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Isabel Díaz Ayuso parece no sentir lo mismo que en Alemania por el cannabis. Quizá no sea ella, sino su círculo, el que le ha llevado a actuar ciegamente contra uno de los elementos cruciales de la economía europea moderna, el cannabis.
Es la sustancia psicoactiva menos consumida en nuestro país. Los primeros son el alcohol y el tabaco. Sin embargo, es la droga ilegal con más implantación entre los jóvenes: un 26,9% de los estudiantes de entre 15 y 18 años la ha consumido alguna vez, el 22% en el último año y el 15,6% en el último mes.
Para intentar reducir su consumo la Presidenta ha reaccionado negativamente. Paga con dinero público a “talleres de prevención del consumo de cannabis”, dirigidos a jóvenes matriculados en 2º y 3º de la ESO que estudien en institutos públicos y concertados. La Consejería de Familia, Juventud y Asuntos Sociales está dispuesta a pagar 72.400 euros para que una empresa privada gestione esta iniciativa, que según fuentes de la consejería se empezará a impartir “después del verano”, entre septiembre y diciembre de 2024.
La memoria justificativa del contrato resalta que “se trata de una droga cuyo consumo se está normalizando cada vez más, lo que hace imprescindible el desarrollo de programas de prevención y sensibilización dirigidos a los jóvenes en edades próximas a las que inicia el contacto con esta sustancia”. El programa incluirá la impartición de 700 talleres para grupos de hasta 30 alumnos. Cada taller contará con dos sesiones de 50 minutos
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