El concepto inicial de Il Giardinetto era crear un oasis urbano, una especie de jardín interior en el corazón de la ciudad. Este templo, destinado a glorificar la gastronomía italiana, fue concebido por la dupla formada por Leopoldo Pomés y Antonio Milà y siempre se caracterizó por su diseño innovador.
El surgimiento de este establecimiento fue casi una secuela natural del éxito inesperado de la tortillería Flash Flash en una Barcelona que estaba emergiendo del yugo del régimen franquista, impulsada principalmente por el deseo de una elitista gauche divine de disfrutar y divertirse.
Todo comenzó prácticamente como un desafío, cuando dos parejas lamentaban la dificultad de disfrutar de una buena tortilla fuera de casa, cuenta Poldo Pomés. «La mayor pasión de mi padre en la vida era comer bien, y si no, comer de todos modos», recuerda sobre su padre, el fotógrafo y publicitario Leopoldo Pomés, al explicar su intrusión inesperada en el sector de la restauración.
«Había mucho por hacer» en aquellos días finales del franquismo y «ellos se atrevían con todo, llenos de entusiasmo e ideas.» Dos restaurantes nacieron de estas ideas, convirtiéndose en parte integral de la bohemia Barcelona, y ofreciendo cocina tardía, y siendo lugar de reunión del mundo artístico y cultural.
Los archivos de Giardinetto
Pasado medio siglo, Il Giardinetto alberga innumerables historias y ha tenido clientes célebres. Al punto que Jorge Herralde, un cliente regular y editor, siempre le insiste a Ángel Fernández, el maitre, mitad en broma, mitad en serio, que desea publicar las memorias del restaurante. Son recuerdos de la época dorada del Giardinetto, historias que el personal de la casa guarda con gran cuidado, conscientes de que la mejor manera de conservar la rica historia de cinco décadas de existencia es manteniendo un aura de misterio alrededor de una parte significativa de ella.
El lugar que ha servido de nexo de unión para escritores, periodistas, arquitectos, diseñadores, música y actores cómo Alejandro Sanz, Martínez Pisón, Bigas Luna, Isabel Coixet y David Trueba, entre otros, no es nada sencillo. Recordamos a figuras prominentes como Teresa Gimpera, recientemente fallecida, y Carme Elias. Este lugar también albergó a varias ‘burbujas Freixenet’ como Demi Moore, personaje publicitario para un cava prácticamente desconocido que Pomés introdujo en los años 80.
Pomés, el fundador del lugar, relata en ‘No era pecado. Vivencias de una mirada’, cómo surgió la idea de crear el Giardinetto. Según él, en Barcelona, los restaurantes italianos no ofrecían nada excepcional, y a él mismo, no le proporcionaban un placer especial. Todo cambió con una invitación de María Leví, madre de Ricardo Bofill. Al quedar fascinado con un plato de fettuccini al doppio burro preparado por ella, se arrodilló y le besó las manos, ofreciéndole ser la directora de un restaurante, que eventualmente se convirtió en Il Giardinetto.
El restaurante, situado justo frente a Flash Flash, tuvo en el arquitecto Federico Correa al encargado de su diseño. Correa imaginó el lugar como un jardín de castaños, durante un viaje al sur de Francia con destino a Comillas. La genialidad del lugar justifica que sólo Il Giardinetto haya sido acreedor en dos ocasiones del Premio FAD de Interiorismo.
Durante la apertura del restaurante, y cuando los Pomés decidieron remodelar en 2009 para que el establecimiento se abriera a la calle a través de una vitrina, se convirtió en un nuevo foco de diseño. Pomés advierte que nunca han sentido la necesidad de apartarse de la estética de los años setenta del Giardinetto, una estética que se conserva en pocos lugares como en los bares Dry Martini y Gimlet. Y señala que el local aún preserva los muebles especialmente diseñados hace medio siglo, el mismo revestimiento de pared que Correa personalizó con pequeños dibujos hechos a mano con un cúter y los techos pintados a mano.
Pomés reconoce que no es sencillo introducir cambios en un menú que tiene clásicos auténticos como los Spaghetti Sofía Loren. A pesar de que los cambios son evidentes, tanto en el menú como en los horarios, que cambiaron irrevocablemente con la pandemia. Ya no hay cocina abierta hasta la medianoche, pero sí se sirven copas hasta las dos de la mañana en su vitrina abierta a la calle.
En respuesta a los nuevos tiempos que ya no comprenden el encanto que una vez tuvo la atmósfera casi clandestina del local cerrado que Milá y Correa diseñaron, la vitrina se ha convertido en el nuevo atractivo del Giardinetto. Este ha renovado su relación con el diseño y la arquitectura de vanguardia con instalaciones de Fernando Salas, Sandra Tarruella Interioristas, Antoni Arola, Curro Claret, Llamazares Pomés, Miguel y Gonzalo Milá, y Oscar Tusquets, que han ocupado este espacio.
El espacio está reservado para el Estudio Bofill el próximo septiembre, como homenaje a los 50 años desde que María Leví convenció a Leopoldo Pomés de que la cocina italiana era más que un plato de espaguetis mal cocidos.
Aunque María Leví no llegó a estar al mando del restaurante, sí realizó una significativa colaboración con Pomés en el diseño del concepto culinario. Leví tenía la ilusión de darle más relevancia y respeto a las recetas tradicionales italianas. Hizo un esfuerzo duro para asegurarse de que los platos, más allá de estar bien hechos -lo cual era un logro importante en la época de España-, poseyeran un toque sofisticado. Con este planteamiento ideado por dos personas con gran capacidad de seducción, se diseñó un menú emprendedor, con el objetivo de revolucionar la suerte de la comida italiana en Barcelona, introduciendo la pasta fresca y variedades innovadoras en aquel entonces, como los fettuccine o los finos tagliolini.
El actual equipo del Giardinetto sigue fiel a este planteamiento, liderado por personal con una larga carrera. Además del maître Ángel Fernández, quien ha estado en el restaurante desde 1986, el chef actual Francis Santos, comenzó como asistente de cocina en 1988. Lis Medina ha estado atendiendo a los comensales en la sala desde 2006 junto con Àlex Gracia, y Víctor Egea, Sufián Gull y Abdul Manaf, completan el equipo de cocina.
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