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En un estudio publicado en la revista Science Advances, durante la primera semana de noviembre 2020, ofrecen nuevos datos sobre como la contaminación del aire contribuye a la gravedad de los casos de Covid-19. Partiendo del análisis de más de 3.000 ciudades de Estados Unidos, los autores de esta investigación, detectaron una correlación entre la exposición a aire contaminado y el aumento del porcentaje de mortalidad de las personas contagiadas con coronavirus.
Después de que la oficina regional para Europa, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), indicara en una nota oficial que “la contaminación del aire es probablemente un factor que contribuye a la carga para la salud causada por Covid-19”, esta semana el número de estudios que aumentan sobre esta relación muestran que es más que «probable«.
En la revista Science Advances, los investigadores confirman como la exposición a aire contaminado, por partículas menores de 2,5 micras (PM-2,5), demuestra una correlación con el aumento, de aproximadamente el 10%, en la mortalidad de las personas afectadas por el Covid-19.
Jeremy Jackson, investigador asociado del Museo Americano de Historia Natural en la ciudad de Nueva York y coautor del estudio, explica como “no es sorprendente que [la exposición a aire contaminado por] las PM-2,5 aumente el riesgo de muerte por Covid-19”. Esto se debe a que los expertos conocen y aceptan el hecho de que la contaminación del ambiente agrave la gripe y otras enfermedades pulmonares.
Además, a esto se le suma que, los investigadores descubrieron que un pequeño aumento en la contaminación, solo 1 microgramo por metro cúbico, estaba relacionado con un aumento del 11% en la tasa de mortalidad por Covid-19 en uno de los condados estudiados. Es por esto, que cada vez es más claro que una mala calidad de aire en las ciudades es un factor clave que incrementa la peligrosidad de la pandemia.
Esta investigación, podría proporcionar un momento de esclarecimiento para que las fuerzas políticas establezcan nuevas normas que implementen la calidad del aire. La investigación «podría proporcionar un fuerte argumento científico para la revisión de los estándares nacionales de PM-2,5 y otras políticas ambientales en medio de una pandemia”, especialmente en áreas donde los niveles de PM-2,5 son altos, explica Xiao Wu, profesor de bio-estadística de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard y primer firmante del articulo publicado en Science Advances.
Teniendo esto en cuenta, el profesor, Jeremy Jackson, apunta como durante la pandemia muchas ciudades redujeron las emisiones y partículas contaminadoras que afectaban la calidad del aire. Sin embargo, la posibilidad de que las cifras puedan volver a subir en las ciudades es muy alta, a lo que Jackson afirma: «Es desalentador que los niveles de contaminación se recuperen, pero es extraordinariamente importante que, de hecho, se haya realizado un experimento masivo en todo el mundo que muestra con qué facilidad podemos reducir la contaminación extrema si nos lo proponemos«.
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