El Ministerio de Igualdad rebaja al menos 140 condenas por delitos sexuales y excarcela a 21 agresores debido a la ley 'solo sí es sí'.
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La ley del ‘sólo sí es sí’ rebaja 140 condenas a delincuentes sexuales y la Ministra de Igualdad, Irene Montero, lo ha defendido.
La ley del ‘sólo sí es sí’ rebaja 140 condenas a delincuentes sexuales
La norma vuelve a la polémica. Son muchos los problemas que está dando la ley desde que comenzó a plantearse, hace ya tres meses. De hecho, el Ministerio de Igualdad ha rebajado al menos 140 condenas por delitos sexuales y ha excarcelado a 21 agresores.
La ministra de Igualdad ha justificado la normativa. Según Montero, son efectos habituales propios de un cambio normativo profundo. Desde su entrada en vigor al menos 140 presuntos delincuentes sexuales han podido rebajar su condena. Además, 21 agresores han sido excarcelados. Para Montero «todas las leyes que suponen un cambio profundo, sobre todo las feministas en el código penal tienen un periodo de tránsito». «Desgraciadamente, eso lleva a que haya víctimas que sufren, que son revictimizadas, ojalá eso no ocurriese».
La ley necesita «una reforma urgente»
Esto continúa provocando un malestar absoluto en el clima politicosocial actual. Sin embargo, la normativa prosigue contra todo pronóstico y permitirá proteger a «todas las víctimas de violencia sexual». Todo ello según defiende Montero. Muchos miembros del gobierno consideran que la ley necesita una reforma urgente. Lo cierto es que según Unidas Podemos, la interpretación machista de la normativa ensucia el objetivo final de la misma. La ley del ‘solo si es si’ la aprobaron en agosto y entre los aspectos más concretos recogen una eliminación de la diferencia entre ‘abuso y agresión sexual’. Desde el Ministerio de Igualdad explican que quieren «reforzar medidas frente a los delitos sexuales». El objetivo que plantearon en su momento era «poner en el foco, la «responsabilidad» y no castigar».
Código Penal
Dicha norma, por lo tanto, mantiene la modificación del Código Penal para erradicar la distinción entre abuso y agresión. Esto supone que el consentimiento es la clave a la hora de juzgar un delito sexual.
