Los mejillones se adhieren a las rocas y están acostumbrados al aire y al sol durante la marea baja, pero no pueden soportar temperaturas de más de 38°C.
A finales del mes de junio, Canadá sufrió una ola de calor que dejó más de 100 personas muertas. En un estudio hecho por el biólogo marino, Christopher Harley, se encontraron cientos de mejillones y almejas sin vida debido a las altas temperaturas.
Millones de mejillones murieron en Canadá
El profesor Christopher Harley, del departamento de Zoología de la Universidad de Columbia Británica, reveló que en Lighthouse Park, en el West de Vancouver, encontró una cantidad considerable de mejillones y almejas (cocidas) muertas.
En su rutina para llegar al lugar, en la playa de Kitsilano se topó con mejillones abiertos y sin vida, con un olor en particular.
Harley hace investigaciones sobre los efectos del cambio climático sobre almejas y estrellas de mar, por lo cual decidió visitar el lugar con uno de sus estudiantes.
«Podía oler esa playa antes de llegar, porque ya había muchos animales… Empecé a echar un vistazo a mi playa local y pensé: esto, esto no puede ser bueno» dijo.
Según Harley, esta mortalidad afectará por un tiempo la calidad del agua, pues una de las grandes cualidades de las almejas y los mejillones, es filtrar el mar. A su vez, señaló que el lecho de estos animales se puede recuperar entre uno o dos años.
El biólogo también aseguró la continuidad de esta ola de calor, debido al cambio climático.
«Al salir a la orilla, lo primero que noté fue el olor», dijo @ZoologiaUBC. El biólogo marino Chris Harley sobre el estudio de las muertes en la zona de mareas de B.C. playas tras una ola de calor sin precedentes. #Calor extremo
“Walking out on the shore, the first thing that I noticed was the smell,” said @ZoologyUBC marine biologist Chris Harley on studying the die-offs in the tidal zone of B.C. beaches following a record-breaking heat wave. #ExtremeHeat https://t.co/5vpJKNmOBb
— Dr. Alyssa Gehman (@alyssamina) July 8, 2021
Vida de los mejillones
Los mejillones se adhieren a las rocas y están acostumbrados al aire y al sol durante la marea baja, pero no pueden soportar temperaturas de más de 38°C durante mucho tiempo.
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