La crisis sanitaria derivada de la pandemia, está provocando que la bici gane espacio en las ciudades y los coches lo estén perdiendo.
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Desde la OMS se ha lanzado un claro mensaje para las grandes ciudades, donde el foco de contagio por la pandemia de coronavirus es mayor. Usar la bici para desplazarse por la urbes como medida para frenar la propagación del virus, ya que ayuda a la persona que la usa a guardar la distancia de seguridad en carriles bici y además hacer ejercicio físico.
La Pandemia impulsa el uso de la bici
La bicicleta es sin duda uno de los medios de transportes más saludables que existen, tanto por su cero contaminación, como por la movilidad segura y saludable que ofrece, dentro de la crisis sanitaria que están presente en nuestros días.
Para sorpresa de muchos, la pandemia ha impulsado el uso de las bicis. A pesar de que desde las diferentes ciudades siempre se ha lanzado el mensaje sobre el beneficio de su uso. Ahora han aprovechado la coyuntura para acelerar su transformación a través de carriles bici temporales . Que no han requerido una gran inversión en pinturas o conos.
En ciudades como Vitoria los cambios se han hecho principalmente en la calzada , señalizados con pinturas y separados por bolardos.
Las redes ciclistas en las diferentes ciudades españolas
Si se analizan las redes ciclistas de las 10 ciudades con más población de España, nos encontramos con las de tamaño medio como Vitoria, Valencia, Zaragoza, San Sebastián o Sevilla, que presentan un amplio carril para moverse en bici de manera segura.
Mientras que otras como Madrid, Málaga, Bilbao o Las Palmas, no tienen una buena infraestructura para poder desplazarse por la vía urbana. Por otro lado, Murcia tiene más carriles bici por habitante que Barcelona, pero la red de la capital catalana es de más calidad y más útil.
Es importante, que los carriles bici sean amplios pero que además estén bien conectados. Sin embargo, aparece el problema de las estrechas acera bici, donde a diario se presentan conflictos con peatones. Ya que apenas aparece alguna señalización pintada en el suelo que no separa correctamente a los ciclistas del tráfico, por lo que las vuelve inseguras.
Muchas ciudades presentan carriles donde se comparte la bici con el coche y se pone como límite los 30 km hora, se llaman ciclocarriles. Velocidad que los vehículos siempre incumplen.
Por ejemplo, la mitad de los 260 kilómetros de carriles bici de Madrid se sitúan en la periferia o parques y se usan más bien para el ocio los fines de semana. Los 230 km de Barcelona o los 160 km de Valencia discurren en su mayoría por el centro.
La gente cada vez hace más uso del pedaleo. En Madrid son 3,2 millones de personas las que usan la bici. Sin embargo, solo logra un 0,6% del reparto modal. En Barcelona dentro de sus 1,6 millones de habitantes, cada día hay 200.000 viajes en bicicleta, lo que supone un 2,9% del reparto modal .
En el Ayuntamiento el aumento tras la pandemia alcanzó el 12%. En Valencia con 800.000 habitantes, alcanzan los 85.000 viajes .Los datos de movilidad ciclista son un quebradero de cabeza y muchos Ayuntamientos no los tienen disponibles y no se suelen actualizar, dificultando la evaluación sobre las redes.
Calidad de los carriles bici
Muchas de las ciudades españolas han dedicado estos últimos años a establecer mejoras en las vías ciclistas, pero con la pandemia esto se ha acelerado.
En Barcelona se han abiertos 21 nuevos kilómetros, dos de ellos compartidos con el autobús. En Vitoria ocho km, en Valladolid se construyeron otros ocho kilómetros de carriles bici, y se ha incrementado los ciclistas un 20%. En Zaragoza o Sevilla que ya contaban con grandes infraestructuras, se han ampliado aún más.
Por el contrario, Madrid ha seguido el patrón pero con un diseño erróneo. La ampliación en Palma de Mallorca es de dos km , en Valencia se ha anunciado la construcción de 5 nuevos carriles bici para los próximos meses.
Hasta hace poco a este medio de transporte apenas se le daba importancia en las ciudades españolas. Esto explica que su calidad no sea la mejor, ya que existan carriles que no tienen continuidad, están mal acabados o presentan problemas en los cruces.
“No vale solo con poner los carriles para que funcionen, pero es un primer paso y son actuaciones que si no hubiera sido en clave de Covid-19 , seguro que hubiesen sido muy difíciles de ejecutar. La gente hubiera dicho que cómo se va a quitar un carril a los coches”
Afirma Juan Carlos Escudero, Jefe del Área de Información e Innovación para la Sostenibilidad del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz.