Hace poco os conté que la Comisión Europea aprobaría cualquier propuesta de la Unión Europea para incluir al atún rojo del Norte en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies en Peligro y prohibir su pesca.
Pues los países del Mediterráneo, España incluida, no han estado muy por la labor.
Han rechazado la propuesta de la UE de prohibir la pesca de esta especie hasta que la población se hubiera recuperado.
Joe Borg, responsable de pesca y asuntos marítimos de la UE, ha dicho que ahora el destino del atún rojo dependerá de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (CICAA), un organismo en el que los activistas medioambientales no confían dado su evidente falta de éxito en la protección de esta especie.
Este mismo organismo advierte que el nivel de pesca actual es tres veces más alto de lo que debería.
Hilary Benn, ministro británico del medio ambiente, ha dicho estar muy decepcionado de que la Unión Europea no esté de acuerdo a apoyar la propuesta de prohibición de la pesca, hecha por Mónaco y apoyada por la mayoría de los países del Norte de la Unión.
El Reino Unido presionará para que la prohibición se apruebe en la reunión CICAA en noviembre.
Un solo atún rojo puede costar más de cien mil euros en Japón.
Estos precios han hecho que la pesca industrial en el Mediterráneo haya diezmado la población de este pez en el mar y en el Atlántico.
Los científicos advierten de la población se está acercando al punto en el que nunca se podrá recuperar.
Habrá que desear que el atún se haga cada vez más rápido y difícil de pescar.
Puede acelerar más rápido que un auto deportivo y alcanzar velocidades máximas de alrededor de setenta kilómetros por hora, pero necesitará más que eso si quiere sobrevivir a la codicia de ciertos países, España a la cabeza.
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