Este jueves, 17 de diciembre, se ha dado un paso histórico. Después de varios intentos, finalmente los ciudadanos han logrado obtener el derecho de morir dignamente, pues el Congreso ha aprobado la ley de la eutanasia con una mayoría absoluta.
Una vez este aprobado de manera definitiva, España se convertirá en el sexto país del mundo que regula una muerte digna, uniéndose a los Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Colombia y Canadá, con una ley que permite una opción digna para los ciudadanos que la necesitan.
Este paso tan importante, llega de la mano de un amplio respaldo del Parlamento con 198 votos a favor, 138 en contra y 2 abstenciones. Unicamente los representantes de PP, Vox y Union del Pueblo Navarro (UPN) estaban en una posición en contra. La portavoz de sanidad del grupo parlamentario socialista y exministra de Sanidad, Maria Luisa Carcedo, ha declarado que «hoy es un día muy importante para las personas que sufren, que sufrieron y para los familiares que padecieron impotentemente con una gran frustración el dolor de sus seres queridos».
Después de ser aprobado en el Congreso, el proyecto de ley llegará al Senado, donde se espera que se haga la tramitación rápidamente puesto que tiene tanto apoyo en el Parlamento. Cuando obtenga la luz verde de la Cámara alta, la ley comenzará a ser vigente tres meses después de ser publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Esta ley establece que la eutanasia se convertirá en una prestación pública, que estará incluida en la bolsa de servicios comunes que presta el Sistema Nacional de Salud, la cuál está financiada públicamente. Este procedimiento se podrá realizar en centros sanitarios, como también en los domicilios particulares, por profesionales sanitarios objetores, que tendrán un carácter confidencial.
Ahora, ¿quién podrá aplicar para este derecho? Podrán acogerse las personas mayores de edad que padezcan una enfermedad grave e incurable o un padecimiento grave, crónico y limitante que cause un sufrimiento físico o psíquico intolerable, sin posibilidad de curación o mejoría. Además, la decisión de pedir ayuda para morir debe ser autónoma e informada por el equipo médico. El solicitante debe tener la nacionalidad española o la residencia legal en España, ser mayor de edad y ser consciente en todo la momento de la solicitud realizada.
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