El Partido Popular está en la búsqueda de aliados para llevar a cabo la primera medida que presentará al Congreso de los Diputados al iniciar el nuevo período de sesiones en septiembre, y el partido de los nacionalistas vascos (PNV) es su objetivo primordial.
Tal como lo anunció Cuca Gamarra, secretaria general del PP, durante el pasado fin de semana, los miembros de este partido solicitarán al Parlamento que apoye a la oposición venezolana después de las recientes elecciones legislativas de dicha nación y que reconozcan el triunfo de Edmundo González.
Este es un intento por distinguirse del PSOE, el Gobierno actual y el presidente Pedro Sánchez, a quienes se les critica por no tomar una postura definitiva ni ofrecer un apoyo total a González, a pesar de unirse a la petición internacional para el régimen de Chávez de divulgar las actas de las elecciones que clarifiquen los resultados obtenidos. Se calcula que González ha ganado con más del 50% de los votos.
El Partido Popular busca abrir un nuevo campo de batalla político para arrinconar a Ferraz. Ana Alós, vicesecretaria de Igualdad y diputada, afirmó este lunes desde Jerez que la clave para el comienzo de este curso político se encuentra en la inactividad o apoyo tácito a Maduro. Hizo estas declaraciones tras una reunión con la comunidad venezolana de Andalucía. El vicesecretario de Coordinación Autónoma y Local, Elías Bendodo, reiteró este posicionamiento.
A esto se suma un contexto de acusaciones de corrupción mutuas con los socialistas, desde asuntos judicializados que vinculan al entorno de Sánchez y su esposa Begoña Gómez, hasta las solicitudes del PSOE para que se esclarezcan los contratos de la Xunta con compañías dirigidas por la hermana de Alberto Núñez Feijóo, Micaela Núñez. También están en cuestión pagos supuestamente irregulares de Quirón Salud a Alberto González Amador, pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. El PP califica estas acciones del partido gobernante como «falsas cortinas de humo».
El PP acusa a los socialistas de mantener una «equidistancia insoportable» en relación con la situación en Venezuela. Argumentan: «El Gobierno debe decidir de qué lado está, si del de la democracia y la verdad, o del lado de [Nicolás] Maduro». No pasa desapercibida para los conservadores la figura del ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero, quien mantiene estrechos lazos con el chavismo y ha intentado sin éxito mediar con la oposición en varias ocasiones. Zapatero también desempeñó un papel de observador internacional en las elecciones. Alós preguntaba retóricamente que le debe Zapatero a Maduro para que esté influyendo en la respuesta del Gobierno español.
José Manuel Albares tuvo el respaldo de la comisión de Exteriores del Senado en su última aparición, mientras trataba de defender la actuación de mediación de Zapatero, respaldo que fue refutado de manera inmediata por la oposición venezolana, que definieron su papel como ‘mensajero’. «El único aval que hemos percibido del ministro es su condescendencia hacia Maduro», afirmó el diputado, recordando la citación voluntaria de Zapatero al Parlamento Europeo para ofrecer ‘respuestas pertinentes’.
El Grupo Parlamentario Popular en el Congreso está solicitando que se presente una proposición no de ley, que para prosperar requiere de una mayoría, si es simple o absoluta. Los representantes de Feijóo tienen serias posibilidades de superar la barrera de 176 votos afirmativos, que es la mayoría absoluta. Se espera que consigan apoyo de socios próximos con los que suelen coincidir, como UPN, que solo cuenta con un diputado. También podrían recibir respaldo de Coalición Canaria, Vox y el PNV. Esta última alianza, que es destacable, puede ser vista como un avance en la reanudación de las relaciones políticas, algo en lo que Génova ha estado trabajando desde que su actual líder asumió en abril de 2022 y después del derrumbe provocado por la moción de censura a Mariano Rajoy en 2018. Además, la ruptura de relaciones a nivel regional con Vox, sumado a las no existentes a nivel nacional, es un estímulo. Ya solo queda la conexión a nivel municipal.
Las interacciones de Santi Abascal interferieron en los acuerdos políticos entre el PNV y la investidura hace un año, fortaleciendo la lealtad de los vascos hacia Sánchez dentro de su ambiente cambiante. La alianza del gobierno vasco entre el PNV y el PSE, renovada en mayo, reafirmó esta lealtad. No obstante, esta alianza dificulta cualquier ruptura con Moncloa, a pesar de discrepancias ocasionales en ciertos asuntos. Eso sí, fomenta una disposición para futuros acuerdos y otras formas de pacto con Andoni Ortuzar, con quien comparte ciertos aspectos económicos y políticos.
La meta final de Génova es integrar a los jeltzale y Junts en un proyecto de centroderecha puro, volviendo a la dinámica bipartidista tradicional con un PNV utilitario y los neoconvergentes en proceso de renovación, con Carles Puigdemont en un papel secundario, y ante movilizaciones mínimas del independentismo. A finales de julio, en una entrevista en COPE, Feijóo planteó la posibilidad de acuerdos en «materia económica, industrial y energética». Génova y el PNV tienen opiniones coincidentes.
El pasado martes, la comparecencia de Albares en el Senado reveló un acercamiento entre las posiciones del PNV y las demandas que el PP presentará en el Congreso. El senador Luke Uribe-Etxebarria denunció la supuesta victoria de Maduro y criticó que solo los «países autoritarios» en la esfera internacional, y grupos izquierdistas y nacionalistas estatales como Podemos, Sumar, BNG y EH Bildu, su principal competidor electoral actual, no se hayan sonrojado al apoyar y alabar a Maduro. Reprochó a los abertzales por dar su «más cordial felicitación» a Maduro y se preguntó qué dirían de unas elecciones bajo esas condiciones en Euskadi.
Es crucial que los vascos respalden la iniciativa del PP. No se sabe qué hará Junts, que no ha tomado una posición sobre el tema. Los neoconvergentes han concentrado todos sus esfuerzos en la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat y en el eventual regreso de Puigdemont. Un voto positivo proporcionaría 184 votos a la petición si el resto de los actores mencionados está de acuerdo y se alinea. Todavía está por determinar el voto socialista, con una posible negativa o abstención de sus socios: Sumar, Podemos, BNG, EH Bildu y ERC, dos de los últimos grupos que no asistieron a la comisión del Senado. Si se logra el apoyo de la mayoría absoluta, sería otra derrota para Sánchez, que ya ha experimentado más de una docena de votaciones al final del ciclo anterior de sesiones, como la propuesta para reformar la Ley de Extranjería o las metas de déficit.
Después de un primer semestre del año lleno de elecciones, ya no se esperan más convocatorias electorales en el futuro cercano. En las próximas semanas, la Cámara Baja se centrará en temas principales como los presupuestos, la migración y el acuerdo de financiamación especial negociado por Illa y ERC para Cataluña. Sin embargo, la mayoría investida se ve amenazada por la insatisfacción de Puigdemont por el acuerdo catalán que lo deja fuera del poder.
Además, hay manifestaciones en toda España demandando «la verdad» sobre la situación en Venezuela. También en Venezuela y su diáspora, la gente protesta contra Maduro.
Maduro, por su parte, acusa a «granjas de bots» de España, México y Argentina de atacar sitios web venezolanos.
En otras noticias, el diario digital en español El Independiente es uno de los más leídos. Entre otros titulares destacan el mensaje de la familia española de Ziane a Mohammed VI en Marruecos, la detención de un joven de 20 años acusado de asesinato en Mocejón (Toledo), y el reconocimiento de la República Dominicana de la soberanía marroquí sobre el Sahara, entre otros.
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