En Riba de Ave, un municipio portugués, se inauguró recientemente la primera planta del mundo de vermicompostaje de residuos indeferenciados.
Millones de lombrices de tierra tratarán 1.
500 toneladas de residuos al año, equivalente a los residuos generados por una población de 4.
000 habitantes.
Yo no tenía ni idea, pero el vermicompostaje existe desde hace más de 20 años.
Consiste en la producción de abono o humus natural, rico en nutrientes, gracias a la digestión de las lombrices de desechos de materia orgánica, lo cual es luego usado como fertilizante y regenerador del suelo.
La novedad de la planta de Riba de Ave es que es la primera planta en el mundo en que a los gusanos se les hecha, además de materia orgánica, cartón, papel, plásticos y metal.
Menudos son estos gusanos…Para tratar una tonelada de residuos hace falta medio millón de lombrices de tierra.
Estos bichos digieren la mitad de su peso al día.
Pero claro, tampoco logran comérselo todo.
Por ejemplo, se les resisten los envases del yogur y las bolsas de plástico.
Vamos, que todo lo que no se convierte en excremento se limpia y se manda a las distintas líneas de reciclaje, donde se tritura hasta quedar listo para ser reutilizado por las empresas correspondientes.
Otro beneficio, claro está, es el aprovechamiento de las heces de los gusanos, en forma de abono o humus, para ser vendido al sector agrícola o para su uso en jardines o bosques.
Responsables del grupo Quercus, que está detrás del proyecto, sólo ven ventajas a este sistema de eliminación de residuos.
Por este motivo quieren que el Ministerio de Medio Ambiente portugués apueste decididamente por él.
Además de ser barato y dar empleo, es muy adaptable a la realidad de cada población: así, pueden llevarse a cabo vermicompostajes descentralizados que eviten o reduzcan la necesidad de transportar los residuos hasta lejanas plantas de procesado.
En la actualidad hay en marcha tres proyectos similares más que deberían completarse este año para otras plantas de vermicompostaje.
Uno en la isla de São Miguel, otro en la provincia del Nordeste, y otro más en Beja en Figueira da Foz.
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