Salvador Illa está a solo un paso de ser investido como el nuevo presidente de la Generalitat gracias al respaldo de las bases de ERC, a pesar de un apoyo ligero de 53,5%. Aún quedan asuntos por resolver, como el retorno probable de Carles Puigdemont y la respuesta de las juventudes del partido.
Sin embargo, la posibilidad de nuevas elecciones parece estar fuera de alcance. Pedro Sánchez ha logrado su objetivo de ver a Illa, y a los socialistas, ganar el control de la Generalitat, una victoria que aspira a poner fin definitiva al procés.
El precio de este éxito ha sido la apertura de varios conflictos internos, provocados por la inusual «financiación singular» para Cataluña y la aceptación de un concierto fiscal que ni PSOE ni PSC aceptaron previamente. Las reacciones a estas medidas no solo provienen de Castilla-La Mancha y Aragón, sino también del presidente asturiano, Adrián Barbón, que siempre estuvo alineado con Ferraz. Aun así, el alivio predomina en la Moncloa. Presumen que una vez Illa sea investido, los miedos y la agitación interna desaparecerán, aunque no proporcionan detalles de cómo sucederá esto.
Este sábado, el líder del PSC y ganador de las elecciones autonómicas del 12 de mayo dará a conocer la postura socialista respecto al acuerdo con los republicanos. Tras semanas de mantener un prudente silencio, Illa convocará a su ejecutiva. Esto constituye el siguiente paso en un guion cuidadosamente elaborado. El PSOE y el PSC han hecho todo lo posible para evitar errores que pudieran descontentar a una base republicana sabidamente dividida y enojada. Marta Rovira, secretaria general de ERC, confirmó el pasado viernes que esta estrategia fue «parcialmente acordada» con la dirección de su partido.
Rovira reconoce que el resultado es «apretado», con apenas 550 votos de diferencia. Las bases han dado su ‘sí’, pero este está lleno de precauciones y exigencias debido a la suscita «desconfianza» que el partido siente hacia los socialistas. Al final, pese a las dificultades, el sondeo resultó ser favorable tanto a la dirección de ERC como a los socialistas. De poco más de 8.200 miembros elegibles, un 77% participó, equivalente a 6.349 afiliados. El sí obtuvo 3.397 votos (53,5%), mientras que el no tuvo 2.847 (44,8%), y la abstención (votos en blanco) fue de 105 (1,7%). Con ese estrecho margen, Illa logró su investidura. Es por esta mínima diferencia que Rovira interpreta los resultados como un respaldo «ajustado» de sus bases, un sí «vigilante y exigente», debido a la «desconfianza» que palpita dentro del partido hacia los socialistas. Por lo tanto, ERC, tiene en la mira al líder del PSC desde la oposición, asegurándose de que el acuerdo se cumpla, utilizando su influencia en el Parlament y en el Congreso como un medio de presión. Con esto, se le advertirá a Illa y Sánchez de que tienen el control.
Hay dos desafíos pendientes antes de que el líder de los socialistas catalanes se apodere del Palau de la Generalitat. En primer lugar, Joventut Republicà debe tomar una decisión en una reunión extraordinaria de su consell nacional el próximo lunes por la tarde. La cuestión es si su representante en el Parlament, Mar Besses, apoyará a Illa o se opondrá al resultado de la consulta. Rovira tiene confianza en que el ala juvenil del partido respetará los resultados del referéndum. Sin el apoyo de Besses, la investidura no sucederá, ya que no habría 68 votos afirmativos, la mayoría absoluta de la Cámara. En segundo lugar, está el retorno de Puigdemont para el debate de investidura. En caso de su detención y prisión, los líderes de ERC se reunirán para «tomar decisiones no tomadas hasta ahora», según señaló la dirigente.
Por otro lado, se vislumbra un camino despejado para Illa. La satisfacción se propagó tanto en Moncloa como en el PSC al conocer los resultados de la votación. Los incrementos de participación reportados por los líderes de ERC a lo largo del día causaron preocupación entre algunos socialistas, ya que una alta movilización podría interpretarse como un respaldo masivo al rechazo. Sin embargo, eso no ocurrió. Los altos mandos trabajaron arduamente para que la pregunta —»¿Estás de acuerdo con que ERC vote a favor de la investidura del candidato socialista a cambio de la soberanía fiscal, la promoción y protección de la lengua catalana, la convención nacional para la resolución del conflicto político y el resto de medidas acordadas?»— resultara en una victoria. Y lo lograron, aunque por un margen pequeño.
