En dos pequeñas islas de la costa de la Columbia Británica, Princess Royal Island y Gribbell Island, vive una de las contradicciones más hermosas de la naturaleza: el oso de Kermode, ursus americanus kermodei, un oso negro cuyo pelaje es de color crema.
Su población se concentra casi exclusivamente en las dos islas, que forman parte del Great Bear Rainforest, uno de los bosques lluviosos costeros más grandes del mundo.
Bruce Barcott y Paul Nicklen, autores del artículo publicado en el número de agosto de National Geographic, tuvieron que pasar unas cuantas semanas en la zona, en la costa este de Canadá, para poder ver y fotografiar al elusivo animal.
No se trata de un oso albino.
Aunque no saben exactamente por qué, los científicos sí saben cómo se produce el cambio que cambia el color del pelaje de estos osos: kermodismo, un fenómeno debido a una mutación recesiva en el gen MC1R, el mismo asociado con el pelo rojo en los humanos.
Barcott explica que para nacer blanco, un oso negro debe heredar la mutación de ambos padres, aunque estos no sean blancos.
En la tierra firme de la Columbia Británica, sólo uno de entre 40 y cien osos negros nacen blancos.
En cambio, en Princess Royal Island uno de cada diez osos negros es blanco, y en Gribbell Island la frecuencia se eleva a uno de cada tres.
Que esta subespecie del oso negro norteamericano haya sobrevivido a la caza probablemente tenga mucho que ver con la reverencia que le profesan las tribus indígenas cuyos territorios tradicionales incluyen el hábitat del Kermode.
El grupo indígena Gitga’at lo llama oso espíritu y sus miembros nunca hablan de él.
Cuando alguien se topa con un ejemplar, guarda el secreto.
Si un cazador se atreve a entrar en la isla, advierte un guía local, quizá descubra que los osos devuelven los disparos.
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