Este miércoles el presidente Pedro Sánchez y otros ocho líderes de la Unión Europea han enviado una carta al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. El fin es manifestar su descontento por la falta de ambición y solicitar una intervención inmediata de Bruselas.
Los nueves líderes requieren a la UE medidas anticrisis, tanto en el plano sanitario como en el económico, por el Coronavirus.
Tras el fracaso de este martes del Eurogrupo, la reunión de ministros de Finanzas, España, Francia, Italia, Grecia, Portugal, Luxemburgo, Bélgica, Irlanda y Eslovenia se unen en un frente común para solicitar a la UE la activación inmediata de medidas anticrisis por el Coronavirus, en particular del Mede. Los jefes de Estado y de Gobierno aparecerán este jueves en una telecumbre que se acerca tempestuosa.
La carta enviada al Consejo Europeo pide medidas más ambiciosas para sostener las economías de los países afectados por la emergencia Coronavirus. Además, subraya la necesidad de «trabajar en un instrumento de deuda común» y que el presupuesto europeo integre dinero fresco para hacer frente a la pandemia.
Holanda, con el apoyo de otros países del norte, se opone a la activación del Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede). Su intención es conceder líneas de crédito, pero sin condicionalidad o con condiciones muy suaves solamente para paliar los efectos del Coronavirus. Además, si se activan los fondos del Mede es obligatorio adoptar las reformas estructurales previstas a cambio del préstamo. En cambio, según Christine Lagarde, presidenta del Eurobanco, el Mede no debe aplicar una condicionalidad fuerte.
Este lunes el presidente español subrayó la necesidad de un plan Marshall para Europa que incluya eurobonos para mutualizar la deuda, un reaseguro de paro para mitigar el impacto del desempleo y sobre todo las líneas del Mede con 410.000 millones para complementar los 750.000 millones del BCE. Según La Moncloa, la acutal crisis «afecta en mayor o menor medida a todos […] ningún país ha hecho nada para merecer esto.» Además denuncia que «las medidas anticrisis europeas no premiarían comportamientos irresponsables, porque simplemente no los ha habido.»
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Un examen de la inestabilidad política y sus implicaciones para el futuro del país