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En un esfuerzo sin precedentes por preservar la majestuosidad del Everest, Nepal emplea drones para erradicar la basura que ha plagado sus imponentes laderas.
Nepal ha puesto en marcha una innovadora estrategia para abordar el creciente problema de la basura en el Everest.
Ha dispuesto una flota de drones para recoger los desechos de los tramos más altos de la montaña.
Esta medida forma parte de un proyecto que comenzó este mes de abril con el objetivo de retirar 10 toneladas de basura de los principales picos del Himalaya.
Los drones, como parte de un proyecto piloto, transportarán los residuos desde el campo dos, ubicado a unos 6.400 metros de altitud, hasta el campo base, mil metros más abajo, según explicó Jagat Prasad Bhusal, director administrativo del municipio rural de Khumbu Pasang Lhamu; donde se encuentra el Everest.
Los drones utilizados son fabricados por la empresa china Da-Jiang Innovations y tienen una capacidad para volar hasta los 6.500 metros de altura y transportar hasta 30 kilogramos de carga.
Es la primera vez que las autoridades emplean drones para limpiar la montaña más alta del mundo, destacó Bhusal.
Si el proyecto piloto tiene éxito, planean implementar su uso de manera más extensa a partir del próximo año.
Hasta ahora, los sherpas y miembros del Ejército nepalí se encargaban de recoger la basura, una tarea que implicaba graves riesgos.
En su descenso hacia el campo base, debían atravesar una peligrosa cascada de hielo mientras cargaban grandes cantidades de desechos en sus espaldas.
El despliegue de drones coincide con la masiva campaña de recogida de residuos iniciada el 11 de abril para los picos del Everest, Lhotse y Nuptse.
Esta campaña, en su quinta edición y que finalizará el 5 de junio, también tiene como objetivo recuperar al menos cinco cadáveres del Everest.
A lo largo de los años, la creciente afluencia de escaladores ha dejado toneladas de residuos en la montaña, incluyendo bombonas vacías de oxígeno, restos de comida y excrementos.
El Gobierno de Nepal ha implementado varias medidas para abordar este problema, incluyendo la obligación desde 2014 para cada montañista de descender del pico con al menos ocho kilos de basura; bajo amenaza de perder un depósito de 4.000 dólares.
Este año, se ha hecho obligatorio el uso de un chip de seguimiento y bolsas para excrementos o biodegradables.
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