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Tras el fin del estado de alarma, la herramienta elegida por el Gobierno para establecer restricciones de cara a evitar la propagación de la COVID-19, ha sido un sistema semáforo donde la incidencia de la Comunidad Autónoma marca el color del semáforo y las correspondientes restricciones.
Tras el Consejo Interterritorial del miércoles de la semana pasada, el Gobierno, con el acuerdo de varias comunidades autónomas, marcó una serie de medidas siguiendo un código de colores.
La mayoría de estas medidas están orientadas a la hostelería y al ocio nocturno. Cada Comunidad Autónoma se sitúa en un color u otro según su incidencia. Sin embargo, varias comunidades declararon que no seguirán estas restricciones, entre ellas Madrid, País Vasco o Andalucía. Madrid ha llevado el caso a la Audiencia Nacional. El resultado ha sido la suspensión cautelar de las medidas en la Comunidad de Madrid.
Estas restricciones llegaron a las comunidades autónomas cuando en ellas ya había unas medidas fijadas para la hostelería y el ocio nocoturno. Por ejemplo, en la Comunidad Valenciana las medidas del Gobierno son menos restrictivas con en el ocio nocturno. El Gobierno propone abrir hasta las 3 de la mañana en el territorio valenciano, sin embargo, las autoridades autonómicas quieren abrir el ocio nocturno hasta las 2. En la Comunidad de Madrid ocurre el caso opuesto. El interior de los bares madrileños se mantienen abiertos, por otro lado, las medidas del Gobierno no lo permiten. Por ello, Madrid ha recurrido a la Audiencia Nacional alegando que estas competencias, a falta del estado de alarma, son de la comunidad. Además, comunidades como La Rioja, había firmado las medidas del Gobierno y, sin embargo, no las están cumpliendo.
Ante la oposición de varias comunidades autónomas, Carolina Darias, ministra de Sanidad, está estudiando una alternativa a estas restricciones. La determinación de estas medidas será el tema principal de la próxima reunión del Consejo de Salud Pública.
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