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50 años han pasado desde la última erupción volcánica en la superficie de nuestro país. Esta ocurrió también en La Palma, concretamente en Teneguía, solo a unos pocos kilómetros al sur de Cumbre Vieja, lugar donde se encuentra el volcán que en estos momentos está expulsando lava al exterior.
Son las Islas Canarias el territorio nacional con mayor actividad volcánica en el país y también la única región de España con volcanes activos.
Por islas, La Palma, Tenerife, Lanzarote y El Hierro han tenido erupciones en los últimos siglos y representan un objeto de estudio y monitorización continua por parte de los vulcanólogos del Instituto Geográfico Nacional (IGN).
En el caso de Fuerteventura y Gran Canaria, hace más tiempo que no han tenido erupciones por lo que su riesgo se considera menor. En el caso de La Gomera, los expertos consideran su actividad volcánica extinta.
Según explica el IGN, el vulcanismo en las Islas Canarias se debe a la formación de un punto caliente en el interior de una placa oceánica situada en el contacto con el continente africano. Añadido a esto, el magmatismo en las islas es de carácter alcalino, lo que ha provocado hasta ahora la formación de siete islas, cuatro islotes y seis roques.
Dentro de la Península Ibérica existen varias áreas consideradas volcánicas repartidas por el territorio, aunque todas ellas están inactivas. Estas áreas son: La Garrotxa (Girona), Cabo de Gata(Almería), Cofrentes (Valencia), Islas Columbretes (Castellón) y Campos de Calatrava (Ciudad Real).
El origen de este vulcanismo está relacionado directamente con la colisión entre las placas africanas y euroasiáticas.
Acorde con las explicaciones brindadas por el IGN, el magmatismo de la zona de La Garrontxa es de“carácter basáltico alcalino y está asociado a la última etapa distensiva que se produce en el ámbito mediterráneo”. En el caso del área de Campo de Calatrava, la actividad volcánica se debe a los “fenómenos de descompresión y formación de fosas tectónicas que caracterizan las últimas etapas cenozoicas”.
El IGN informa además de que el sureste de la Península Ibérica “está jalonado por afloramientos volcánicos neógenos que se extienden desde las Islas Columbretes a la de Alborán, aunque tienen su mayor representación en la franja costera situada entre el cabo de Gata y el Mar Menor, prolongándose hacia el interior en la región murciana”. Podemos considerar este magmatismo como uno de tipo calcoalcalino.
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