Iñigo Ramírez de Haro, cuñado de Esperanza Aguirre, ha interpuesto una denuncia contra la ex presidenta de Madrid y su marido, por vender un cuadro de Goya, sin protegerlo como bien cultural para no pagar impuestos.
En la demanda de Ramírez de Haro se acusa a Aguirre y a su marido de; estafa, fraude fiscal, blanqueo y apropiación indebida.
Todo comenzó cuando la obra estuvo durante décadas colgada sobre la chimenea en el salón principal del suegro de Esperanza, Ignacio Ramírez de Haro, conde de Bornos.
Sin ser consciente de su verdadero valor. Este se situaba en el palacete donde viven la expresidenta y su marido Fernando Ramírez de Haro
El hombre pintado en el cuadro era; Valentín Belvís de Moncada y Pizarro, marqués de Villanueva del Duero, teniente general del Ejército de Carlos IV y grande de España. Un antepasado de la familia política aristocrática de Aguirre.
El suegro murió en 2010, y un año y medio después en 2012. La familia encargó un peritaje de la pintura para conocer su autoría, descubriendo que era una obra inédita de Francisco de Goya y Luciente.
Cuatro meses después en julio del mismo año, Fernando Ramírez vendió el cuadro al empresario; Juan Miguel Villar Mir, por valor de cinco millones de euros. Por esa época su mujer Esperanza Aguirre era presidenta de la Comunidad de Madrid, por lo que era su competencia proteger la pintura como Bien de Interés Cultural. Pero no lo hizo, y la Ley del Patrimonio Histórico Español obliga a las administraciones a proteger como Bienes de Interés Cultural las obras que forman parte del patrimonio histórico de España, como era esta pintura.
De esta manera la ex presidenta se ahorró el pago de los impuestos del cuadro, y el dinero recibido llegó a una cuenta corriente de la que ella y su marido son cotitulares.
A día de hoy, nueve años después no consta su existencia dentro del Inventario General de Bienes Muebles del Ministerio de Cultura, ni en el Registro de Bienes Patrimoniales de la Comunidad de Madrid. La compraventa se encuentra actualmente en los tribunales.
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