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Alberto Garzón vuelve a la carga contra las macrogranjas: «Son un modelo perverso». El ministro de Consumo acusa a Fernández Mañueco de llevar a cabo una campaña de «mentiras y falsedades» junto a las estrategias internacionales de la extrema derecha.
El coordinador federal de IU y ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha vuelto este sábado 29 de enero a a cargar contra las macrogranjas. Las considera «un modelo perverso».
También ha criticado al “candidato de las macrogranjas«, como ha denominado al presidente castellanoleonés, Alfonso Fernández Mañueco. Ha sido un discurso diferente. Lo ha dado ante la coordinadora federal de IU. Lo ha pronunciado desde casa porque sigue confinado tras dar positivo en coronavirus. De esta forma, Garzón ha acusado al candidato del PP de protagonizar una campaña de «mentiras y falsedades» típica de la extrema derecha. Creen que quieren desgastar al adversario y que no se hable de los problemas. Allí, los populares gobiernan desde hace más de treinta años.
Garzón asegura que la despoblación de la España vaciada está vinculada a la falta de oportunidades laborales y de servicios públicos. Entre ellos, ha destacado la ausencia de médicos, escuelas, infraestructuras y actividades productivas sostenibles.
Piensa que la solución no pueden ser las macrogranjas. «Un modelo industrial absolutamente perverso» por su impacto ecológico; por razones sociales, ya que los pequeños municipios colindantes ven afectada la calidad del agua y del suelo y los olores no permiten atraer turismo; y por razones económicas, pues son «la principal amenaza de la ganadería tradicional, extensiva y familiar».
El ministro de Consumo ha criticado duramente a los populares por apostar por ese modelo en contra de los intereses de la inmensa mayoría. Posteriormente ha denunciado su «huida hacia adelante con mentiras y falsedades». De esta forma el ministro de Consumo vuelve a criticar duramente la gestión de estas granjas de grandes superficies por no cumplir con las exigencias de una gran mayoría de ciudadanos. De esta forma ha achacado al PP dicha explotación no avalada por los españoles.
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