«Cataluña gana, España gana»
El futuro de Cataluña se acerca cada día más, afirmó Félix Bolaños, Ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, en un comunicado en X. Destacó la importancia de los grandes acuerdos entre diferentes partes y de enfocarse en lo que es esencial para la ciudadanía. Felicita a Salva Illa como presidente, destacando los beneficios tanto para Cataluña como para España. Este anuncio es una evidente manifestación de gratificación desde Moncloa y del círculo cercano a Sánchez. Era la expresión del jubileo anticipado después de que el presidente exaltara durante sus discursos del martes y miércoles, el «magnífico» preacuerdo con ERC, tras convocar a sus ejecutivos federales para dar respaldo «completo» al documento concertado de 25 páginas.
En tanto, Barbón defiende firmemente su oposición a que Cataluña se separe del régimen común y al principio de ordinalidad, confiando en la reunión del consejo político del PSOE.
Illa podría ser impulsado hacia la dirección de la Generalitat, sin embargo, la inquietud no se disipa en el PSOE. El malestar se siente en varias federaciones, incluyendo las controladas por Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha) y Javier Lambán (Aragón). La propuesta del modelo de concierto económico y la propuesta de que Cataluña se desvincule del sistema común de financiación —la recolección de todos los impuestos, cuota al Estado por los servicios brindados en la comunidad y participación solidaria con el resto de las Comunidades Autónomas para asegurar una provisión igualitaria de los servicios públicos— han exacerbado las tensiones internas.
La inesperada maniobra de Sánchez, que ha sido rechazada en el pasado, no es del agrado de los líderes de regiones como Asturias, Extremadura, Castilla y León y Madrid, y provoca incertidumbre y precaución en Andalucía. Muchos líderes encuentran que la propuesta de una cuota para Cataluña es «inaceptable» e «indefendible» en sus regiones, ya que implica un trato bilateral privilegiado para Cataluña y rompe con el «principio de igualdad» y la redistribución de la riqueza. Este viernes, mientras los miembros de ERC votaban, el presidente del Principado, Adrián Barbón, un fiel seguidor de Sánchez, defendió su posición en contra. Advertió que su gobierno «no apoyará nada que vaya en perjuicio de los intereses de Asturias», cuya postura ha sido clara desde hace años. «Nos oponemos a la salida de cualquier región del régimen común y al principio de ordinalidad, que sugiere que cada región reciba lo mismo que aporta», explicó el líder. No solicitó la convocatoria del consejo político federal, el organismo que reúne al secretario general del PSOE con todos sus líderes regionales, porque no tiene «dudas» de que Ferraz acabará convocándolo.
La necesidad interna de debatir y buscar una resolución se centra en un reclamo a Sánchez para que se discuta dentro del partido la propuesta fiscal para Cataluña, un concepto que no se encuentra en los documentos oficiales del partido, ni en la Declaración de Granada (2013) ni en la Declaración de Barcelona (2017). La moción para convocar el consejo político federal fue iniciada por Miguel Ángel Gallardo, un lider influyente de Extremadura, y respaldada por sus contrapartes en Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Madrid y, en menor grado, Cantabria. Un líder regional ponderó: si el acuerdo no se materializa, «el PSOE enfurecerá a los miembros de ERC», pero si sí, «el PSOE tendrá un conflicto interno».
Después de que las bases de ERC dieran su aprobación, una parte del PSOE seguía sintiendo inquietud. «Después de la inauguración de Salva, habrán dos aspectos a considerar —subraya un secretario de Organización regional—. Primero, que el acuerdo presentado a los miembros de ERC no es el acuerdo final. En este caso, el PSOE enfrentará un enorme problema de furia por parte de los miembros de ERC, y no menciono Junts por amor al arte. Y segundo, que este acuerdo sea definitivo. En este caso, habrá problemas en el PSOE ya que los barones que normalmente no hablan están hablando, entonces ni te cuento como estarán los alcaldes y secretarios locales». Los líderes que desconfían del pacto con ERC interpretan los resultados del voto como una señal de que las bases «quieren distanciarse del PSOE». Porque la aprobación «ha sido por la mínima, bajo presión, concediéndoles todo lo que pudieran desear, con todo el apoyo de la cúpula a favor del acuerdo». «Los barones han perdido el miedo», afirma otro director de un organismo autónomo, «el resto sabe que esta situación no es una más, que se trata de asuntos primordiales y que tienen poder de decisión».
El impacto ha sido «infinitamente mayor» al de la amnistía.
