Categorías: Política
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11 agosto, 2024 12:06 am

Hein de Haas sostiene que la teoría que iguala la inmigración con una ‘invasión musulmana’ es comparable a la retórica nazista contra los judíos

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Los extranjeros, los distintos, los ajenos; siempre representan la misma imagen: minorías que difieren de nosotros. La naturaleza frágil del ser humano utiliza estas diferencias como razón de nuestros problemas, y presuntamente encuentra soluciones al perseguir a estos individuos. Estereotipos sociales, conceptos falsos, información incorrecta y engaños sobre los inmigrantes encuentran rápido respaldo en la sociedad, creando un potencialmente perjudicial ambiente que a menudo resulta en brotes de violencia.

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Este fenómeno se presenció recientemente en Reino Unido, donde los prejuicios alimentados por las redes sociales y mentiras culminaron en violencia social. Resulta irónico que un país con tantas generaciones de inmigrantes, que partieron hacia otros territorios con el objetivo de prosperar, ahora rechaza a aquellos que llegan a sus islas buscando una vida mejor.

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Hein de Haas, profesor de Sociología en la Universidad de Ámsterdam y experto en Migración y Desarrollo en la Universidad de Maastricht, presenta esta perspectiva sobre la inmigración. De Haas, que ha dedicado más de treinta años a la investigación de este intrincado fenómeno de las migraciones humanas y es cofundador del International Migration Institute en la Universidad de Oxford, cuestiona muchas de las creencias populares sobre la inmigración en su último libro, Los mitos de la inmigración (Península). De Haas desacredita hasta 22 mitos comunes, que políticos de diferentes ideologías utilizan para alimentar el debate público sobre la inmigración. El experto destaca el cambio histórico que refleja que Europa era previamente el principal foco de migrantes a nivel mundial y cómo ahora la dirección migratoria ha dado un giro. Los europeos ya no emigran a África, sino que son los africanos los que llegan a Europa, al igual que ocurre con muchos americanos.
Pregunta: ¿Está Europa manejando la inmigración de manera inteligente?

Respuesta: Parcialmente sí, parcialmente no. Puede ser fácil concentrarse únicamente en los sectores donde las medidas se han mostrado infructuosas, o incluso perjudiciales. Esto es aplicable principalmente en referencia a las tres décadas de intentos inútiles para frenar la inmigración ilegal y el tráfico humano. No obstante, las políticas de inmigración han demostrado ser bastante eficientes en varias áreas. Un ejemplo de esto es la creación de una región de libre circulación migratoria dentro de la Unión Europea, el experimento de migración libre más grande de la historia reciente. Esta medida no ha provocado la anticipada migración masiva de norte a sur, y de este a oeste, lo que es bastante inesperado considerando la desigualdad económica considerable en la UE. Contrariamente, la migración ha sido bastante dinámica, con las personas moviéndose de un lugar a otro según las oportunidades económicas, sociales y educativas disponibles. Desde este punto de vista, el sistema de libre circulación migratoria de la UE ha sido un éxito notable.
P: ¿Por qué el mensaje de inclusión fracasa mientras que el mensaje de rechazo triunfa?

R: Me parece que esto se sobredimensiona un poco. No cabe duda de que la percepción de que la integración ha fracasado ha ganado mayor intensidad últimamente. No obstante, los datos revelan una realidad mucho más compleja. En realidad, de acuerdo a lo que opina Alejandro Portes, un sociólogo y conocedor de migración de origen cubano-americano, la cuestión pertinente no es si los inmigrantes logran integrarse o no. La mayoría de ellos de hecho lo hace, especialmente en la segunda generación, mediante el aprendizaje del idioma y las costumbres de su nuevo país. Lo que verdaderamente deberíamos preguntarnos es a qué sector de la sociedad logran integrarse. Aunque gran parte de los inmigrantes prospera, con sus hijos moviéndose social y económicamente, hay grupos que no logran el mismo éxito, usualmente por causa de la exclusión, discriminación y el desempleo crónico. A este fenómeno, Portes lo denominó «asimilación descendente», en el que las segundas y terceras generaciones viven en una situación de segregación, arriesgándose a caer en una nueva subclase. Todos estos no son patrones generales, pues la mayoría de los grupos logran integrarse exitosamente, aunque puede ocasionar problemas serios en ciertas zonas que podrían atraparse en la pobreza. Sería necesario un estado totalitario y un sistema económico similar al de Corea del Norte para que las fronteras estén completamente cerradas.

