La compañía de productos químicos BASF y la fabricante de productos de vidrio y cerámica Corning está trabajando en conjunto con un equipo de la Universidad de Columbia, en Nueva York, en una compañía llamada Global Thermostat, cuyo principal proyecto es el desarrollo de una tecnología que permitirá absorber el dióxido de carbono causante del calentamiento climático directamente desde el aire.
Otras instituciones de Estados Unidos y Canadá también están investigando esta tecnología.
Los dispositivos diseñados con tal fin tienen formas tan variadas como alargados como telescopios, o delgados y aplanados como paredes.
El objetivo de todos ellos es una reducción neta del CO2 en la atmósfera, en vez de ralentizar las emisiones de este contaminante o intentar atraparlo a medida que va saliendo de las fuentes de contaminación, como fábricas y plantas de producción.
Actualmente, hay cerca de 390 moléculas de dióxido de carbono en la atmósfera por cada millón de moléculas de aire.
Muchos activistas ambientales y expertos, entre ellos Al Gore y el jefe del Grupo Intergubernamental de Expertos de Naciones Unidas para el Cambio Climático, sostienen que para evitar impactos más fuertes del cambio climático, el número de moléculas no debe exceder de 350 partes por millón.
El exceso de CO2 ha estado entrando en la atmósfera debido a la quema de combustibles fósiles y otras causas.
Incluso si las fábricas y centrales eléctricas neutrales en carbono no agregan nuevas partículas al aire, las instalaciones ya existentes continúan arrojando gigatoneladas de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Dado que la captación de CO2 en el aire no implica estar cerca de las fuentes de emisión, esta tecnología podría ayudar a los países más pobres del mundo -que actualmente no se benefician del mercado mundial del carbono- al permitir a las empresas de los países desarrollados obtener créditos para invertir en proyectos de limitación de emisiones en los países pobres.
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