
– El Partido Popular se niega a realizar acuerdos tras la elección de Escrivá para el BdE.

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