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Los estados miembros de la UE se reunían este miércoles para tratar la situación humanitaria de las miles de personas intentando huir de Afganistán tras la toma de Kabul. Sin embargo, la UE no ha sido capaz de llegar a encontrar una respuesta común al problema.
A pesar de que Ylva Johansson, la comisaria europea de Interior, ha asegurado que Bruselas está preparada para «ayudar en la coordinación de Estados miembros» y ha instado a los mismos países a afianzar su compromiso para con la causa, ni siquiera parece haberse llegado a una solución unánime para los afgnos trabajando para las fuerzas europeas.
Con respecto a ello, David Sassoli, presidente del Parlamento europeo, insistía en el deber de proteger a los que «trabajan y cooperan con nosotros» y añade que la UE es el organismo adecuado para autorizar “un reparto equitativo [de los refugiados] entre los Estados miembros, y esto puede hacerse rápido”.
Sin embago, la cuestión relativa a las demandas de asilo afgano sigue sin tener una clara solución. En julio, ACNUR estimó que más de 3,5 millones de afganos eran en ese momento desplazados internos, número que parece estar incrementándose ante la situación crítica en el país.
Mientras tanto, Johansson critica el inmobilismo europeo y refuerza la idea de la ayuda humanitaria a los países cercanos a Afganistán, entre ellos “Pakistán, Irán y Tayikistán, así como otros estados de la región como Turquía”, para que los desplazados puedan permanecer en esa zona.
Es el caso de los grandes países de la UE como es el caso de Italia, que ya ha empezado a movilizarse para dar acogida en el país a afganos que durante años trabajaron para sus fuerzas en Afganistán. Desde junio, mantiene un operativo que ha permitido ya el traslado de 200 colaboradores y sus familias al país, y planea recibir 200 más en las próximas horas.
De manera similar, el Consejo de Ministros alemán aprobó este miércoles el envío de hasta 600 soldados a Afganistán para rescatar a unas 10.000 personas de Kabul. Sin embargo, esta imagen parece chocar con las declaraciones del candidato conservador a sustiuir a Angela Merkel en las próximas elecciones. Armin Laschet ha dejado claro que el tema se convertirá en un asunto de campaña electoral.
Menos compasivos se han mostrado países como Austria, que propuso enviarlos en fuga a centros de deportación en países vecinos a Afganistán; o Grecia, que ha defendido deportarlos a Turquía. Por su parte, el presidene francés Emmanuel Macron ha acabado también en el punto de mira por declarar la necesidad de una solución ante los «flujos migratorios irregulares» a los que se está sometiendo a los países de la UE.
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