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Sánchez y Macron se reúnen en Barcelona con el fin de cambiar el mercado eléctrico. España y Francia quieren coordinar posiciones en la UE, con la energía en el centro de la agenda. El objetivo es intentar doblegar la resistencia alemana.
El Gobierno espera arrancar el apoyo galo a la prórroga del tope ibérico.
Europa está generando debates polémicos desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania.
Lo hace con el planteamiento de reformas en profundidad para combatir sus consecuencias económicas. España y Francia, Pedro Sánchez y Emmanuel Macron, tienen similares posiciones en una variedad de asuntos, como las interconexiones energéticas. Ambos desean profundizar su coordinación para intentar hacer frente común en asuntos como la reforma del mercado eléctrico. Todo ello para abaratar el precio de la luz. Este será uno de los principales asuntos, con muchos puntos de conexión, que abordarán este jueves 19 de enero en Barcelona. Lo harán en el marco de la XXVII cumbre hispano-francesa.
Como todavía quedan días para que la Comisión Europea lance su propuesta, el objetivo compartido pasa por darle prioridad a esta reforma, en un plazo de seis meses. Por ello la intención es desacoplar el precio del gas del mercado mayorista y rebajar así la factura. La de Barcelona no será una cumbre más entre ambos países, pues firmarán un tratado de amistad y cooperación para dar un marco jurídico continuo a las relaciones bilaterales entre ambos países. Los franceses solo tienen este tipo de tratados con Alemania e Italia, y España con Portugal. Un nuevo juego de equilibrios en el que Francia apuesta por nosotros es debido a la nueva influencia en Bruselas. Esta no debe privilegiar el eje franco-alemán. Por ello España busca sumar aliados a sus batallas en la UE.
Dicho Tratado de Barcelona, como quieren bautizar, desea aumentar la coordinación entre ambos países previa a los debates de los consejos europeos. Sin embargo, sobre todo acercar posiciones en los temas de la agenda para los próximos meses.
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