Algunos consejos para poder prevenir los efectos que producen las olas de calor para la población en la temporada de verano.
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Llegan las olas de calor y, con ello, algunos de sus efectos como los calambres musculares, dolores de cabeza, náuseas y demás malestares que se presentan y que pueden ser síntomas de alerta en medio del verano.
Un sol que brilla y una temperatura que supera los 30 grados, incluso en algunos momentos lo 40, son las llamadas olas de calor que llegan en verano.
Sin duda, es una de las estaciones más esperada por muchas personas, pero cuando llega, y empiezan a sentir el sufrimiento y las consecuencias de las altas temperaturas pueden arrepentirse de anhelarlo tanto.
Los efectos de las olas de calor
Las olas de calor presentan tres niveles catalogados como peligrosos en función de las temperaturas máximas previstas.
Las temperaturas que no superan los 36,5 grados son consideradas como una situación de normalidad. En cambio, las que temperaturas máximas que superan este rango se denominan como situación de precaución y alerta tipo 1. Existe la alerta tipo 2, que se da cuando la temperatura máxima prevista para ese día o alguno de los cuatros siguientes, es superior a los 38,5°.
Este último rango de temperatura es a lo que llaman «las olas de calor». Son episodios de temperaturas muy elevadas que tienden a presentar efectos sobre la salud de la comunidad, especialmente en los niños menores de un año. Este grupo suele ser el más afectado dado que su cuerpo aún no ha adquirido suficiente destreza para regular su temperatura. Los niños con obesidad o con desnutrición también son grupo de riesgo en las olas de calor.
Aunque no solo afecta a los menores, también a las personas con enfermedades crónicas cardíacas, renales o neurológicas, personas mayores, individuos con la piel muy quemada o que consumen mucho alcohol o drogas.
Altas temperaturas
«Estas situaciones pueden llevar en algunos casos a tener consecuencias más graves como el agotamiento por calor o el golpe de calor. La denominada «insolación», llegando a ser mortal o a dejar importantes secuelas», informa Álvaro Ocano, doctor y gerente médico de Aegon.
La preocupación principal de las elevadas temperaturas es que el cuerpo no es capaz de controlar el grado tan alto y se puede llegar a perder la conciencia. La medida más inmediata que debe tomar una persona afectada es acudir a urgencias.
Uno de los riesgos más graves se conoce como el golpe de calor. No obstante, existen varias situaciones que presentan agotamiento por el clima y que promueven la aparición de calambres, los cuales requieren de cuidados de rehidratación. Una sudoración con sensación de debilidad y mareo, con una combinación de calambres musculares, dolor de cabeza, náuseas, entre otros.
Consejos para manejar los efectos
Uno de los consejos más importantes para quienes sufren de las olas de calor es beber agua antes de tener sed. Ingerir líquido con frecuencia aumenta la hidratación en el cuerpo y prevé que los cambios climáticos no afecten más de lo normal.
Sin embargo, esta bebida a tomar no puede estar demasiado fría Se recomienda que al tomarla esté a temperatura ambiente. Lo ideal sería ingerir una cantidad de más de 2 litros al día.
También es importante no beber demasiadas bebidas alcohólicas, con mucha cafeína o muy azucaradas, puesto que provocan una pérdida de líquido corporal. El alcohol es un vasodilatador que provoca que el calor corporal ascienda hasta la superficie de la piel. De esta manera, el ser humano empieza a sentir mayor sensación de calor del que realmente hace.
No excederse en la comida
Para ello es importante hacer comidas ligeras, lo que ayuda en gran medida a reponer las sales minerales que se pierden con el sudor. Alimentos como las verduras, ensaladas y frutas son recomendables por su alto contenido en agua y sales minerales.
Como tercer consejo, se encuentra el evitar las radiaciones solares. Este trata de protegerse del sol y de evitar salir a la calle cuando se registran las más altas temperaturas en el día. Con esto se puede procurar siempre tener una ventilación en casa, abriendo las ventanas antes de las 08:30 de la mañana y después oscurecer con persianas o cortinas para bloquear el sol.
Por último, se debe tener regulación de la temperatura corporal y para esto es importante utilizar ropa transpirable, holgada y ligera. Por lo general, esta ropa es de colores claro, que ayudan a regular la temperatura con materiales de lino y algodón que aportan frescura.