La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha aprovechado la conversación sobre la situación de Afganistán para hablar del machismo en España.
Durante la entrevista que ayer concedió a Radiocable, Irene Montero señaló que «todas las culturas y religiones» tienen formas, «de oprimir a las mujeres» y de «disciplinar su cuerpo» con «diferentes niveles de dureza».
La conversación surgió en el momento en que se mencionó la dura situación en la que se encuentra Afganistán. «Pasa en Afganistán, con el derecho al acceso a un empleo, a la educación a la salud, pero también pasa en España con tasas intolerables de asesinatos por violencia machista«, ha declarado.
La titular de Igualdad ha insistido en que en España «todavía se contabilizan» los asesinatos machistas en el marco de la pareja cuando «también se producen feminicidios» en los que los asesinos no tienen relación sentimental con la víctima. En este sentido, se ha referido a las tasas de violaciones y violencia sexual en el país que están «normalizadas».
«Todas vivimos en sociedad patriarcales», ha insistido. Montero ha añadido que, cuando se habla de Afganistán, no hay que entrar en «una competición o ránking a ver quién es más machista» sino que hay que buscar soluciones para que las mujeres tengan acceso a derechos fundamentales como el acceso al trabajo, a la educación y a la sanidad.
Los entrevistadores de Radiocable preguntaron a Montero sobre la situación de pérdida de derechos de las mujeres afganas y las similitudes con algunas situaciones que se plantean en España.
La ministra de Igualdad ha señalado que los derechos de las mujeres también están en peligro en contexto europeo. Recuerda la salida de Turquía del Convenio de Estambul sobre la violencia contra la mujer hace unos meses.
Preguntada por un posible debate sobre el uso del velo o el burka, Montero ha apuntado que «la prohibición no es la solución» y llama a incluir en este debate a las mujeres que usan estas prendas. «Este debate no se puede tener sin esas voces». Aún así, ha señalado las consecuencias negativas que, a su juicio, el «velo integral» tiene para «la salud de la mujer».
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