El glaciar thwaites, mejor conocido como «Doomsday», o día del juicio final, se está derritiendo más rápido de lo previsto. Es uno de los más grandes de la Antártida, y recientemente un grupo de investigadores ha descubierto que varias corrientes de agua tibia podrían tumbar los pilares que lo mantienen a flote.
Son tres las entradas de calor que está recibiendo, y que se mezclan con otras aguas que hay debajo, invadiendo algunos de su puntos de fijación que según los investigadores cortan los lados del glaciar provocando su desestabilización, sobre todo provocando problemas en su anclaje en la zona norte.
Si continúa así o se aceleran, grandes bloques de hielo se podrían separar de él.
Debido a su enorme tamaño se le bautizó con el nombre de «Doomsday». Se ubica en una zona remota del antártico que ningún país ha reclamado. Debido a la peligrosas condiciones de la región donde se encuentra, solo se han podido tomar algunas pequeñas mediciones cerca de su borde. Hasta hace poco no se había logrado coger muestras de la zona de abajo.
La oceanógrafa física, Anna Wåhlin, explicó que:
gracias a las nuevas muestras, se podrá calcular mejor el derretimiento del hielo en un futuro, gracias nueva tecnología, podemos mejorar los modelos y reducir la gran incertidumbre que ahora prevalece en torno a las variaciones globales del nivel del mar».
El encargado de recoger la información fue un vehículo sumergible llamado «Ran», el cual se metió bajo el hielo para lograr medir su temperatura, salinidad, fuerza y concentración de oxígeno en las corrientes subyacentes.
El glaciar Thwaites representa un 10% del aumento del nivel del mar. Sin embargo, las aguas tanto saladas como cálidas que se mueven por debajo de él, provocan que la gran plataforma de huelo contribuya mucho más a medida que el planeta se va calentando.
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