La izquierda abertzale siempre se ha apoyado en su red de aliados internacionales, la ‘cuadrilla’, desde hace décadas. Algunos de estos aliados brindaron refugio a los prisioneros de ETA, mientras que otros ayudaron a mantener encendida la ‘llama revolucionaria’ que definió sus comienzos y la ideología comunista que caracteriza a la izquierda abertzale.
A pesar de que hoy en día estos ideales parecen perder fuerza en sus discursos, la presión de su turbulento pasado y los sectores más conservadores todavía exigen que se mantengan vivos. En las últimas semanas, EH Bildu ha mostrado una vez más sus alianzas políticas a nivel mundial y los líderes que no se deben ofender ni abandonar: Venezuela, Cuba, Rusia y los secesionistas Corsos que aún emplean la ‘lucha armada’.
Venezuela siempre ha sido un socio cercano. En las recientes elecciones, el gobierno de Maduro solo permitió la entrada a observadores afines, y EH Bildu fue uno de ellos. EH Bildu nunca ha apoyado las condenas y declaraciones en contra de la invasión de Ucrania liderada por Putin, las cuales fueron aprobadas por los parlamentos Vasco, español y europeo. Nunca ha sido parte de su discurso político condenar o ofender al presidente ruso. Este año, la izquierda abertzale también ha reafirmado su apoyo al régimen cubano, con visitas de líderes de Sortu. El último miembro de su ‘cuadrilla’ en hacerse público ha sido el movimiento separatista corso, el FLNC – Frente de Liberación Nacional de Córcega, un grupo terrorista creado en 1974 que recientemente ha mostrado su uso de la ‘lucha armada’ para alcanzar la independencia.
A lo largo de la historia, la izquierda abertzale ha establecido cuidadosamente sus alianzas externas, centradas en naciones que además de compartir ideologías políticas, proveían apoyo al ambiente de ETA. Establecieron fuertes lazos con Irlanda del Norte, IRA y Sinn Fein durante años, con el terrorismo como medio para alcanzar la independencia. Actualmente, a pesar de la desaparición de ETA e IRA, estas relaciones siguen siendo estables.
La red internacional formada por ETA se mantiene activa gracias a Sortu, el principal partido en EH Bildu, liderado por Elena Beloki, antigua líder de la banda terrorista. Beloki es la que hoy lidera las delegaciones bajo el nombre de la coalición en viajes a numerosos países aliados. Beloki ha sido enjuiciada por liderar ‘Xaki’, la célula internacional de la banda terrorista.
Las deportaciones de miembros de ETA a países como Cuba o Venezuela han sido un elemento clave en este círculo de amistades interesadas. Según los círculos de EH Bildu, existen actualmente 17 «refugiados» de ETA en el mundo, y al menos tres deportados, uno en cada uno de los regímenes de Maduro y el Castrismo, y otro en Cabo Verde.
En Venezuela, nadie observó irregularidades o motivos para desafiar los resultados. Asistieron como ‘observadores’ con el plácet del gobierno venezolano y EH Bildu reafirmó que no disputarían a Maduro. En el presente, varios países cercanos a Venezuela, incluso aquellos con administraciones de izquierda, no lo consideran un presidente legítimo ni respaldan la integridad de las elecciones. Sin embargo, EH Bildu sí lo hace. Apenas unas horas después de que cerraran las urnas, Diana Urrea y Marije Fullaondo, legisladoras de la coalición, elogiaron el proceso electoral en las redes sociales: «¡Enhorabuena, presidente, enhorabuena al pueblo de Venezuela!». Urrea expresó en redes que fue «un honor» ser parte como «observadora internacional» y confirmar que «¡el pueblo no se rindió, carajo!». Arkaitz Rodríguez, secretario general de Sortu, también felicitó la «importante victoria» y transmitió sus «más calurosas felicitaciones al presidente» Nicolás Maduro: «Cuando la dignidad se convierte en costumbre, no hay reacción ni imperio que pueda detenerla».
Venezuela es el último paradero conocido de Iñaki De Juana Chaos, un miembro histórico de ETA. Protegido por el gobierno, este exmiembro de ETA huyó de Irlanda y se estableció en Venezuela, donde administraba una tienda de licores en la costa venezolana, según informó El Mundo en 2015. No es el único seguidor de ETA que busca refugio en este país, otros miembros de la banda también intentaron llegar después de escapar de Cuba. Otros etarras como Pedro Viles, alias ‘Kepa’ o Begoña Trasviña son ejemplos de militantes de ETA que han sido deportados a Venezuela.
