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El comité de emergencia informa de que una colada del volcán de La Palma se detiene y ralentiza su llegada al mar. La otra lengua de lava continúa su avance lento.
«Una de las lenguas está detenida», dijo a la prensa María José Blanco, directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN), en la comparecencia tras la reunión del Comité Director del Pevolca (Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias).
Los ríos de fuego que salieron del volcán en erupción el pasado domingo son ahora una inmensa estructura negruzca cuyo movimiento es casi imperceptible, aunque sigue expandiéndose y arrasando terrenos y viviendas a su paso.
La colada de lava continúa su avance desde Cumbre Vieja hacia el mar, pero lo hace cada vez más despacio. Una tendencia que cambiará, previsiblemente, si encuentra una inclinación.
Según la experta, una colada de lava prácticamente se ha detenido -la orientada más al norte- y la otra avanza «muy lento», a unos cuatro metros por hora, algo que es normal cuando se alejan del centro de emisión, aparte de que tiene que arrastrar el material previo, parte del frío, y adaptarse a la topografía del terreno.
El frente de lava tiene unos 500 metros y en algunos tramos, una altura de 12 metros, y la columna de gases del volcán alcanza picos máximos de 4.500 metros de altitud.
Blanco ha dicho que «no es esperable» que haya lluvia ácida debido a la acción de los alisios y que la calidad del aire es buena, y ha garantizado que, ante la lentitud de la lava, ni este jueves ni mañana viernes, llegará al mar.
La superficie afectada por la erupción se sitúa en torno a las 220 hectáreas, con un perímetro de 15,7 kilómetros, la colada tiene una longitud de 3.800 metros y se encuentra a 2.100 metros de la costa. En ese perímetro se estima que hay unas 300 viviendas afectadas.
El volcán de Cumbre Vieja ha amanecido este viernes en su sexto día de erupción expulsando gran cantidad de lava. Involcan informó ayer que habían registrado una «serie de potentes explosiones«. El volcán ha roto así con la tendencia de los últimos dos días, en los que había entrado en una fase eruptiva de relativa estabilidad. La mitad de las bocas han aumentado su actividad.
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