Muchas veces en los últimos años nos hemos acostumbrado a escuchar que tal día llegará el fin del mundo. La siguiente fecha indicada por el numerólogo estadounidense David Meade, autor del libro «Planet X – The 2017 Arrival», es el 15 de octubre, domingo -la última fecha de la que habló fue el 23 de septiembre, es decir, 33 días después del eclipse solar ocurrido el 21 de agosto-.
No porque el Apocalipsis llegue pasado mañana, sino porque pasado mañana comenzarán los 7 años de terremotos, huracanes y tsunamis que acabarán destruyendo la Tierra. El causante del fin del mundo será «siempre él», Nibiru, el misterioso Planeta X o Planeta 9 del que habló Meade y que, desde los márgenes del sistema solar, colisionará con nuestro Planeta.
La predicción del «erudito» norteamericano se basaría en números que se encuentran nada menos que en la Biblia, aunque él dice tener base científica para lo que dice, pero realmente lo más científico es que la NASA -y otras instituciones- ha afirmado en repetidas ocasiones que Nibiru no existe y por lo tanto no es un peligro para la Tierra. Meade, por el contrario, sigue convencido de ello, e incluso prevé para Metro.uk un inminente intercambio nuclear entre «los grandes países del mundo», Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia, China, Irán y Corea del Norte, temas que se han discutido en los últimos años en un escenario político internacional ya dramático.
Por eso los nuestros creen que las distintas administraciones estadounidenses, incluida la actual de Donald Trump, están al tanto de todo esto.
Alguien creía que ya estábamos en el Fin del Mundo, teniendo en cuenta los recientes huracanes que han devastado el Caribe y Estados Unidos, y también el terremoto del 19 de septiembre en México, en el que perdieron la vida 120 personas más de 230, que al contrario de lo que dice la Nasa, David Meade acertó esta vez, y que el domingo 15 de octubre comenzará realmente la cuenta atrás para el famoso Armagedón.
Ciertamente hay (todavía) quienes lo creen incluso después del 23 de septiembre, aunque Meade tuvo, no sabemos por qué razón, hasta un cambio de fecha: de hecho, hace unos días dijo que no sería el domingo 15 de octubre, sino el sábado 21. Sigue siendo la repercusión mediática tanto en Estados Unidos como en el extranjero, aunque Meade haya cambiado, como nos habríamos dado cuenta si «seguimos sus extrañas teorías, incluso la forma en que debería producirse el fin del mundo: ya no en un día fijo, sino después de siete agónicos años -como los que, se dice, esperan a los que rompen un espejo- para enfrentarse a catástrofes naturales como las que están ocurriendo realmente. Nos vemos en la próxima profecía.
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