En 2010, Cuba modificó su estrategia y prohibió a los integrantes de ETA abandonar el país. La habilitación para salir de la isla fue transferida a la embajada española, que solo la otorgaba si los delitos imputados a los interesados ya habían prescrito. Esto llevó a Elena Bárcena, José Ignacio Etxarte y Javier Pérez Lekue a intentar huir a Venezuela. Hartos de las restricciones impuestas por el gobierno cubano, en 2011 los tres miembros de ETA iniciaron una fuga en barco con destino a Venezuela. Sin embargo, su embarcación encalló y, luego de ser rescatados, fueron devueltos a Cuba.
Cuba es uno de los gobiernos a los que la izquierda abertzale expresa admiración sin reservas. La carencia de libertades en la isla, sus deficiencias y su discutido régimen nunca han sido objeto de críticas. Por el contrario, EH Bildu ha fortalecido recientemente su adoración por el sistema castrista y su voluntad de colaborar con él. En febrero de este año, una delegación liderada por Beloki – y que incluyó al dirigente de Sortu, Arkaitz Rodríguez- fue invitada por el Partido Comunista de Cuba. Su visita incluyó encuentros con líderes del partido y del gobierno, así como un apoyo público al régimen, críticas al bloqueo por parte de EEUU, y una manifestación de disposición para cooperar.
Este respaldo no es reciente. Durante las protestas que se produjeron en la isla en 2021 demandando libertad, Sortu convocó a movilizaciones en respaldo al gobierno cubano, criticando lo que denominaron intentos de «desestabilizar» el país.
Durante largos períodos, la isla sirvió como refugio a varios integrantes de ETA. Actualmente Etxerat aún reconoce la presencia de un deportado en esa ubicación. Algunos integrantes de la ETA que estuvieron en la isla durante varios años, han retornado al País Vasco recientemente. Un ejemplo famoso es Joseba Sarrionaindia, quien tras escapar en 1985 encontró asilo en Cuba y residía allí hasta su retorno a Iurreta en Bizkaia en 2021. Iñaki Etxarte, que también llegó desde Cuba, fue recibido cálidamente en su pueblo natal, Azpeitia, tras su retorno en 2019 después de estar dos décadas en la isla y hacer una parada en Cabo Verde, otro destino para deportados.
En Cabo Verde, un archipiélago africano, aún se encuentra un deportado de ETA. En septiembre de 2018, José Antonio López Ruiz, conocido como “Kubati” y actual líder del EPPK, un colectivo de presos de la banda, solicitó permiso al juez para viajar a Cabo Verde, a pesar de tener prohibición para salir de España. Afirmó que su viaje era por motivos turísticos. Desde los años 80, la antigua colonia portuguesa ha sido el destino de deportados de ETA. En 2022, Félix Manzanos Martínez, o “Rioja”, y Emilio Martínez de Marigorta regresaron de Cabo Verde después de que prescribieran los delitos por los que se les acusaba y tras haber estado fugitivos por más de tres décadas.
Rusia. Siempre ha existido una renuencia por parte de la izquierda abertzale para criticar a Vladímir Putin, uno de los líderes globales más influyentes. A pesar de la invasión rusa en Ucrania, la izquierda abertzale nunca ha emitido una condena. Durante la elección europea, el presidente de PNV, Andoni Ortuzar, pidió a Bildu que se posicionara entre Zelensky y Putin, pero nunca obtuvo una respuesta explícita. Cuando el Congreso de los Diputados recibió a Zelensky, Bildu se ausentó. Tampoco apoyó el pacto de Sánchez con Ucrania para apoyarlos militarmente. Aunque critica la invasión, Bildu evita constantemente condenarla y, sobre todo, cuestionar a Putin. En el Parlamento Vasco tampoco se manifestó en contra de la invasión.
Córcega. El último fin de semana, Elena Beloki viajó a Córcega para participar en un evento independentista y terminó uniéndose a tres miembros armados del FLNC que leyeron un manifiesto en pro de la independencia de la isla. En el mismo evento estuvo Lluis Llach, líder independentista catalán y miembro de la ANV. Esta es la última señal del vínculo entre el pasado de Beloki y las alianzas que está formando en la izquierda abertzale.
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