En resumen, las federaciones que han protestado contra Ferraz albergan el miedo de que, si el concierto fiscal de Cataluña se aprueba, el PSOE pueda caer en otras partes de España. «En otras palabras, pueden aceptar que Illa sea el líder de la Generalitat, pero también aspiran a tener éxito en Extremadura, Soria o Sevilla», dice un líder regional. Hay una firme creencia de que la discusión sobre la financiación de las autonomías tiene un efecto «mucho más grande» que la ley de amnistía, ya que esta última puede «menoscabar» la reputación del partido pero luego su impacto desaparece, mientras que el trato especial dado a Cataluña crea «un sentimiento de injusticia que se recuerda diariamente». «Nos molesta y la gente lo entiende», resume este líder regional.
Hasta que Illa no sea oficialmente investido, el gobierno mantendrá una postura de cautela, evitando cualquier error que pudiera descarrilar su elección. Una vez que Illa ocupe la Generalitat, será el momento de añadir detalles, aclarar y debatir.
Las cúpulas más inclinadas a apoyar a Ferraz en este debate, como Valencia, Baleares, Canarias, Murcia y La Rioja con el respaldo de Navarra, ven en esto una «oportunidad» para discutir seriamente el sistema de financiación, que ha estado obsoleto desde 2014. No deben temer, argumentan, porque Sánchez tampoco permitirá que se socave la solidaridad entre territorios.
En La Moncloa recalcan la necesidad de prudencia. El Gobierno y el PSOE permanecerán cautelosos hasta que Illa no esté oficialmente investido. Precisamente para evitar que cualquier error haga descarrilar su elección. Una vez que sea oficialmente el líder de la Generalitat, será el momento de añadir detalles, aclarar y debatir.
El equipo de Sánchez resta importancia a las divisiones internas, con la creencia de que serán olvidadas a medida que pasen los días y las semanas. «El día en que Salva asuma el cargo, todos estarán de acuerdo. Todo quedará en el olvido», explican desde el círculo de confianza del jefe de estado, transmitiendo un mensaje de calma: «Moción de censura con los independentistas en 2018, mesa de diálogo con el Govern en 2020, indultos en 2021, eliminación de la sedición y reforma de la malversación en 2022, amnistía en 2024, ahora financiación. Siempre se dice que España se daña, la derecha se agita y algunos de nuestros compañeros fallan ¿Cuál es el resultado de todo esto? ¿Está España rota? No».
Luego de ‘presidente’ Salva, ‘proceso’ adiós. El ‘proceso’ culmina con Salva en Palau, donde comenzará una nueva etapa», es el resumen que se hace en Moncloa.
Sánchez ha priorizado que Illa llegue a la Generalitat, lo que significaría definitivamente poner fin a los 12 años de ‘proceso’, los que han transcurrido desde que Artur Mas solicitó un pacto fiscal — un acuerdo económico —, que fue rechazado por Mariano Rajoy, hasta las últimas elecciones autonómicas, donde los nacionalistas perdieron por primera vez desde 1984 la mayoría absoluta del Parlamento. «‘Presidente’ Salva, ‘proceso’ adiós. El ‘proceso’ culmina con Salva en Palau, donde comenzará otra etapa», es el resumen que se hace en Moncloa.
Por lo tanto, en el círculo íntimo de Sánchez, se sienten seguros de que la situación cambiará cuando un socialista retome el control del Palau con un Govern, por primera vez, sin ningún conseller nacionalista o separatista. Posiblemente, sí con representantes de los comunes. Así pues, perciben que no hay nada por lo que preocuparse. Ya que Insisten que Illa, no hará nada que vaya en contra de su partido ni del PSOE, su conexión con el presidente es absoluta. En el entorno más cercano de Illa, aseguran conocer bien su camino.
Los asesores presidenciales enfatizan que saben a «donde se dirigen», garantizan la solidaridad entre las diferentes regiones, y están convencidos que Illa se entenderá con Montero.
En la Moncloa, como respuesta a las críticas, se argumenta que estuvieron de acuerdo con el requerimiento de ERC, sobre un concierto económico, porque creen que quien estará a cargo de la Generalitat será uno de ellos, Illa. Este nuevo sistema, remarcan, «asegura la solidaridad entre regiones, y esa es la clave». Expresan su malestar desde el gobierno, ante la falta de reconocimiento a lo obvio: La negociación para el nuevo sistema financiero será liderada, desde Cataluña, por el nuevo presidente Illa, quien evidentemente trabajará en conjunción con la primera vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Así evitarán cualquier desacuerdo entre ellos.
¿Será posible esta reforma?
