Halcones atacando a perros en pleno Londres, una imagen bizarra pero que se ha demostrado posible.
Informa hoy The Telegraph que en Chelsea, una de las zonas más populares y acomodadas de la ciudad, tres perros han sido atacados por halcones mientras paseaban por los parques del barrio con sus dueños.
No se trata de la naturaleza salvaje intentando recobrar su territorio en la ciudad sino de otra manipulación del ser humano que sale mal, pues los halcones han sido introducidos deliberadamente en la zona para controlar a la población de palomas.
La víctima más reciente fue un cachorro de Jack Russell que paseaba con su dueña por un parque llamado Millbank Gardens, cuando un halcón se acercó a él, le clavó las garras e intentó levantar vuelo.
La aterrorizada dueña se aferró al perro con todas sus fuerzas y evitó que el ave se lo llevara, pero la mascota sufrió heridas profundas.
La compañía responsable de los halcones pagó las facturas del veterinario pero no quiso hacer declaraciones al diario.
Sí las ha hecho Nick Robertson, el responsable de los halcones en otra plaza del barrio, en la que fue atacado un Dachshund miniatura.
Según él, la intención del ave no era matar al perro sino defenderse, pues estaba aterrorizada.
De hecho, al parecer el ave ha quedado tan traumatizada por el encuentro con el diminuto perro que no ha podido ejercer sus funciones de control de pestes desde entonces.
Los depredadores naturales del halcón, dice Robertson, son los perros de la pradera, y es por eso que los perros le causan miedo.
Cabe la posibilidad de que algo se esté perdiendo en la traducción, pero debo decir que, tras décadas consumiendo documentales de naturaleza, la única relación que conozco entre un perro de la pradera y un ave de presa es aquella en la que el primero, un género de roedor, es cazado por el segundo.
Supongo que cuando habla de perros de la pradera, Robertson se refiere a canes que viven en la campiña.
Sin embargo, jamás he visto tal encuentro.
En cualquier caso, Robertson también señala que los halcones que son usados en Londres, la mayoría de ellos halcones Harris, no están entrenados para atacar a las palomas sino para molestar y hacer que se marchen.
Los halcones son usados en la céntrica y muy turística Plaza Trafalgar para espantar a las palomas, un servicio que cuesta unos 60 mil euros al año.
Vía
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