El enigma que aún persiste es la cantidad de capital que generan las ‘txosnas’, o puestos, durante las festividades en la región vasca, atraendo a centenas de miles de visitantes cada año. ¿Están obligados a pagar tributos por sus ganancias? La serie de celebraciones anuales comenzará mañana en Euskadi con el descenso de ‘Celedón’, un personaje que da inicio a la Semana Grande en Vitoria.
Posteriormente, San Sebastián y Aste Nagusia en Bilbao seguirán el ritual. Se estima que millones de euros se generan en estas festividades, dinero que no siempre es declarado o que contribuye a la recaudación fiscal de la sociedad. Este ha sido el caso durante décadas, pero este año, se prevé una ‘batalla fiscal’ rodeando las festividades vascas.
El sector de la izquierda abertzale ha mantenido el control, ejerciendo regulaciones y filtros sobre quién puede participar en el ambiente festivo, especialmente en las capitales vascas, durante muchos años. El espíritu de las festividades en Euskadi son las comparsas. A lo largo de más de cuarenta años, una de las grandes incógnitas ha sido entender la fiscalización de la robusta actividad económica generada durante los nueve días de celebración.
Las tres ‘Semanas Grandes’ atraen multitudes en las capitales vascas cada verano. Solo en el último año, Bilbao reportó la visita de 1.8 millones de personas durante sus festividades. Cada noche, miles de productos, comidas y bebidas son vendidas en las llenas ‘txosnas’, en la mayoría de las ocasiones sin la supervisión de Hacienda y sin contribuir con impuestos por las significativas ganancias que estas generan. Esto es una realidad que los ayuntamientos han ignorado durante años, a pesar de las quejas del sector hotelero, que se siente perjudicado al tener que cumplir estrictamente con las obligaciones tributarias mientras se aplica un doble estándar a las ‘txosnas’ con las que compiten durante estos días.
Nunca se ha revelado cuánto beneficio generaban los establecimientos que, en muchos casos, recibían el respaldo y beneficios de los municipios para su establecimiento. Después de más de cuarenta años, parece que el fin de los «kalimotxos» y los «bocadillos» exentos de impuestos podría haber llegado. Por esta razón, las comparsas se encuentran inquietas y amenazan con rebelarse. Las tres diputaciones vascas iniciaron hace años el proceso de facturación electrónica obligatoria. El sistema, conocido como «TicketBai» (Ticket Sí), exige a todas las actividades económicas no exentas emitir una factura a través de este sistema, permitiendo a los respectivos departamentos fiscales estar al tanto de cada venta realizada.
«Bocadillos» y «Kalimotxos» con recibo
Hasta ahora, en la mayoría de las «txosnas» se ofrecían sin dar tickets ni ningún tipo de recibo. Ahora, los gobiernos fiscales quieren obligarles a hacerlo y con ello, a que se deje constancia de cada consumo o producto servido y pagado. La Diputación de Álava fue la primera en iniciar este proceso y la primera en exigir a las «txosnas» a proporcionar un recibo por cada «kalimotxo», «katxi» o «bocadillo» vendido.
La implementación de esta medida no ha sido del agrado de las comparsas que, en la víspera de las festividades que comienzan mañana en la capital de Álava, incluso amenazaron con no montar las «txosnas». No obstante, finalmente sí las han instalado, pero advierten que tienen la intención de ignorar la obligación fiscal y no usar el sistema «TicketBai».
Las ‘txosnas’, o barracas de festivales, en las tres ciudades principales vascas suelen recibir respaldo y financiamiento parcial del Ayuntamiento para realizar sus actividades. Las comparsas y sus acciones se ven como un aspecto crucial de las celebraciones. En Vitoria, el propio comparsista es quien se encarga de establecer el escenario para los conciertos nocturnos, también se encargan del montaje y alquiler de equipos. Los costos de configurar la iluminación requerida para las ‘txosnas’, el cableado, los módulos sanitarios y la limpieza diaria del área se cubren con fondos públicos. Además, el uso del espacio público no supone costos para las ‘txosnas’.
El convenio con el Ayuntamiento indica que los propietarios de las ‘txosnas’ son responsables de los gastos de electricidad y agua. También deben comprometerse a no vender alcohol a menores y a evitar poner anuncios o símbolos que sean ofensivos, que apoyen el terrorismo o que puedan poner en peligro la convivencia.
Este año, entre los varios grupos u organizaciones que forman la Asociación Gure Txosnak-Txosnen Batzordea, se incluyen organizaciones y movimientos que tienen un vínculo con la izquierda abertzale, particularmente los que son críticos con Bildu, como son Jardun o Ikasle Abertzaleak. En Bilbao, las licitaciones y su gestión también están en manos de grupos relacionados con la izquierda abertzale. Solo el año pasado, se dieron permisos a 37 ‘txosnas’ para las festividades de la capital vizcaína.
La importancia del impacto económico generado por estos eventos festivos resulta evidente a través del gran interés de diversas organizaciones en crear una ‘txosna’. No obstante, en Bilbao, es la organización ‘Bilboko Konpartsak’ la que determina quién puede acceder a ella. En el presente año, una controversia surgió de la ala crítica de la izquierda abertzale, que alegó un ‘boicot’ de aquellos cercanos al grupo Bildu para excluirlos. Itziar Ituño, famosa actriz, defendió a este grupo y su derecho a tener una ‘txosna’ en las festividades. Pocos días después, Ituño fue nombrada para realizar el pregón de la ‘Aste Nagusia’ de Bilbao.
Las comparsas se han negado categóricamente a la supuesta obligación de emitir tickets, alegando que su actividad es de carácter no lucrativo, realizada por voluntarios. Argumentan que imponerles la implementación del ‘TicketBai’ podría amenazar su existencia. Sostienen que no deberían ser equiparados a actividades económicas convencionales o a las empresas privadas, sino considerados como modelos sociales, colectivos y populares, contra los cuales se usa el pretexto de la lucha contra el fraude fiscal.
Inspecciones
Aunque en Vitoria era obligatorio el año anterior, no fue hasta este verano que la Diputación lo requirió. En Gipuzkoa también es actualmente obligatorio, mientras que en Bizkaia se retrasa hasta 2026.
Ramiro González, el diputado general de Alava, ha insistido en que las ‘txosnas’ deben conformarse con las normas económicas establecidas y ha mencionado que habrá inspecciones para garantizar la adherencia a estas normas. Las comparsas han programado una manifestación para esta tarde para expresar su disconformidad con lo que perciben como un ataque a su modelo festivo. González afirmó esta semana que no tiene conocimiento de que alguna ‘txosna’ haya solicitado una exención de esta obligación fiscal debido a que cumple con los requisitos.
En Bizkaia, la Hacienda ha indicado que la implementación de este sistema no resultará en un aumento de impuestos, sino que es un medio para cumplir con sus obligaciones fiscales «como cualquier contribuyente».
Además, se destacó la defensa del Cupo vasco contra una ‘réplica’ catalana, desde el inamovible «no se toca» del PNV hasta el temor del PP a «perder dinero». También se habló sobre la concesión por parte del Gobierno vasco de más del doble de terceros grados a presos de ETA que los otorgados por Interior.
Otro tema de interés fue la renovación del PNV por Ortuzar sin revelar su futuro. Se cuestionó por qué Cataluña rechazó el Concierto Económico que le ofreció Suárez. Finalmente, se mencionaron algunos eventos actuales como RTVE adoptando el espíritu de NODO en los Juegos Olímpicos, y la victoria de la empresa francesa Egis sobre la española Ineco para obtener el contrato de asistencia para extender la alta velocidad en Marruecos.
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