En las regiones más desconfiadas, hay incertidumbre acerca de si las tensiones se calmarán, dado que el modelo financiero es esencial. Algunos creen, de manera firme, que lo pactado con ERC resulta «inaplicable» y que jamás se consolidará, debido a la falta de respaldos en el Congreso necesarios para una mayoría absoluta, y a la necesidad de cohesión en el bloque de investidura. Junts sostiene que la «soberanía fiscal» promocionada por ERC es insuficiente, y los grupos Compromís y Chunta, que forman parte de Sumar, han alertado que rechazarán la «financiación exclusiva» para Cataluña si no se presta atención a la escasez de recursos en dos regiones en particular, Comunitat Valenciana y Aragón. Algunos dudan de que los republicanos puedan moderar sus demandas: «ERC y Junts participarán en una carrera constante de superación. ERC, a largo plazo, si nos respalda en Madrid y en Barcelona, temerá ser considerada equivalente al PSOE… y todos conocen el desenlace de eso». El presidente calcula que, una vez asegurada Cataluña, podrá estabilizar su mandato. No será fácil, debido a la tensión esperada con Junts.
El Gobierno considera que se puede dirigir la legislatura con éxito después de conseguir controlar la Generalitat, pero otros en PSOE prevén una imposible «carrera constante de superación» entre ERC y Junts.
Además de esto, existe una inquietud por la dirección que toma el partido. Para Sánchez, la «financiación única» y específica para Cataluña que el acuerdo detalla es un paso «indiscutible» hacia la «federalización» de España autónoma. Sin embargo, los miembros del partido que se oponen al pacto refutan este argumento y creen que se está avanzando hacia una España «confederal», que representa una estructura diferente. Como lo describe una líder que contribuyó intensivamente en la elaboración del documento de julio de 2013 que reflejó el deseo del PSOE de construir una España federal, el pacto actual y «La Declaración de Granada» son «casi antagónicas». Este documento fue promovido por el entonces líder del partido, Alfredo Pérez Rubalcaba, ya proponía la reforma del sistema financiero e impulsaba el principio de ordinalidad, sin mencionar la posibilidad de un concierto a lo vasco o navarro.
El futuro presidente se dirigirá a su ejecutiva este sábado, rompiendo el silencio. Y es de esperar que sus palabras se dirijan principalmente hacia sus propios seguidores, al PSC y especialmente a un PSOE más temeroso.
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Aunque Sánchez logra concretar el acuerdo con ERC para elevar a Illa, la crisis interna persiste. Kamala Harris es recordada por sus orígenes como la hija de Shyamala. Actualmente, la confirmación de Salvador Illa como figura inaugural está pendiente de Puigdemont. Asimismo, el ex-cabecilla de Sánchez sufre un descalabro financiero. Se menciona el caso del panadero de Madrigal que pretendió ser Sebastián I de Portugal y terminó en mal estado. En los Juegos Olímpicos, RTVE ha adoptado la esencia del NODO. Entre otros temas, se debate el incidente con la boxeadora argelina Imane Khelif en los Juegos Olímpicos. Por otro lado, Sabadell supera a BBVA en el cierre de oficinas, cerrando 62 en un solo año.
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Inscríbete para comentar. Ya estoy registrado…dice un usuario después de 15 min.
El usuario PERICO TROLAS, se prepara para defender la presidencia de Illa en Cataluña como un éxito del Partido Sanchista. Menciona un evidente desacuerdo en la Alianza Socialcomunista del Congreso que sostiene a él en la silla Monclovita, que por ahora no encuentra solución. El usuario también señala que PELOMOCHO PUCHIMON, el separatista prófugo, ha acogido con protestas lo que se establecerá en los próximos días en el Palacio de la Generalidad.
Tic Tac… Perico Trolas… Tic Tac…dicho por la RATA CHEPUDA MORADA.
Por tres años más, el caos del gobierno sanchista continuará…y me río con sarcasmo. hace 35 minutos. ¡Ponte la mascarilla, ILLA, el patético con gafas! No te aprecia nadie en España, ni siquiera entre los sanchistas de Oviedo a Sevilla. ¡Engañoso ILLA, su sillón Catalán costará al traidor su asiento en Monclova! Otros tres años del narcisista en Monclova…Y EN CIMA SE PUEDE EXTENDER. Nadie se traga eso, ni siquiera el tonto JR R. Por eso lo repite tanto, porque es una mentira y miente sobre ello en un intento de hacerlo verídico. Pero va a ser que NO, y NO significa NO. hace 1 hora. La derecha radical se recusa a superarlo porque no quiere… Ahora se interesan por los debates internos del PSOE,… aunque sospecho que eso no aliviará su enfado por los próximos prorrogables tres años de Sánchez. Hace 4 horas. ¡ADVEERTENCIA! Cada vez estamos en peor estado como sociedad civil responsabilizada, ¡Es extremadamente SERIO! Ahora un grupo de 4,000 personas viviendo en Cataluña decide el cambio del sistema financiero de 47,000,000 de españoles, simplemente por la ambición de un grupo controlado por una sola persona.
