Rodrigo Rato será procesado por varios delitos: blanqueo de capitales, corrupción en los negocios y otros delitos fiscales. Así lo ha decidido el juez de Instrucción número 31 de Madrid, Antonio Serrano-Arnal. Dando por terminada así la investigación iniciada en 2015 relacionada con el patrimonio ilícito del Fondo Monetario Internacional del que disponía el exdirector de Bankia.
El juez propone juzgarle junto a otras once personas y dos entidades, quienes habrían cometido los mismos delitos. Dentro del auto de transformación de las diligencias, el magistrado ha concedido veinte días al ministerio fiscal y a la Abogacía del Estado, para que presente el escrito de acusación o soliciten el sobreseimiento de las actuaciones.
El juez recoge como Rato ya fue condenado por el caso de las tarjetas black de Caja Madrid, a cuatro años y medio de prisión, resultando posteriormente absuelto de la investigación sobre la salida a bolsa de Bankia. Siendo nombrado en 2010 como presidente de la entidad.
María Teresa Arellano, su secretaria por entonces, aumento poco a poco sus funciones hasta ser directora de coordinación de Presidencia y luego de Comunicación. Lograron que Pilar Trucios hasta ese momento la directora, dimitiera. Así lograron controlar la adjudicación de la publicidad de Bankia, para poder cobrar comisiones a través de pagos calificados desmesurados.
Se contrata a la sociedad «Lateralmente» controlada por Alberto Portuondo, socio de Miguel Ángel Montero Quevedo en varias empresas propiedad de Rato, para manejar la comunicación de Caja Madrid. Rato declaró no conocer Portuondo aunque firmó con él, un contrato con su empresa» Kradonara» en el 2001 para poder repartirse las comisiones obtenidas con el grupo Publicis.
José Manuel Fernández Norniella, por entonces vicepresidente de la entidad bancaria, afirma que el nombre de Bankia surgió de un acuerdo en una reunión celebrada entre Rato y Portuondo.
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