Categorías: Política
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9 agosto, 2024 1:07 am

El Gobierno ha guardado silencio absoluto frente a la más reciente mofa de Carles Puigdemont

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La única respuesta del Gobierno y del PSOE al más reciente chisme por parte de Carles Puigdemont, esta vez en España, fue un tuit del Ministro de Transporte, Óscar Puente, golpeando verbalmente al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. Esto solo intensificó el atronador silencio que los socialistas mantuvieron durante gran parte del día.

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Tanto la Moncloa como Ferraz se mantuvieron en silencio. Teléfonos apagados, mensajes sin responder, secretarios de comunicación que no comunicaban… El país entero veía con una mezcla de vergüenza y sorpresa el discurso y la repetida huida del antiguo presidente de la Generalitat y líder de Junts ante un Gobierno ausente.

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No fue hasta las 19:45 horas, solo unos minutos después de la votación que proclamó a Illa como nuevo presidente autonómico, cuando Pedro Sánchez rompió su silencio a través de X, pero solo para felicitarlo. «Hemos trabajado juntos en las circunstancias más adversas. Conozco tu amor por Catalunya. Sé de tu fortaleza, sensatez y habilidad para trabajar. Exactamente lo que Catalunya necesita», decía el jefe del Gobierno. Y añadía: «serás un gran Presidente. Catalunya gana, España avanza. ¡Felicidades, @salvadorilla!».

Le siguieron una serie de respuestas de María Jesús Montero, Félix Bolaños, Pilar Alegría, José Manuel Albares e Isabel Rodríguez, entre otros ministros, pero ningún reconocimiento al gran elefante en la habitación, el fugitivo Carles Puigdemont.

Óscar Puente, ministro, decidió eliminar uno de sus tuits contra Feijóo. En su mensaje matinal, originalmente, Puente había hecho referencia al líder del Partido Popular, pero no mencionó nada sobre el frustrado intento conocido como «operación Jaula» de capturar a un fugitivo que el Tribunal Supremo está buscando. Puente recordaba un viejo hecho en el que Feijóo estaba convencido que el Primer Ministro terminaría abandonando a Salvador Illa para respaldar la amnistía y la elección de Carles Puigdemont. Ante esto, el Ministro de Transporte le replicó a Puente diciéndole que debería ocultar su embarazo y cuestionarse por qué la gente no lo toma en serio, sugiriendo que repase todas las tonterías que ha dicho desde que se convirtió en líder del Partido Popular.

El mensaje, aunque no era el más ofensivo de Puente, fue eliminado, quizás como parte de un plan para desaparecer del escenario y dejar a Illa bajo el poco foco político, mediático y social que no estaba enfocado en el paradero de Puigdemont tras dar un explosivo discurso en el que instaba al derecho a la autodeterminación y la legitimidad del simulacro electoral del 1-O en 2017, sin dar marcha atrás.

Quizás querían evitar molestar al líder de Junts, ya que en última instancia dependen de los votos de sus siete diputados para garantizar la continuidad del mandato de Pedro Sánchez. De hecho, uno de los primeros puntos que el nuevo presidente de la Generalitat resaltó durante su discurso inaugural fue la defensa intransigente de la Ley de Amnistía y la necesidad, a su juicio, de implementarla literalmente, transformando al fugitivo en un hombre libre de cuentas pendientes con la justicia.

El Ministerio del Interior delegó en los Mossos el operativo y la captura.

Ayer, solamente el Ministerio del Interior se mostró activo, enviando información a los Mossos, que son la policía integral encargada de la aprehensión del ex presidente de la Generalitat y líder de Junts, según fuentes del departamento comunicaron a El Independiente. La única información que se filtró, luego de haber confirmado que Puigdemont desapareció en medio de una multitud, fue la desaprobación del gobierno hacia la actuación de la policía autonómica, según publicó eldiario.es.
La actividad del gobierno para este 8 de agosto se reducía al viaje de Félix Bolaños, ministro de Presidencia y Justicia, a París para asistir a distintas competencias de los Juegos Olímpicos donde participaban atletas españoles, y donde estará presente hoy. No se había planificado la asistencia del ministro de Industria, Jordi Hereu, catalán, en la tribuna de invitados del Parlament, aunque hizo una breve aparición en la sesión de la mañana. Una presentación breve y deslucida. Lo más sensato sería que al menos asistiera a ella el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, dada sus responsabilidades gubernamentales. Quizás haga acto de presencia el día que Illa asuma su posición.
No hubo representación de ningún integrante de la ejecutiva federal del PSOE en el debate de investidura.
Por otra parte, no se presentó ningún miembro de la ejecutiva federal del PSOE en Barcelona, ni Santos Cerdán, el negociador con Puigdemont y secretario de Organización de Ferraz, ni menos la vicesecretaria general y futura encargada de la negociación del nuevo pacto fiscal como ministra de Hacienda, María Jesús Montero, una cesión que se ha negado repetidas veces.

Sánchez ha unido su destino político firmemente al líder del PSC y ha mostrado poco interés en presencias significativas, en contraste con la fuerte presencia de Junts. La presidente de Junts, Laura Borrás, fue acompañada por Artur Mas, quien inició este movimiento, y Quim Torra. Este despliegue fue una muestra de unidad frente a su auto proclamado «presidente en el exilio» del movimiento independentista.
El perfil discreto de la agrupación Sumar, quien se abstuvo de comentar sobre Puigdemont, también fue notable. Ni la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ni los demás ministros de Sumar opinaron sobre el apasionado discurso de Puigdemont o su segunda fuga. Sin embargo, felicitaron a los ‘comunes’ una vez se produjo la votación de investidura. Un ex ministro, también catalán, Joan Subirats, quien dirigió la cartera de Universidades entre 2021 y 2023, fue la única excepción, evocando una famosa cita de Josep Tarradellas desde la plataforma social X.
La agenda gubernamental para mañana no esclarece más la situación. A menos que cambien los planes, tanto Moncloa como Ferraz mantendrán un bajo perfil, prácticamente inexistente. Desde que ERC anunció el acuerdo fiscal el pasado 29 de julio, solo hemos escuchado la valoración de la portavoz y ministra, Pilar Alegría, quien otorgó una oda al diálogo. Desde entonces, reina un silencio absoluto, un aislamiento estricto, y ayer no fue diferente.

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