P: ¿Los inmigrantes son meramente la respuesta sencilla o el chivo expiatorio para las dificultades de un mundo intrincado?

R: Regularmente, hemos observado que tanto los migrantes como las minorías que no migran – incluyendo judíos y gitanos – han sido víctimas de campañas cargadas de racismo. Este fenómeno ha afectado a diversos colectivos inmigrantes, como los italianos e irlandeses en Estados Unidos. Un patrón constante en este sentido es el de convertir a estos grupos en los culpables de problemas que no han provocado, como la pobreza, el paro y la delincuencia. Otro enfoque político común es construir a las minorías o inmigrantes como un ‘foe externo’, planteándolos como una amenaza existencial para la nación.

La reciente teoría del ‘reemplazo’ promulgada por la extrema derecha, donde se asocia la inmigración con una ‘invasión musulmana’, comparte parecidos con la retórica anti-judía empleada por los nazis. Esto atrae a políticos por la sencilla razón de que la manipulación deliberada de migrantes y minorías como ‘enemigos del exterior’ puede ser un mecanismo eficaz para generar miedo. Este es un método político probado para ganar apoyo y permite a los políticos presentarse como protectores de la nación frente a un supuesto enemigo común, tal como si estuviéramos en guerra contra los migrantes. Por ello, no es coincidencia escuchar con frecuencia a políticos utilizando un lenguaje belicoso como ‘combatir la migración ilegal’ o ‘luchar contra los traficantes de personas’.

P: ¿Cómo influyen sindicatos y grupos empresariales en inflar prejuicios o beneficios relacionados con la migración?

Históricamente, los sindicatos han mostrado escepticismo, incluso hostilidad, respecto a la contratación de empleados foráneos. El miedo radica en que los empleadores puedan aprovecharse de la inmigración, usando a los trabajadores extranjeros como una fuente accesible de mano de obra de bajo costo y fácil de manipular, con el objetivo de inflar ganancias y fomentar divisiones en la clase trabajadora. Los conglomerados empresariales, en cambio, generalmente ven la inmigración de forma positiva, considerándola crucial para el crecimiento, la innovación y la generación de beneficios. Esto explica la postura variable de ambos lados del espectro político respecto a la inmigración. Aunque los políticos de derechas suelen expresarse de manera más dura, en la aplicación prática a menudo acceden a las demandas de los grupos empresariales.

Por el contrario, la izquierda tiende a criticar con mayor severidad la inmigración laboral. No obstante, recientemente, la extrema derecha ha adoptado algunas de sus posturas, como la creencia de que los inmigrantes disminuyen los sueldos y roban empleos. En realidad, tanto los defensores como los detractores de la inmigración tienden a sobredimensionar sus efectos positivos o negativos, seleccionando y excluyendo datos para respaldar sus posturas. En efecto, la influencia de la inmigración en los salarios, el empleo y el bienestar es mínima.

P: ¿Es beneficioso erigir muros y cerrar fronteras?

