En la sesión de control del Gobierno, Pablo Casado, presidente del Partido Popular, e Inés Arrimadas, presidenta y militante de Cuidadanos, retan a Pedro Sánchez a que destituya a Iglesias, su vicepresidente segundo.
La razón de esta idea surge por la futura posible imputación de Iglesias en la causa abierta a Unidas Podemos por presunta financiación irregular o en la que está implicado él mismo en el ‘caso Dina’.
La sesión de control del Gobierno en la que Cuca Gamarra se estrena como portavoz del PP en sustitución de Cayetana Álvarez de Toledo, tiene como protagonista los reproches y la corrupción.
Este peculiar inicio de curso político marcado por la pandemia del coronavirus, ha sido el escenario para tratar la corrupción. La presidenta de Ciudadanos ha recordado los casos de corrupción que afectan a casi todos los partidos: los ERE en Andalucía, el 3% de Convergència en Cataluña, Kitchen y Gürtel que afectan al PP y la presunta financiación irregular de Unidas Podemos.
Por su parte, Casado ha dicho a Sánchez que la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, actúa como defensora del Gobierno al rechazar todas las demandas en los tribunales por la gestión de la pandemia. «¿Puede usted dormir tranquilo mientras recorta la calidad de la democracia?» ha cuestionado el líder de la oposición.
Sánchez ha evitado responder a los emplazamientos para que destituya a Pablo Iglesias y se ha dirigido a Casado para decirle que los «únicos recortes» que necesita España «los de la corrupción del PP«.
Y aunque no ha contestado al emplazamiento de Casado sobre su vicepresidente segundo, le ha retado con otro. «Ponga fin a 30 años del PP incumpliendo las leyes y demuestre que su partido, en lo que a corrupción se refiere, no es el mismo que dirigieron José María Aznar y Mariano Rajoy».
El Ejecutivo ha recordado a Arrimadas que, mientras pone en tela de juicio la honestidad de su Gobierno, Ciudadanos gobierna junto al PP en cuatro comunidades autónomas.
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