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Aragonès deja fuera a Junts de la mesa de diálogo con el fin de salvar el encuentro con Sánchez. Cataluña empieza con el Govern fracturado por la decisión del president o dejar fuera a su socio de gobierno en la Generalitat.
El Ejecutivo catalán que preside ERC consiguió mantener a raya sus discrepancias. Hasta ahora. El president Pere Aragonès ha dejado suspendida la participación de Junts -socios de su gobierno- en la mesa de diálogo.
Junts había decidido enviar a los exlíderes del procés indultados, Jordi Turull y Jordi Sànchez. El jefe del Govern se negó, explicó que no son consejeros y posteriormente invitó a proponer otros nombres. En Junts no dieron su brazo a torcer, exhibiendo la fractura en el Govern.
“Tenemos una oportunidad y no la pienso desaprovechar”, dijo Aragonès en una comparecencia extraordinaria tras la reunión semanal del Ejecutivo catalán.
Jordi Sànchez, secretario general de Junts, comunicó a Aragonès que, además de él, la delegación la conformarían el vicepresident Jordi Puigneró, Turull y la portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras. El malestar obligó a parar la reunión del Consell Executiu.
En Junts son muy escépticos respecto al diálogo y para ERC es un ataque directo contra uno de los elementos centrales de la legislatura. ERC criticó a Junts de su falta de apoyo en la celebración de un referéndum de independencia.
El president, entonces, dio un golpe en la mesa y firmó un decreto confirmando a los representantes de ERC (él mismo y los consejeros Laura Vilagrà y Roger Torrent) y dejó el camino abierto a Junts. “La puerta de la delegación está abierta para otros miembros del Gobierno que propongan”, dijo Aragonès. “Las delegaciones son de Gobierno, es la manera de representar al país al completo”, zanjó.
ERC espera que Aragonès pueda exhibir una metodología para el diálogo y un cronograma de reuniones. Ambas partes defienden que tras la pandemia es mejor no entrar en seco a discutir el asunto. Sánchez recordó, igualmente, que el referéndum es inconstitucional.
Legalmente es imposible un adelanto electoral en Cataluña. No es posible convocar de nuevo a las urnas hasta que haya pasado, al menos, un año. Ninguna de las dos fuerzas independentistas quiere ser la culpable de romper la sociedad, pero sus diferencias irreconciliables siguen allí.
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