Temas cubiertos
La lava que emana de la erupción del volcán de La Palma y que cae al mar desde la pasada noche, ha creado un «enorme delta» de aproximadamente medio kilómetro de ancho.
Tras caer por un acantilado de Tazacorte, se ha comenzado a acumular en el agua, lo que provoca un depósito que aumenta su altura por momentos.
El choque térmico está provocando gases tóxicos y nadie puede acercarse a menos de 3 kilómetros. Díez días ha tardado la lava en realizar todo el recorrido.
La lava que expulsa el volcán Cumbre Vieja de La Palma, ha formado un delta de unos 500 metros de ancho y ha provocado que el océano que está a su alrededor haya cambiado de color por los efectos del material volcánico, según el Instituto Español de Oceanografía.
La colada ha afectado a 744 casas en su tránsito hacia la orilla, de las cuales 656 están destruidas, según datos de Copernicus, el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea.
Solo en el momento de contacto entre el material volcánico y el mar se forman pequeñas nubes de gases, que son transportadas por el viento, pero que se diluyen rápidamente. Eugenio Fraile, del Instituto Español de Oceanografía (IEO), explica que se ha constatado una decoloración del océano y se unen áreas en turquesa y otras marrones, especialmente en la zona cercana a la lava. El experto recuerda que este fenómeno ya se pudo observar hace 10 años en la erupción volcánica submarina de la isla de El Hierro, en la que mar se tiñó de varios colores hasta que finalizó la salida del magma.
El Cabildo de La Palma ha pedido este miércoles a los habitantes de Tazacorte, un municipio de 4.601 habitantes, que no salgan de casa después de que la lava del volcán de Cumbre Vieja llegara anoche al mar. Mariano Hernández Zapata aclara que la erupción del volcán «no ha afectado a la calidad del aire, que es perfectamente respirable».
Grandes columnas de vapor de agua se han formado por el choque térmico de la lava con el mar.
Unas columnas de gases que pueden resultar tóxicas para los ojos, los pulmones y la piel. La lava ha entrado por una zona de acantilados de la costa de Tazacorte y ha ido cayendo de forma lenta. Las piedras candentes caían al mar.
La nube tóxica no ha supuesto daño o peligro para las personas, dado que se ha mantenido dentro de la zona de exclusión.
Las lluvias torrenciales y sus efectos en la población y la infraestructura española
Análisis de la gestión de emergencias tras la devastadora dana en Valencia