R: La edificación de muros es una táctica primordialmente simbólica que los políticos emplean para evidenciar que están realizando acciones. Construir una barrera que rodee toda Europa es, en realidad, inviable. Lo que habitualmente sucede es que la erección de una barrera o cerco en un sitio, o cualquier limitación migratoria en una zona específica, no logra disminuir considerablemente la migración a largo plazo. Al contrario, reubicará los flujos migratorios hacia otros puntos geográficos de tránsito. Esto ocurrió con la migración marítima a las Islas Canarias, consecuencia parcial del incremento en los controles en el Estrecho de Gibraltar. O, las personas podrían elegir migrar legalmente, pero superar el periodo permitido por su visado. En realidad, esta es la principal causa de migración ilegal.
El peor enfoque que pueden adoptar los gobiernos y las sociedades es percibir a los migrantes únicamente como trabajadores o anhelar que en algún momento se marchen.
Esta situación es uno de los factores clave por los que tres décadas de control fronterizo han fallado en minimizar la inmigración. «Fronteras cerradas» es tan ilusorio como «fronteras abiertas». Las fronteras totalmente abiertas a nivel mundial solo serían viables si conformáramos un superestado mundial. En la UE, hemos progresado considerablemente en este aspecto, pero seguirá siendo una idea utópica a nivel mundial. Fronteras completamente cerradas, donde todos los movimientos son supervisados y controlados, necesitarían un estado totalitario y un sistema económico aislado como el de Corea del Norte. Por ende, tanto las fronteras cerradas como las abiertas son lemas que no son muy eficaces como orientación práctica para la formulación de políticas.
P: ¿Cuál es la real motivación detrás del tráfico humano y cómo han incidido los controles fronterizos en este problema?

R: Contrariamente a lo que los líderes políticos suelen afirmar, la migración ilegal no se origina debido al tráfico, sino que es el resultado de las restricciones impuestas en las fronteras. La implementación de estos controles fronterizos, sin atender las razones reales de la migración como la necesidad de empleo o conflictos, ha dado lugar a un creciente mercado de tráfico. A pesar de ser una actividad fuera de la ley, el tráfico se ha convertido fundamentalmente en un servicio que los migrantes y refugiados están dispuestos a costear para cruzar fronteras sin ser detectados. Los traficantes, aunque pueden aprovecharse de los migrantes, tienen interés en mantener su negocio y proporcionar sus servicios. Basándonos en investigaciones, sabemos que los traficantes por lo general no son miembros de organizaciones criminales internacionales, sino que generalmente son actores locales, como pescadores, comerciantes, choferes de camiones, incluso migrantes. Esto explica por qué tres décadas de alto gasto en la implementación de políticas restrictivas en las fronteras ha fallado en disminuir el tráfico, y paradójicamente ha ampliado el mercado para los traficantes.

P: Las previsiones oficiales de España prevén que, para 2050, más de la mitad de los habitantes del país no habrá nacido dentro de sus fronteras. ¿Qué acciones debemos tomar como sociedad para asegurar que este amplio porcentaje logre integrarse?

R: Debemos afrontar con cautela las proyecciones de migración futura debido a su naturaleza impredecible, que depende de una multitud de factores imposibles de anticipar como los acontecimientos políticos y económicos. Así que hacer suposiciones lineales de las tendencias recientes sería imprudente. A pesar de eso, si se mantiene una cierta estabilidad y se observa un crecimiento moderado, la migración seguirá siendo una realidad y el número de población migrante seguramente crecerá. Por ello, tu pregunta es pertinente. La clave para garantizar una integración exitosa radica en evitar la explotación, la marginación y la exclusión. Se debe fomentar el respeto por los derechos laborales y garantizar el cumplimiento de la legislación laboral. También se deben proporcionar cursos de idiomas accesibles y de calidad.

Es igualmente crucial prevenir la residencia y el empleo ilegal prolongado y ofrecer vías reales para que los migrantes puedan obtener residencia permanente y, finalmente, ciudadanía. Se sentirán pertenecientes y más dispuestos a invertir en su propia integración. El peor error que gobiernos y sociedades pueden cometer es tratar a los migrantes como meros trabajadores o desear que algún día se vayan; dicho rechazo es una fórmula para el surgimiento de problemas de integración que han causado mucho daño en el pasado. Sería más acertado aceptar el hecho de que muchos se establecerán permanentemente y que los gobiernos tienen la responsabilidad de los trabajadores a quienes permitieron ingresar o cuya presencia ilegal han tolerado durante tanto tiempo.

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