El PP ha visto reforzada su posición gracias a la Comisión Europea, por ello se ve con capacidad para exigir a Pedro Sánchez que cumpla con sus peticiones si quiere volver a sentarse con ellos y renovar el CGPJ. El cual lleva ya dos años caducado precisamente por la falta de acuerdo entre PSOE y los populares.
Ha sido el comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, quien ha pedido que el Gobierno español se encargue de renovar el consejo y de realizar un cambio del sistema de elección para lograr la despolitización de la Justicia.
Pablo Casado cree que al presidente no le queda más remedio que ceder a su demanda de recuperar la elección directa de 12 vocales del CGPJ, por parte de la carrera judicial. Si el Ejecutivo accediese a lo indicado desde Bruselas, el líder popular estaría dispuesto a pactar la renovación del órgano de los jueces en la mayor brevedad posible.
Lo mismo pide Inés Arrimadas, que se está encargando de presionar tanto a PSOE como al PP, para formar una mesa de tres, donde su partido estaría incluido. Y así alcanzar un gran pacto de Estado sobre la Justicia que cumpla las peticiones de Bruselas y acabe con décadas de reparto de jueces entre los partidos.
Las exigencias del partido popular son las mismas que hace unos meses. Por un lado que Unidas Podemos no entre en la negociación y por otro, que la justicia se despolitice. Pero la principal piedra en el camino del acuerdo de renovación, es que que los jueces no puedan entrar al Consejo por el turno de los juristas de prestigio. En concreto que José Ricardo de Prada no sea uno de los 20 vocales que integren el CGPJ.
Prada fue el nombre que frustró el acuerdo en el mes de febrero, pues es conocido por aparecer en la primera sentencia del caso Gürtel. El PP quiere que el Gobierno le convenza para que ocupe otro cargo jurídico de prestigio pero fuera del CGPJ. Si lo socialistas se niegan a las presiones tanto de Europa como de los populares, Casado volvería a levantarse de la mesa de negociación.
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