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Las inundaciones en España han alcanzado niveles alarmantes, convirtiéndose en un fenómeno recurrente que afecta a miles de ciudadanos. Recientemente, la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) ha causado estragos en diversas regiones, dejando a su paso un rastro de destrucción y desolación.
Expertos advierten que este tipo de eventos climáticos se volverán más frecuentes debido al cambio climático y a la urbanización desmedida de los territorios. La combinación de estos factores ha llevado a un aumento significativo en el número de personas expuestas a riesgos de inundación.
Según Andrés Díez, Doctor en Ciencias Geológicas, la urbanización del territorio ha sido un factor determinante en la magnitud de las inundaciones. A diferencia de eventos pasados, donde el terreno natural podía absorber el agua, hoy en día, las áreas urbanizadas impiden que el agua se infiltre, provocando un desbordamiento más rápido y devastador. En regiones como Valencia, más de 100.000 habitantes viven en zonas propensas a inundaciones, lo que resalta la necesidad urgente de abordar este problema desde una perspectiva de planificación urbana y gestión de riesgos.
Tradicionalmente, las soluciones para mitigar inundaciones han incluido la construcción de presas y diques. Sin embargo, estas medidas a menudo crean una falsa sensación de seguridad y pueden resultar costosas y poco sostenibles. En cambio, las soluciones basadas en la naturaleza están ganando terreno como alternativas viables. Estas incluyen la revegetación de áreas ribereñas y la creación de zonas de desbordamiento preferente, que permiten que el agua se desplace sin causar daños significativos. Estas estrategias no solo son más económicas, sino que también promueven la biodiversidad y la salud de los ecosistemas.
La falta de alertas tempranas y la inacción de las autoridades han sido criticadas por expertos como Fernando Prieto, quien señala que es fundamental que la información sobre riesgos de inundación llegue a los ciudadanos. La implementación de un sistema de etiquetado que clasifique las zonas según su riesgo de inundación podría ser un paso importante hacia una mayor conciencia y responsabilidad en la construcción y planificación urbana. Este enfoque no solo protegería a las comunidades, sino que también podría influir en el mercado inmobiliario, promoviendo un desarrollo más seguro y sostenible.
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