El pico máximo será este jueves, pues las velocidades pueden superar los 50 kilómetros por segundo y su tasa de actividad puede llegar a los 200 metros por hora.
También conocidas como perseidas, es uno de los fenómenos astronómicos del verano más esperados del año. La lluvia de estrellas en España se da en el mes de agosto, al rededor del día 12 y se le conoce como Lágrimas de San Lorenzo por la cercanía que tiene con la fecha de este mártir.
Lluvia de estrellas: dónde y cómo verlas
Este año las perseidas se podrán ver en excelentes condiciones, y el pico máximo será este jueves 12 de agosto entre las 09.00 y las 00.00 horas, esto debido a los pocos días después de la luna nueva, que hará que el cielo esté en penumbra.
Las velocidades pueden superar los 50 kilómetros por segundo y su tasa de actividad puede llegar a los 200 metros por hora.
Desde el Instituto Geográfico Nacional (IGN) indican que:
«Su alta actividad, junto con las condiciones atmosféricas favorables para la observación durante el verano boreal, hace de las perseidas la lluvia de meteoros más popular, y la más fácilmente observable, de las que tienen lugar a lo largo del año»
¿Qué debo hacer para verlas?
Para ver esta lluvia de estrellas, no es necesario disponer de ningún instrumento de observación, solo necesita acudir a un lugar donde haya suficiente oscuridad para que facilite un cielo oscuro y el espectáculo estará asegurado.
Debes evitar cualquier tipo de contaminación lumínica, u obstáculos que le dificulten la visión del cielo, como edificios, árboles o montañas. Si te encuentras en las grandes ciudades será más difícil de conseguir, en Madrid estos son los 7 sitios y sus alrededores donde podrá ver las Perseidas:
- Casa de Campo
- Pantano de San Juan
- Parque de Juan Carlos I
- Parque de las Siete Tetas en Vellacas
- Templo de Debod
- Parque Dehesa de la Villa
- Puertos de montaña
Aunque las perseidas parecen venir de la constelación de Perseo -por eso su nombre-, se pueden ver en cualquier parte del cielo, así lo recomienda el IGN: «Conviene dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la Luna si la observación se realiza antes de su ocaso. Lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad»
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